Lenin Ramírez sale en defensa de Anthony Santos

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RADIO NOTAS.-Desde la semana pasada he estado viendo la difusión de una noticia provocada por un supuesto periodista llamado Miguel Melenciano, donde de forma contundente, precisa y con suma seguridad él afirma un diagnóstico médico del artista Anthony Santos.

No obstante  haber recibido una cordial comunicación de parte del artista solicitándole que se retractara de tales alegaciones difamatorias divorciadas totalmente de la verdad, donde el artista otorga una plazo de 24  dándole la oportunidad de que melenciano reconozca su error, este en el día de ayer  martes 30 de mayo del año en curso, dicho individuo provoca una llamada al estelar programa El Show del medio día, transmitido desde República Dominicana para todo el mundo, donde RE-AFIRMA su parecer en cuanto al estado de salud del artista.

En esta intervención el susodicho «Melenciano» va aún más allá, agrega que la salud de la estrella de la bachata, tiene 3 quebrantos adicionales a los que ya había afirmado y que según el periodista invalidan al artista. Melenciano hace estas enunciaciones cual si fuese un médico o si contase con un record autorizado y legalizado que le permita sustentar sus afirmaciones con tal seguridad.

En este mundo hay de todo un poco, por eso es MUNDO. Hay profesionales que son admirables por su ética, educación, buen manejo y honestidad, puedo citar así rápidamente y adentrándome en la profesión del PERIODISMO, da gusto ver los trabajos investigación de la distinguida periodista Alicia Ortega, es deleitante ver los trabajos realizados por Nuria Piera, es sumamente interesante sentarse a leer un escrito de Alfonso Quiñones, o de esa distinguida dama periodista Emely Baldera, ver cómo Wanda Sánchez enfoca sus temas de farándula o así mismo ver a un Roberto Cavada adentrarse a un tema, al igual que vida lo hacía el señor Freddy Veras Goico, son algunos de los casos de verdaderos profesionales que merecen todo mi respeto y la admiración de todo el pueblo dominicano.

Son verdaderos profesionales, incapaces de emitir un sólo juicio de valor que no esté sustentado en hechos reales probables y con objetividad; gente que ha luchado y que seguirá distinguiendo con su accionar o forma de proceder aportando al periodismo objetivo.

En cambio, debemos reconocer, desafortunadamente, que existan excepciones en el apasionante mundo del periodismo, la parte oscura y negativa que con la notable ausencia de ética mancillan el honor de esa digna profesión. En ese bajo mundo en el que habitan quienes se filtran y se hacen llamar “periodistas” es donde personalmente coloco al llamado «periodista” Miguel Melenciano. Sí, ahí es donde pertenece, Ustedes se preguntarán el porqué. Y la respuesta es porque “en la mesa y en el juego, se conoce al caballero”.

La manía de hablar sobre toda clase de asuntos sin reparos y sin bases para sustentar sus argumentos es una prueba del alto grado de ignorancia, dado que este tipo de comportamiento se le puede tolerar, quizás a un niño o a un payaso, pues ya sabemos de qué se trata, en cambio, en otros casos este comportamiento es de muy mala educación. Señor Melenciano, el hombre es sólo lo que la educación hace de él y lo convierte en un ser prudente, comedido y justo.

Estas palabras quise dirigirlas directamente a usted, debido a lo publicado por su persona sobre mi artista, lo que me hizo indagar sobre su accionar y su reputación, la cual me voy a reservar para el momento que sea necesario, como ente prudente que me considero y diferente a usted.

Da pena y vergüenza que tanto dentro como fuera del sistema periodístico de nuestro país sucedan cuente incidentes de esta naturaleza. Mi persona está a la disposición para cuales quiera de los periodistas interesados en saber la verdad sirviendo como fuente fidedigna al momento de certificar o descartar cualquier tipo de rumor sobre el artista al cual represento.

Existe un Dios que se encargará de colocar las cosas en su debido lugar a su debido tiempo. Mientras tanto, quiero que el señor Melenciano sepa que ha causado un daño no sólo a la imagen del artista, sino al negocio de este como tal, dejando entrever que el artista no está condiciones óptimas y eso tiene un precio judicialmente hablando.

Quiero que sepa que su osadía ha dado al traste para que nuestro equipo de abogados esté apoderado del caso con las debidas instrucciones a seguir por la naturaleza de lo acontecido.

LO FALSO NO DURA MUCHO Y CAE AL SUELO. La mentira y la falsedad tienen una perenne primavera.

Ing. Lenin Ramírez, manager Anthony Santos

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