Anécdotas de las transmisiones remotas del siglo pasado

¿Es posible sacar una transmisión remota de radio usando alambre de púas o los rieles de un tren? Recordemos algunas curiosas anécdotas de radio...

0
Un técnico de radio conectando su consola a una cerca de alambre.

Esta semana vi una publicación en un grupo de radio en Facebook en la que un colega contaba una anécdota de su padre, que también trabajaba en radio, y aseguraba que un día, durante una transmisión en carretera de una competencia ciclística, “el cable no le alcanzó para llegar a la meta volante y él, muy recursivo, se pegó de una cerca de alambre de púa y sacó su transmisión al aire”.

Esto me hizo recordar otra anécdota que me contó un excompañero de trabajo en el Radio Sistema Federal de Medellín. José “Camajín” Cardona, un veterano técnico de la radio, me contó una historia parecida.

“Camajín” me aseguró que, durante otra transmisión ciclística en carretera, el cable no le alcanzó, pero en lugar de alambre de púas llevó los dos cables de la consola hasta los rieles de un tren que pasaba al lado del camino y más adelante sacó otros dos cables y los pegó a la línea telefónica.

Un técnico trata de conectar los cables de su consola a los rieles de un tren.

Estas historias sobre la transmisión de audio a través rieles de tren y alambradas de púas son ciertamente llamativas y evocan una época de ingenio y experimentación en la radiodifusión.

Yo no puedo negar la creatividad y la determinación de quienes intentaron estas soluciones, personas que tuvieron grandes logros en las transmisiones remotas, pero creo que resulta importante analizarlas desde una perspectiva histórica y técnica para determinar su viabilidad.

Para ello vamos a hacer un pequeño análisis, hasta donde llegan mis escasos conocimientos técnicos:

En cuanto a la transmisión a través de una alambrada de púas, las limitaciones técnicas son muy severas:

  • Conductividad: El alambre de púas no es un conductor eléctrico eficiente, lo que provocaría una pérdida significativa de señal.
  • Aislamiento: La falta de aislamiento entre los alambres podría generar cortocircuitos o fugas de corriente, interfiriendo con la transmisión.
  • Impedancia: Al igual que en el caso de los rieles, la falta de coincidencia de impedancia entre la consola y la alambrada podría generar reflexiones de señal.

En el caso de la transmisión a través de rieles, la idea se basa en la conductividad eléctrica del metal. Si bien los rieles podrían haber actuado como conductores, la calidad del sonido transmitido se vería afectada significativamente por varios factores:

  • Resistencia eléctrica: La resistencia natural de los rieles y la longitud del trayecto podrían provocar una atenuación considerable de la señal, degradando la calidad del audio.
  • Interferencias electromagnéticas: Las fuentes de interferencia electromagnética, como líneas eléctricas o motores, podrían afectar la señal de audio, introduciendo ruido y distorsión.
  • Impedancia: La falta de coincidencia de impedancia entre la consola y los rieles podría generar reflexiones de señal, afectando la claridad del sonido.

Si bien la creatividad y el ingenio de quienes cuentan estas historias son admirables, es poco probable que sus métodos de transmisión a través de rieles y alambradas de púas hayan producido resultados satisfactorios.

Las limitaciones técnicas mencionadas anteriormente hacen que estas soluciones sean poco viables desde una perspectiva técnica.

Todo esto sin contar que, si ni siquiera tenían un cable lo suficientemente largo para una transmisión, es difícil de creer que tuvieran las herramientas y los filtros eléctricos necesarios para manejar las impedancias, las pérdidas de señal y las interferencias…

La “Línea de 500”

En la misma publicación de Facebook, su autor escribe lo siguiente: “Aquellas bellas épocas de hacer un remoto, buscando línea de 500 para llamar a la emisora han quedado atrás hace varios años”.

Eso también me hizo recordar que, hasta finales de los años 90, era común escuchar a técnicos y operadores de sonido colombianos pedir a sus compañeros de transmisión que se comunicaran por “Línea de 500”.

Siempre me llamó la atención ese término. De hecho, lo usaban los locutores colombianos al aire en medio de sus transmisiones cuando querían comunicarse por teléfono directamente con los estudios.

En pocas palabras, ese término se convirtió en una forma ‘elegante’ y ‘secreta’ ante los oyentes de decir ‘llamada telefónica’, pero muchos locutores y técnicos estaban equivocados.

¿Qué es una ‘Línea de 500’?

En el contexto de las transmisiones de radio, una «línea de 500» generalmente se refiere a una línea telefónica dedicada de alta calidad utilizada para transmitir audio entre ubicaciones diferentes, como desde el estudio hasta el transmisor o entre dos estaciones de radio.

Este tipo de línea, también conocida como «línea de programa» o “par aislado”, se caracterizaba por tener una calidad de audio superior en comparación con las líneas telefónicas convencionales, permitiendo una transmisión clara y sin distorsiones.

