¿Se imagina llamar a un número fijo para escuchar un programa o unas canciones, en lugar de escucharlas a través de un radio? ¿Se imagina un radio que funcionaba con gas, igual que una estufa? ¿Se imagina jugar con dardos a través de la radio?
Cuando algunos dicen que en la radio “ya todo está inventado”, yo creo que tienen toda la razón. Solo hay que darle una leída a las curiosidades y hechos insólitos relacionados con la radio que quiero presentar a continuación.
Situaciones que muestran la inventiva, la creatividad y la gran influencia que la radio ha ejercido durante toda su historia. A continuación, resumo algunas de las más divertidas e insólitas anécdotas de la radio en todo el mundo.
- Licencias para poder escuchar radio
Esto les va a parecer extraño, pero la gente que quería tener un radio y escuchar su programación en el Reino Unido tenía que obtener una licencia, similar a la de conducción de autos. El costo de la licencia era de 10 chelines al año.
Todavía no se sabe por qué a alguien se le ocurrió esta ley. Sin embargo, esta práctica estuvo vigente entre los años 1922 y 1971. El dinero recogido iba a parar a las arcas del Estado. Hoy en día, la gente aún se pregunta cómo comenzó a aplicarse esta ley y por qué desapareció.
Pero lo más curioso es que hoy en día, a pesar de los avances tecnológicos, el costo de la licencia de televisión en el Reino Unido, que también cubre la escucha de radio, es de 159 libras por año (unos 210 dólares) para una licencia de TV en color estándar.
Hay descuentos disponibles, como una licencia de TV en blanco y negro por £53.50 (80 dólares) al año y un descuento del 50% para personas ciegas o con discapacidad visual severa, y la licencia es gratuita para personas mayores de 75 años de edad.
Esta licencia es obligatoria para acceder a los servicios de televisión y radio, y no pagarla puede incurrir en sanciones significativas, incluyendo multas de hasta £1.000 (1.270 dólares).
Además, el servicio BBC iPlayer, que permite acceder a los canales de televisión y radio de la BBC a través de internet, es gratuito para quienes hayan pagado la licencia de televisión en Reino Unido. Este servicio ofrece acceso a programas de televisión y radio, tanto en vivo como grabados.
- Radio por teléfono
Si usted cree que escuchar radio a través del teléfono celular es un invento reciente, le tengo noticias: en los años 30 del siglo pasado surgió una nueva tecnología, que podría considerarse precursora de la hoy llamada “banda ancha”.
El sistema se llamaba Drahtfunk (radio por cable), y permitía escuchar radio a través del teléfono. El sistema fue desarrollado en Noruega y Suiza, países montañosos donde la recepción de radio era difícil.
Aunque no lo crean, los primeros intentos se hicieron a través de las líneas eléctricas. Es decir, la radio viajaba por cables de alta tensión y llegaba a los radios conectados a la red. Pero en los años 30, con la llegada del teléfono, comenzaron a usar las líneas telefónicas para transmitir la señal de radio.
Para poder escucharla simplemente se llamaba a un número y la señal llegaba al auricular.
Una de sus grandes ventajas era que la Drahtfunk no podía ser bloqueada, ya que venía por líneas terrestres a cada hogar. Con el fin de que sus transmisiones no fueran interceptadas por los Aliados en la Segunda Guerra Mundial, los alemanes comenzaron a usarla.
Era particularmente útil durante los bombardeos aéreos, cuando los transmisores de radio convencionales tenían que apagarse para evitar que fueran usados por el enemigo para encontrar su ubicación.
También era una manera más segura de alertar a la gente de los bombardeos que las sirenas y fue lo que más hizo que la gente se fuera a los refugios. Se comunicaba en detalle la cercanía y progreso de los aviones enemigos.
Los berlineses se reunían con mapas del área local e iban siguiendo el curso de los bombarderos a medida que el presentador leía las coordenadas. Drahtfunk siguió usándose hasta los años 50 en el sector estadounidense de Berlín, aunque para ese entonces las transmisiones eran más alegres.
- Marconi y el Titanic
Nadie hubiera sobrevivido al naufragio del Titanic si no fuera porque ese transatlántico estaba equipado con un transmisor vendido por Guillermo Marconi. Por tratarse del barco más moderno de la época, contaba con lo último en tecnología, una verdadera novedad que las demás embarcaciones no usaban.
