12 consejos para ser un gran locutor o presentador de radio

Hay un largo camino para convertirse en un buen locutor, pero no es imposible. Es más fácil de lo que parece.

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Este señor entendió que solo iba a triunfar dejando de imitar a otros locutores y siendo él mismo.

Cuando alguien piensa en convertirse en locutor de radio puede pensar que el trabajo es relativamente simple. Lo único que hay que hacer es sentarse frente a un micrófono y comenzar a decir lo que se le vaya ocurriendo.

La verdad es que esto no lo piensan solo las personas que quieren trabajar en radio. De hecho, muchos locutores que ya trabajan hacen eso y tal vez por eso nunca progresan, nunca llegan a pasar al siguiente nivel, nunca los llaman de otras emisoras ni reciben el salario que quisieran alcanzar.

Lo que pasa es que para ser un buen locutor de radio se necesita mucho más que abrir la boca y comenzar a hablar.

El desafío real para cualquier locutor de radio es no solo lograr que lo escuche mucha gente sino que quienes lo hagan se queden por la mayor cantidad de tiempo posible. Y eso no lo va a lograr quien habla de lo primero que se le ocurre sin preparación o planificación previa.

Un contenido atractivo, diferente y divertido impactará a sus oyentes y hará que quieran participar en su turno o en su programa. Querrán interactuar con usted, desearán discutir acerca de lo que habla ya sea mediante mensajes de WhatsApp, por las redes o mediante llamadas telefónicas.

Un presentador de radio puede parecer que está hablando de lo primero que le viene a la mente. Bueno, es posible que eso sea lo que hace, pero los locutores de radio realmente ganadores, los que la gente prefiere y sigue son aquellos que preparan lo que van a decir.

Y preparar lo que se va a decir es más importante hoy en día que nunca por una simple razón: el público tiene demasiadas opciones de entretenimiento y muy poco tiempo para decidir si se queda escuchando o si se va a otro sitio más entretenido.

Si al abrir el micrófono usted se queda 3 minutos saludando y repitiendo frases gastadas y aprendidas de memoria sin llegar a decir nada interesante o que enganche a los oyentes, ellos se irán a otro lado y usted correrá el riesgo de perder su trabajo.

Una buena analogía es pensar en un comediante de stand-up que se sube al escenario sin haber preparado su show, hablando sin parar de manera improvisada a ver si logra arrancar alguna sonrisa del público. Lo más probable es que eso no funcione y que la gente se vaya… y no regrese a verlo nunca más.

Entonces, ¿qué debe hacer para triunfar en la radio como locutor o presentador?

Esta respuesta no es fácil. No hay una fórmula escrita. Son muchos los detalles que hay que tener en cuenta. Sin embargo, a continuación presento algunas ideas que podrán ayudarle a mejorar su trabajo:

1. Las 3 preguntas iniciales

Antes de comenzar a hablar frente al micrófono, hágase estas tres preguntas:

  • ¿Cuál es el punto?
  • ¿Por qué voy a hablar de este tema?
  • ¿A quién le importa?

Asegúrese de conocer la respuesta a estas 3 preguntas antes de entregar cualquier contenido en su programa. Esto le ayudará a ofrecer un contenido con el que la gente se sienta identificada y permanezca enganchada.

Antes de hacer cualquier cosa en radio, piense en su audiencia y en las formas de involucrarla. ¿Qué quiere que recuerden luego de haber escuchado lo que dijo? ¿Cómo quiere que reaccionen frente a lo que habló?

Procure que los oyentes se sientan involucrados, se sientan identificados, sientan que usted los entiende y quiere acercarse a ellos. Una salida al aire con un propósito claro siempre será más atractivo que una salida al aire sin saber para dónde va.

2. Sea breve. Mantenga su conversación simple.

La regla de oro en la radio es «una idea a la vez». Si en una sola salida al aire usted habla de muchas cosas diferentes va a confundir a su oyente y podría hacer que pierda la atención o que no entienda lo que usted le quiso decir.

Cuanto más corta y simple sea su salida al aire, más fácil será para su oyente entender y engancharse con lo que está diciendo.

Es preferible que le sobre material a tratar de usarlo todo durante su turno o su programa. Escoja lo mejor y concéntrese en presentarlo de manera clara y entretenida, y lo que no alcance a decir guárdelo para el día siguiente.

3. Planifique cada intervención al aire

  • ¿Cómo va a iniciar?
  • ¿Cómo va a introducir al oyente en lo que va a hablar?
  • ¿Cómo va a terminar?

La última pregunta es la más importante de las 3. Es clave que planifique cómo terminar su salida al aire. Igual que el objetivo de un equipo de fútbol es hacer los pases y jugadas necesarias para que el delantero haga un gol, usted tiene que tener claro cómo va a cerrar el tema.

En el fútbol, el portero no puede sacar el balón a ver dónde cae, y quien lo recibe no se puede quedar quieto o pasándosela el resto del juego a un compañero. El arquero mira quién está en mejor posición para recibir la pelota; quien la recibe buscar a quien pueda anotar y al final se tira al arco contrario buscando el gol.

