El efecto ‘fisgonear’ en la radio

Aunque no es políticamente correcto, escuchar conversaciones ajenas siempre será un placer. Aproveche este mal hábito para hacer que sus oyentes se queden enganchados con sus contenidos.

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Eavesdropping. Unrecognizable black guy putting ear to torn yellow paper background, listening through hole, closeup

Uno de los memes más divertidos, y que se recicla en las redes sociales de manera permanente, es este:

Aunque es una broma, estoy seguro de que más de uno de quienes me leen también hayan querido saber de qué están hablando sus vecinos.

Y la verdad es que muchas veces, sin querer, cuando uno va en el transporte público, está en un restaurante o en una sala de espera, escucha conversaciones tan entretenidas, tan llamativas y sorprendentes, que disimuladamente uno hace lo posible por no perderse ningún detalle, especialmente su desenlace.

No sé si eso sea lo más elegante o apropiado, pero el ser humano tiene esa tendencia natural a escuchar conversaciones ajenas. Y a veces, como buenos ‘fisgones, esas conversaciones son tan entretenidas o interesantes que uno quisiera pasarse a su lado para participar, opinar, comentar y hasta reírse con esos extraños.

Los programas de radio y los podcasts deberían ser así.

En el momento de abrir el micrófono e interactuar con otras personas, deberíamos crear ese tipo de conversaciones que hagan que los oyentes quieran mantenerse atentos a lo que se está hablando, despertar la curiosidad y contagiarlos con el estado de ánimo de los integrantes del equipo y, por qué no, participar de la conversación.

Hay que desarrollar la habilidad de hacer que una conversación parezca tan genuina, natural y cautivadora que el oyente sienta que está «espiando» algo valioso o especial, y para lograrlo, aquí entrego algunos consejos prácticos:

  1. Cree una atmósfera auténtica
  • Lenguaje natural: Use palabras y frases que las personas usarían en conversaciones cotidianas. Evite el tono formal o guionizado.
  • Interacción relajada: Si hay más de un locutor, que la charla fluya como lo haría entre amigos. La química entre los participantes es clave.
  1. Escoja temas irresistibles
  • Historias personales: Las anécdotas reales, especialmente las que involucran situaciones curiosas, emocionales o intrigantes, siempre atrapan.
  • Controversia suave: Aborde temas que generen opiniones divididas, pero sin polarizar demasiado. Esto despierta la curiosidad.
  • Curiosidad y misterio: Introduzca preguntas o situaciones al inicio del segmento que hagan que el oyente quiera saber cómo termina.
  1. Juegue con los silencios y las emociones
  • Silencios estratégicos: Pausas naturales en el diálogo pueden crear intriga, como si alguien estuviera reflexionando o dudando.
  • Variación emocional: Cambie el tono, la velocidad y la intensidad de la conversación para mantenerla viva.
  1. Incluya detalles visuales
  • Describa escenarios o situaciones con suficiente detalle como para que el oyente se sienta transportado al lugar donde ocurre la acción.
  • Use frases que estimulen los sentidos: “Se escuchaba el crujir del piso mientras se acercaba…” o “El olor a café recién hecho llenaba el aire”.
  1. Haga que el oyente se sienta parte de la conversación
  • Preguntas abiertas: Plantee preguntas que dejen espacio para que el oyente reflexione, como si pudiera intervenir.
  • Cercanía: Evite jerga muy técnica o exclusivista. Todo debe ser accesible y familiar.
  1. Mantenga un ritmo narrativo
  • Cada segmento debe tener un inicio, un desarrollo y un desenlace. Deje pequeñas pistas o giros que alimenten la curiosidad del oyente.
  • Si introduce una historia, no dé toda la información de inmediato. Entregue fragmentos poco a poco.
  1. Haga uso del efecto sorpresa
  • Introduzca un elemento inesperado o revelaciones sorprendentes. Esto mantiene a los oyentes enganchados.
  • Los momentos de “no puede ser” o “¡eso no me lo esperaba!” son muy efectivos.
  1. Capture la espontaneidad
  • Incluso si tiene un guion, deje espacio para improvisación. La espontaneidad es percibida como autenticidad.
  1. Cuide la duración
  • Mantenga los segmentos suficientemente cortos para no perder la atención, pero lo bastante largos para desarrollar la intriga.