El término «500» proviene de la especificación técnica utilizada históricamente para este tipo de líneas. Las líneas de 500 ohmios eran comúnmente utilizadas en la industria de la radio para asegurar la mejor calidad posible en la transmisión de audio.

Para poder usar una ‘Línea de 500’ era necesario llamar con anticipación a Telecom, que era la empresa que prestaba el servicio en Colombia, para que la instalara correctamente, y lo ideal era conectar un ‘Pato’ para mejorar la calidad del sonido.

Recordemos que, con la llegada de la era digital, poco a poco dejaron de utilizarse las ‘Líneas de 500’ ohmios.

En resumen, una ‘Línea de 500′ no se refería al uso de un teléfono para conversar entre el técnico y el estudio, sino que era una línea de transmisión especiaalizada que permitía generar una mejor calidad de sonido.

¿Un ‘Pato’?

Sí, así se le llamaba en Colombia a un «compandor» o «compandador«, un dispositivo que combinaba compresión y expansión del sonido. Al comprimir la señal en el extremo de transmisión y expandirla en el extremo de recepción, se mejoraba la relación señal/ruido.

¿Cómo funcionaba? El compresor incorporado en el equipo reducía el rango dinámico de la señal de audio, atenuando los picos de volumen y amplificando los sonidos más bajos. Esto uniformaba la señal, haciéndola más resistente a la distorsión y la interferencia durante la transmisión telefónica.

Por su parte, el limitador establecía un nivel máximo de volumen que la señal no podía superar, evitando la sobrecarga y la distorsión en los equipos de transmisión y recepción.

Finalmente actuaba un expansor. En el extremo receptor, el expansor revierte el proceso de compresión, ampliando el rango dinámico de la señal para recuperar la riqueza y el detalle del sonido original.

¿Y por qué se le llamaba ‘Pato’ en Colombia? Resulta que, para activar el equipo al momento de hacer la transmisión, había que apretar un botón en ambos equipos, el de transmisión y el de recepción.

Sin embargo, ocasionalmente ocurría que a uno de los dos operadores se le olvidaba activar ese botón, y la voz comprimida sonaba de manera caricaturesca, parecida a la del Pato Donald de los dibujos animados de Disney.

Esto se debía al cambio en la dinámica de la señal de audio durante el proceso de compresión y expansión.

«Deme dos cortes si me escucha»

Esta frase también era muy común de escuchar al aire durante las transmisiones de radio en la era analógica.

Recordemos que el uso habitual de los teléfonos celulares llegó a mediados de los años 90. Antes de ello, las comunicaciones entre los puestos de transmisión y los estudios centrales no eran tan sencillos.

Para ello, la mayoría de las veces -y dependiendo de los recursos de la emisora- se usaban radioteléfonos portátiles, aunque algunas de las grandes cadenas aprovechaban sus enlaces de FM de ida y vuelta para comunicarse.

Sin embargo, y de manera especial cuando se iban a hacer las pruebas antes de la transmisión, era posible que el técnico o el encargado del remoto no tuviera un teléfono cercano ni otro medio para comunicarse con los estudios centrales.

Por eso, luego de conectar el ‘pato’ comenzaba a hablar por el micrófono para ver si lo escuchaban internamente en el estudio, pero si no tenía una señal de retorno, la única solución era pedir que se hicieran uno o dos cortes de la señal que estaba saliendo al aire.

De esta forma, se hizo muy común el chiste que decía: “Si me escucha haga un corte. Si no me escucha, haga dos”.

Conclusión

Si bien es técnicamente posible que una señal de audio viaje a través de conductores inusuales como rieles de tren o alambradas, las condiciones prácticas, la calidad del audio y los riesgos involucrados hacen que sea muy improbable que estas técnicas se usaran de manera efectiva y segura en una transmisión de radio profesional.

Es más probable que estas historias sean exageraciones o mitos basados en intentos desesperados y creativos de solucionar problemas de transmisión.

Como sea, demuestran el ingenio y la creatividad de hombres de radio que siempre han disfrutado encontrar la forma de llevar la señal de radio a los oyentes, sin importar los obstáculos que encuentre en el camino.

Siempre será entretenido hablar de estas pintorescas historias, que usted podrá ampliar leyendo estos otros artículos escritos por mí:

ACERCA DEL AUTOR
Tito López hace radio desde 1975 y ha creado formatos radiofónicos exitosos en Colombia, Portugal, España, Estados Unidos, Chile, Panamá y Costa Rica.
Es coach de talentos, intérprete de investigaciones de audiencia, productor, blogger, libretista y conductor de programas de radio.
Lo puede seguir en Facebook como Oscar.Tito.Lopez y en Twitter como oscartitolopez.

 

COMPARTIR

Agrega un comentario

Please enter your comment!
Please enter your name here