Gracias a esa transmisión inalámbrica, un barco que pasaba por allí cerca llamado Carpati pudo llegar al lugar del naufragio y ayudar a rescatar a los 705 pasajeros que se salvaron de morir en las frías aguas del Atlántico.
Marconi, que casualmente estaba en Nueva York en ese momento, fue uno de los primeros testigos invitados a comparecer ante el Senado para hablar acerca del desastre. Allí aprovechó para sugerir que todos los buques estuvieran obligados a usar equipos inalámbricos de comunicaciones las 24 horas del día, lo que fue aprobado por el Comité.
- Radio-vote: precursor de los «me gusta» de Facebook
Este fue un invento que permitía a los oyentes votar por diferentes temas transmitidos al aire por las emisoras de radio. Se trataba de una caja que se le adjuntaba al radio y funcionaba como un aparato para hacer encuestas instantáneas.
Tenía tres botones: ‘Conectado’, ‘No’ y ‘Sí’. Mediante estos botones la gente podía opinar acerca de lo que estaba escuchando. La idea inicial era que la gente votara, usando esta tecnología, por sus canciones favoritas. Es decir, cada vez que sonaba un tema, la gente votaba ‘Sí’ o ‘No’, similar a como hoy en día usamos ‘dedo arriba’ o ‘dedo abajo’ en las redes.
La idea era novedosa, y muy pronto los radiodifusores le encontraron otras posibilidades, especialmente para que la gente participara en encuestas de opinión acerca de los diferentes tópicos que hablaban en sus programas.
Un comentarista predijo que «el presidente de Estados Unidos puede pararse frente a un micrófono, hacer una pregunta sobre política pública y recibir la respuesta inmediata de millones».
Pero había un pequeño problema: cuando el oyente apretaba el botón, la señal se demoraba siete horas en llegar a la estación de monitoreo…
- Radios que catapultaron una cultura musical
Es probable que, sin las radiograbadoras de los años 70, el Hip-Hop no hubiera alcanzado el éxito que tiene hoy en día, convirtiéndose en el género musical más escuchado en los Estados Unidos, según datos de enero de este año, y en la fuente de inspiración para los sonidos Urbanos de hoy.
Y el impulso se dio gracias a los gigantescos ‘cajones de sonido’ o ‘boomboxes’, unas radiograbadoras de grandes dimensiones que tanto Hispanos como Afroamericanos comenzaron a cargar sobre sus hombros para llevar la música a todo volumen por todas partes.
Las ‘boomboxes’ fueron lanzadas al Mercado estadounidense a mediados de los años 70, y las marcas pioneras fueron Panasonic, Sony, Marantz y General Electric.
La comunidad urbana adolescente de los Estados Unidos adoptó estos equipos de sonido portátiles, especialmente en las áreas metropolitanas de Nueva York, Los Ángeles y Washington D.C.
Al principio se usaban para escuchar radio, pero poco a poco se les fueron involucrando otras tecnologías, entre ellas la posibilidad de grabar y reproducir casetes, parlantes separados para brillos y bajos, ecualizadores, entradas y salidas de audio y de micrófono y muchas opciones más.
Gracias a que se fueron volviendo más grandes y pesadas, esas ‘cajas de sonido’ podían reproducir los bajos de una manera más fuerte y profunda, lo que fue aprovechado por los productores de Hip-Hop para darles un sonido característico a sus producciones.
La popularización de estos aparatos trajo también un rechazo a su sonido y a la cultura que representaba por algunos sectores de la población. De esta forma, quienes atacaban la cultura del Hip-Hop comenzaron a llamarlos «ghetto blasters».
Las autoridades de algunas ciudades comenzaron a prohibir el uso de las ‘boomboxes’ en lugares públicos y cada vez más el público comenzó a rechazarlas en las calles de las ciudades.
Algunos modelos como el JVC RC-M90 y el Sharp GF-777 fueron conocidos como las reinas de las ‘boomboxes’, las cuales eran usadas en las famosas batallas musicales callejeras de donde salió, entre otras tendencias, el baile del Breakdance.