Ejemplo práctico:

Supongamos que inicia una conversación en un programa diciendo algo como:

No me lo van a creer, pero ayer estaba en un restaurante y escuché a una pareja discutir sobre algo que, al principio, parecía una tontería. Todo cambió cuando él dijo: ‘Por eso nunca te dije la verdad’. En ese momento casi me atraganto con mi café, porque no podía dejar de escuchar. ¿Saben a qué me refiero? Esa sensación de que uno está a punto de descubrir algo grande… Pues bien, hoy hablaremos de esas verdades que no siempre salen a la luz.”

Este inicio crea intriga, transporta al oyente y le genera el deseo de seguir escuchando. La clave es la autenticidad y el factor humano.

Ahora, además de los consejos anteriores, es importante que siga las reglas no escritas que debe tener una buena conversación de radio que haga que el oyente se quede enganchado. Aquí están esas reglas:

  1. Haga que la conversación fluya

Aproveche lo que otros dicen para hacer avanzar la conversación. Evite usar respuestas que bloqueen o frenen la conversación. Si su respuesta se queda en “así es”, “Ok”, “Ah, bueno. Gracias” o frases por el estilo, no permitirá que la conversación siga su flujo natural.

Escuche con atención lo que la otra persona dijo y procure continuar el tema con aportes valiosos. Una forma de hacerlo es comenzar con frases como “Claro, y además…”, “Sí, y como si fuera poco”, “Ja, ja, ja… a mí también me pasó. Imagínate que una vez…”

  1. Todos deben aportar

En un programa, nadie debería dominar la conversación. Nadie se debe quedar callado. Todos están presentes y contribuyendo. Claro, habrá un director, pero él se encargará de que cada integrante opine o haga su aporte desde su rol. Lo ideal es que los oyentes se sientan identificados con las diferentes personalidades que están en la mesa.

  1. Hay que saber encarrilar la conversación

Algunas veces las conversaciones se salen del tema, se alargan o se vuelven lentas y pesadas. El conductor del programa tiene que ser capaz de interrumpir de manera estratégica cuando vea que el programa se está volviendo tedioso.

Puede ser con un aporte, con una interrupción respetuosa, incluso con alguna broma o comentario divertido que permita que todos reaccionen y se den cuenta de que se salieron del camino.

  1. Igualdad de oportunidades

Según algunas investigaciones los hombres, en la vida real, interrumpimos a las mujeres un 33% más a menudo que a otros hombres. Y casi nunca nos damos cuenta de eso.

Pero aunque sea una tendencia habitual en todas partes, un buen conductor debe procurar evitar que eso suceda. De hecho, las mujeres tienen más facilidad de expresión que los hombres. Encuentran muchos ángulos que los hombres no tenemos en cuenta.

Si ese conductor de programa es inteligente, en lugar de hacer callar a las mujeres, más bien debería aprovechar ese talento innato para llevar adelante la conversación.

Hay un viejo dicho en la radio estadounidense: “Quien gana en mujeres, gana en la radio”. No las interrumpa. Aproveche ese talento natural. Sus oyentes mujeres serán las primeras en agradecérselo.

  1. Manejo de los nombres

Reserve la palabra «usted» para hablar con el oyente. No solo es una elemental norma de respeto sino que esa persona se sentirá parte de la conversación.

Y dependiendo del programa y del público al que esté dirigido, procure llamar a sus invitados por sus nombres y apelativos de manera respetuosa, sin ser confianzudo. Si su invitado es un médico y se llama Pedro Pérez, refiérase a él como “Doctor Pérez” y no como “Pedro”.

Cuando se trata de un programa de entretenimiento y habla con celebridades, la conversación puede ser más personal, sin guardar esas distancias, pero también sin exagerar. Si su invitada es Shakira, no le diga “Shaki”…

Por otro lado, al oyente le interesa saber quién dijo algo en su programa. Por eso es importante que llame a sus compañeros de mesa por sus nombres.