En otro ejemplo, no hay nada peor que un chiste con un mal final. Todo el mundo odia a esos que tratan de contar un chiste y lo dañan al final porque no saben terminarlo con gracia.

Aunque no sea algo chistoso, usted tiene que hacer que el final sea memorable. Que la persona entienda lo que le quería decir.

Si está haciendo un simple turno en una emisora musical y está contando alguna cosa a sus oyentes, piense en la forma en la que pueda enlazar lo que estaba hablando con la canción que viene a continuación.

4. Procure no hablar encima de las canciones

Las emisoras enfocadas al público joven, las que presentan los éxitos del momento, han aprovechado desde hace muchos años los ‘intros’ de las canciones, ese segmento musical que suena antes de que el intérprete empiece a cantar.

Eso está bien si se quiere dar más agilidad y dinamismo a la locución, pero hay que saber hacerlo bien.

Para eso están los audífonos. Si lo va a hacer, escuche con atención cómo termina la canción anterior y trate de hablar en el mismo tono y ritmo y haga la transición a la canción que viene cambiando también su estado de ánimo.

Si la canción anterior es suave y melancólica, no entre gritando. Hable tranquilo, como si usted fuera uno de los músicos, y si la canción que sigue es alegre, busque la forma de despedir la anterior antes de arrancar con la nueva y cambie su tono para estar acorde con esta.

Sin embargo, recuerde que cada vez hay más opciones de escuchar música y en las plataformas nadie habla encima de las canciones. El oyente las puede escuchar completas sin que alguien las dañe o las ‘ensucie’ con una locución.

Desde siempre, a los oyentes les ha molestado que los locutores hablen encima de las canciones. Y no: esto no viene de la época en la que querían grabar sus melodías favoritas desde la radio.

Es que, simplemente, los productores de la canción hicieron un gran esfuerzo para crear una pieza musical bien hecha de principio a fin, y si usted habla encima hará que el oyente no disfrute parte de esa canción.

En vista de lo anterior, si usted trabaja en una emisora musical que no sea de éxitos contemporáneos o muy rítimcos, procure no hablar encima de las canciones. Permita al oyente disfrutar de su música favorita, tal como usted lo hace cuando escucha sus playlists en Spotify o YouTube.

Cada canción que usted pone al aire puede ser la favorita de muchos oyentes. Respete la música, respete a su oyente.

5. Aprenda a vender.

Si usted trabaja en una emisora de radio comercial, uno de sus trabajos será vender o promover un concurso u otro programa de la estación.

Muchos directores prefieren entregar un texto escrito para ser leído por los locutores. De esta forma se evita la improvisación, que en el caso de un concurso, puede ser desastrosa si no se sabe manejar bien.

Las condiciones y reglas de los concursos muchas veces son confusas. Las mecánicas de participación hay que entregarlas de manera clara para que los oyentes entiendan la forma de participar, ganar y reclamar sus premios.

Por eso es preferible que los locutores lean un texto.

Sin embargo, hay que saber a manejar el arte de sonar como si estuviera improvisando mientras lee. Ser capaz de sonar al aire como si no estuviera leyendo el texto.

Si no se hace bien, el resultado al aire puede ser muy aburrido, como si estuvieran recitando de memoria unas frases o como si estuvieran obligados a decirlas.

Por esto es clave que lea previamente cualquier texto, que entienda lo que está vendiendo y tratar de sonar al aire como si no estuviera leyendo un guion. Le aseguro que tener un libreto y saberlo interpretar al aire para que suene como una improvisación es mucho más profesional que una locución improvisada en la que se gaguea, se repiten los conceptos y se olvidan muchos detalles.

6. Evite las tradicionales muletillas de radio

Con los buenos días”. “Así de que…”. “Déjanos tus mensajitos…”. “Les tengo un invitado muy especial”. “Pues, nada…”. “Así que estén pendientes…”.

Como estas hay decenas de frases que los locutores, especialmente los más novatos, repiten y repiten en cada salida al aire. Suenan uniformados. El oyente no tiene forma de reconocerlos porque hablan igual a los de otras emisoras.

Frases como “esta canción me encanta” o “súbale el volumen a su radio” ya están demasiado trilladas.

Cultive su vocabulario. Esto solo se consigue leyendo. Leyendo mucho. Lo que sea.

Piense antes de hablar. Mida sus palabras. Procure emplear palabras y términos diferentes cuando pueda. No tiene que sonar rebuscado, pero sí puede tratar de sorprender al oyente entregando una forma diferente cada vez que va a hablar de algo.

Esto requiere esfuerzo y concentración. Sí, lo mismo que necesita una atleta que quiere gana una competencia, mejorar sus propias marcas o batir un récord. Si un deportista lo puede hacer, usted también.