- Radio a gas
Aunque el uso masivo del gas es relativamente reciente en nuestro continente, ya desde los años 30 del siglo pasado comenzó a promoverse en los países más avanzados. La idea era que la gente dejara de usar energía eléctrica para pasarse al gas.
Por esos días la radio había despertado un gran interés entre el público, tal como lo tienen hoy los teléfonos inteligentes. Estaba de moda y todo el mundo quería tener un radio en su casa. Y como no se habían inventado aún los radios portátiles de pilas, todos los radios estaban conectados a la red eléctrica.
Fue allí cuando surgió la idea de crear un radio que funcionara a gas. La idea era que, si la gente quería escuchar a la BBC, en lugar de usar la electricidad podrían utilizar este nuevo recurso.
El primer radio de este tipo, con el cual pensaban inundar el mercado y desplazar los ya tradicionales radios eléctricos, medía casi un metro de alto, con el radio mismo arriba y un quemador de gas debajo metido en un gabinete forrado con asbestos. La ventaja es que, además, ayudaba a calentar un poco la habitación.
Después produjeron máquinas de lavar, gramófonos y aspiradoras a gas, pero desafortunadamente nada se vendió bien.
Esos aparatos se valían del efecto termoeléctrico: la corriente se obtiene explotando la diferencia en temperatura entre el aparato y su entorno. En Rusia eso se usó para desarrollar un radio que funcionaba con kerosene, que se usaba en áreas rurales en las que no había electricidad: para lograr que la temperatura ambiente estuviera lo suficientemente fría, uno tenía que escuchar radio con todas las ventanas abiertas.
- La radio no tiene futuro
William Thomson, más conocido como Lord Kelvin, fue un físico escocés, ingeniero e inventor, quien inventó la teoría del ‘cero absoluto’, que habla de la ausencia teórica de toda energía térmica.
En 1895, Lord Kelvin, que además era el presidente de la Real Sociedad de Londres, predijo que la radio no tendría futuro. Sin embargo, 5 años después de este anuncio, comenzó a operar la primera fábrica de receptores de radio.
Y este no fue el único error de Lord Kelvin. Aseguró que las máquinas voladoras que fueran más pesadas que el aire tampoco podrían funcionar nunca, y en 1900 dijo que los rayos X eran un engaño.
Hoy existen más de mil millones de aparatos receptores de radio, sin hablar de los miles de millones de teléfonos celulares que pueden recibir su señal. Además, existen más de 35 mil emisoras de radio alrededor del mundo.
Y, como todos sabemos, los vuelos comerciales son más populares que nunca y la medicina no tendría sus grandes logros, en parte, de no ser por los rayos X.
- Jugar dardos por radio
Al principio la radio simplemente transmitía noticias y programas de radioteatro, pero poco a poco se le fueron añadiendo programas de entretenimiento y humor.
Y una consecuencia lógica de su evolución fueron los concursos. Fue así cómo, también en los años 30, apareció un juego muy novedoso en el Reino Unido. En 1938, el campeón F.H. Wallis retó a toda la audiencia radial a un juego de dardos llamado ‘301’.
Desde el pub Alexander Arms en Eastbourne, tiraba sus tres dardos y se anunciaba cuántos puntos había logrado. Luego había una pausa para que los radioescuchas tiraran sus tres dardos, donde fuera que estuvieran.
No se ofreció ningún premio: los radioescuchas que le ganaran a Wallis podían «darse una palmada en la espalda y contárselo a sus colegas de trabajo al día siguiente». Bueno, al menos era menos polémico que poner a los oyentes a beber los orines del locutor…
Conclusión
Ese juego, ese concurso, esa transmisión, ese programa… todo eso que usted ha creído haber inventado en su emisora de radio, es posible que ya alguien lo haya hecho tiempo atrás.
Sin embargo, no se descorazone. No todo el mundo lo sabe, y esa idea que tiene en su cabeza puede convertirse en una gran novedad para su público.
Haga como el genial William Vinasco, el radiodifusor colombiano propietarios de la empresa Radiópolis y que maneja emisoras como Candela y Vibra: en su eslogan asegura, “Nosotros no inventamos la radio. Simplemente la hacemos mejor”.