  1. Permita algunas desviaciones del tema

Lo ideal es que la conversación siga una línea, que vaya en línea recta del punto A al B y luego al C. Sin embargo, sus colegas pueden hacer aportes que ocasionalmente se salen del tema pero sirven como ilustración.

No lo evite, pero no lo promueva. Deje que haya improvisación en la conversación, pero siempre atento a que no se salga de la línea que usted tenía trazada.

  1. La preparación es la clave

Un atleta entrena 4 años para competir en los Juegos Olímpicos en una carrera que solo dura 10 segundos. Un reportero de televisión practica lo que va a decir frente a la cámara antes de salir al aire. Un médico prepara la sala de cirugías para que tenga todos los instrumentos a la mano a la hora de operar.

Si usted hace radio, debe preparar lo que va a decir antes de abrir el micrófono. Conozca a sus invitados, lea sobre el tema que va a tratar. Apoye la conversación con segmentos de audio.

Pero, sobre todo, fije la duración de la charla y respétela. Cíñase a lo planeado. Y sepa cómo comenzar, pero especialmente cómo terminar la conversación.

  1. Muletillas

Si usted tiene todo preparado, si sabe de lo que va a hablar, si lo ha planeado todo con anticipación, seguramente evitará esos momentos terribles en los que no sabe qué decir.

Además evitará esos términos de ‘relleno’ y muletillas como «hum», «ah», “bueno”, “así que”, “pues, nada”, «básicamente», «en realidad», etc.

  1. Contextualizar

Recuerde que todos los días hay oyentes nuevos que llegan a su programa. Es probable que no sepan claramente de qué trata ni quiénes son los integrantes que van a acompañarlo en la radio.

No tiene que hacer una explicación detallada del programa cada vez que lo inicia, pero sí es clave repetir en cada espacio la información básica, de forma que ese nuevo oyente entienda qué es lo que va a encontrar.

De la misma forma, no todos los oyentes escuchan su programa desde el inicio. Algunos, tal vez muchos de ellos, llegarán cuando el programa ya está sobre la marcha. Aquí es importante estar recordando cuál es el tema del que están hablando, quién es el invitado y por qué está allí.

Refuércela personalidad de cada integrante de su programa, de forma que los oyentes los puedan identificar de una manera más clara. Ejemplo: “Juan, usted que es ateo: ¿qué opina de la aprobación de la eutanasia en España?”.

Y si usted no es el conductor del programa pero se da cuenta de que no se está dando el contexto necesario, no tema en hacerlo cuando le corresponda hablar. Ejemplo: “Doctor Pérez. Para seguir hablando de la pandemia, ¿podría explicarnos el proceso de vacunación?”.

  1. Pausas y silencios

La llegada de los softwares de edición digital han hecho que muchos productores, con el afán de agilizar y aprovechar mejor el tiempo, le quiten esos espacios de respiración natural y por eso muchas veces suenan como habladas por robots.

Además, en la radio, particularmente en las emisoras musicales, hemos aprendido que no debe haber baches o silencios.

Sin embargo, cuando conversamos con alguien no lo hacemos sin respirar sino que hacemos pausas para darle mayor intención a lo que hablamos. Una pausa causa suspenso o puede demostrar molestia y otras sensaciones que complementan la conversación.

Dejemos el miedo al silencio. Eso también hace parte de nuestra conversación.

Conclusión

Según la Real Academia de la Lengua, ‘metiche’ es lo mismo que ‘entremetido’, y significa “Dicho de una persona: Que tiene costumbre de meterse donde no la llaman”.

Así son los oyentes: ellos quieren ‘meterse’ en la conversación que usted genere en su emisora, quieren fisgonear lo que usted y su equipo están hablando. Siendo así, haga todo lo posible para engancharlos con conversaciones entretenidas y que aporten conocimientos, información o diversión.

ACERCA DEL AUTOR
Tito López hace radio desde 1975 y ha creado formatos radiofónicos exitosos en Colombia, Portugal, Chile, Panamá y Costa Rica.
Es coach de talentos, intérprete de investigaciones de audiencia, productor, blogger, libretista y conductor de programas de radio.
Lo puede seguir en Facebook como Oscar.Tito.Lopez y en Twitter como oscartitolopez.
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