7. Practicar, practicar y practicar

La única forma de lograr lo que he mencionado atrás es poniendo todo lo anterior en práctica. Hoy en día es muy fácil grabar en casa, incluso en su propio teléfono. Hágalo. Practique. Ensaye. Equivóquese.

Abra una emisora en línea por internet, una de esas gratuitas. La idea no es tratar de conseguir miles de oyentes. Lo siento, eso no lo va a lograr. Pero sí puede usar esa emisora para practicar, para hacer ensayos, para intentar cosas nuevas, para experimentar nuevas formas de comunicarse con la audiencia.

8. Descubra qué tipo de presentador quiere ser

¿Es usted bueno para hablar de sí mismo, de sus experiencias de vida y de pequeñas anécdotas divertidas? ¿Es usted un presentador que se siente cómodo solo hablando de las canciones que está tocando? ¿Lo que le gusta es interactuar con sus oyentes al aire?

Averigüe cuál es su zona de confort, cuáles son sus fortalezas y debilidades como presentador. Cuando descubra para qué es bueno, cuando entienda cómo se siente más cómodo al estar al aire, trabaje en ello.

9. Entrene su «oído de radio».

Escuche muchos estilos diferentes de presentadores de radio, tanto en emisoras locales como nacionales. Incluso, hoy en día es fácil escuchar emisoras de cualquier lugar del mundo.

Escuche con atención y aprenda de lo que cree que suena bien y de lo que no suena tan bien. Los mejores presentadores saben instintivamente qué funciona en el aire y qué no, y lo saben porque escuchan mucha radio.

10. Sea usted mismo

Cuando trabajaba en la cadena de radio Caracol, por allá a inicios de los años 90, hubo una situación particular. En Radio Reloj, una de las emisoras populares de la empresa, se realizaba un noticiero muy exitoso, especialmente por el estilo de su presentador, el gran Cristóbal Américo Rivera.

Una emisora de la competencia le ofreció un mejor sueldo y se fue. Pero Pedro González, uno de sus compañeros de trabajo, lo sabía imitar a la perfección, así que las directivas decidieron que fuera él quien siguiera leyendo las noticias en el tono característico del señor Rivera.

Como era de esperarse, el experimento no funcionó. El público inmediatamente se dio cuenta de que era una copia, a pesar de que la imitación era muy buena.

Con el tiempo, el señor González entendió que le iría mejor siendo él mismo. Sabía que lo suyo no estaba en la lectura de noticias sino en el humor, y fue así como creó un personaje chistoso que representaba a un campesino del altiplano central de Colombia.

Así nació “Don Jediondo”, un personaje que se volvió muy popular en el país haciendo lo que mejor sabía hacer, sin imitar a otros humoristas sino dándole forma al personaje que había inventado. Hoy en día es uno de los humoristas más reconocidos del país, varios cuentachistes han tratado de imitarlo y han aparecido varios personajes inspirados en su trabajo.

Está bien escuchar a sus ídolos de la radio. Aprender de ellos. Probablemente usted querrá sonar como ellos mientras se toma confianza. Así empezó Pedro González. Así empecé yo.

Sin embargo, entienda que la radio ya tiene a esos locutores. La gente ya los conoce, los admira y los sigue, así que usted no puede tratar de sonar igual a ellos, porque va a perder el tiempo. Encuentre su propio estilo y verá que todo será más fácil.

11. Grabe todo lo que haga.

No deje que nada de lo que hace en radio se pierda en el aire. Grábelo, guárdelo, escúchelo, aprenda de lo que ha hecho. Esto incluye programas o turnos en los que no quedó satisfecho. Esto, en radio, se llama ‘Aircheck’ (‘Chequeo al aire’). Esta técnica se va mejorando con el tiempo y es de gran ayuda.

Si su jefe no lo hace hágalo usted mismo. Así como usted escucha con atención a otros locutores, los critica o los admira y entiende en que podrían mejorar, usted puede hacer lo mismo con su trabajo al aire. Es la mejor forma de corregir sus propios defectos.

Escuche su programa en tiempo real y analice qué funcionó y por qué y qué no funcionó y por qué.

12. El consejo más importante

Diviértase al aire. Disfrute su trabajo. Usted nunca sabrá quién lo está escuchando. Si ha tenido un mal día y está aburrido, eso se transmitirá a su audiencia. Ellos se darán cuenta. O podría estarlo escuchando el director de otra emisora y se llevará una imagen negativa de usted.

Su programa o su turno es su mejor momento para brillar y mostrar lo que puede hacer, así que aprovéchelo al máximo. Deje sus problemas y preocupaciones fuera de la cabina. Entienda que está en otro mundo: el fantástico mundo de la radio, donde todo debe ser positivo.

Conclusión

Ya se dio cuenta de que ser un buen locutor no es simplemente abrir el micrófono y decir lo primero que se le ocurra. Hay un largo camino para lograrlo. Pero si ha leído con atención se dará cuenta de que no es imposible, y de que es más fácil de lo que parece.

Solo hay que tomar la decisión de poner estos consejos en práctica.

¡Feliz turno!

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