¿Los oyentes de radio quieren canciones más cortas?

La música se ha vuelto desechable, y hay gente que solo quiere oír el gancho de una canción y pasar a la siguiente lo más pronto posible...

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El amor por la música ha cambiado...

Un día llevaba a mi hija al colegio en nuestro carro. Ella tenía unos 15 años por esa época y era la encargada de poner la música. Yo, como radiodifusor empedernido, miraba de reojo su comportamiento.

En las memorias del auto tenía guardadas emisoras de corte juvenil y veía que ella sintonizaba alguna, escuchaba la canción del momento y, luego de un minuto, cambiaba a otra emisora, y así sucedió a lo largo de ese corto viaje.

Al llegar a su colegio, y antes de bajarse del carro, le pregunté por qué actuaba así, por qué no dejaba que se acabaran las canciones y por qué estaba cambiando de emisoras todo el tiempo. Y su respuesta fue clara: “de pronto me estoy perdiendo de alguna canción mejor en otro lado”.

Este comportamiento no representa el de un oyente común, solo el de mi hija en esa época. Es decir, no es una investigación seria ni una encuesta, pero es posible que muchas personas, especialmente a su edad, pensaran igual.

Y, al parecer, hay gente en la radio que entendió este fenómeno y quiso replicarlo luego de observar el comportamiento de algunos de sus oyentes. Tal fue el caso, por ejemplo, de Tropicana Estéreo de Bogotá.

Toño Casale, quien estuvo al frente de esa emisora entre 2006 y 2007, pretendía diferenciarse no solo de sus competidores sino de las demás estaciones de radio, poniendo más música cada hora. Su interés primordial era tocar el mayor número de canciones posible durante ese lapso.

Antonio «Toño» Casale, exdirector de Tropicana Estéreo, quien recortaba las canciones para tocar más música cada hora.

Luego de haber sido número 1 durante 10 años consecutivos con su programación de salsa y merengue, en 2005 Tropicana había sido duramente golpeada por la llegada del reggaetón, y había perdido ese primer lugar.

“La emisora estaba en un bajón importante”, recuerda Casale, y añade: “había caído al sexto lugar probablemente, pero en el primer semestre del 2007, en solo 3 o 4 meses, subió al segundo lugar. El cambio consistió en que les quitábamos a las canciones de salsa más importantes un minuto y medio o dos minutos, lo que nos permitía tocar, en promedio, 2 o 3 canciones más por hora”.

A pesar del éxito, las directivas de Caracol Radio, empresa a la cual pertenece Tropicana, decidieron pasar a Casale a otro cargo y vinieron nuevos cambios en la programación de la emisora, abandonando ese concepto novedoso y polémico.

Y aunque según el programador, “la verdad es que nadie lo percibió, no recibimos protestas”, esta reacción del público parece haber sido muy diferente a la de los radioescuchas de la emisora AMP de Calgary, Canadá, que decidió contratar el formato denominado ‘QuickHitz’ (que podría traducirse como ‘ÉxitosRapidoz’ en español)

En 2012, la empresa de radio SparkNet, creadora de novedosos formatos radiofónicos, entre ellos el de Jack FM, comenzó a comercializar una nueva forma de programar música bajo el nombre de QuickHitz.

El 12 de septiembre de ese año, la empresa anunció su primera afiliada, WYDS 93.1 the Party de Decatur, Illinois. Su eslogan o posicionamiento era «el doble de música en la mitad del tiempo» y prometía tocar 24 canciones por hora.

Las canciones en QuickHitz se editaban generalmente para quedar de solo 2:00 a 2:30 minutos. Además, se tenía la promesa de que nunca se pasarían más de 3 minutos de comerciales seguidos y que no se anunciarían ni los títulos ni los intérpretes de las canciones que sonaban.

En pocas palabras, la gran prioridad estaba en pasar la mayor cantidad de canciones sin interrupciones.

Y lo cierto es que las canciones estaban tan bien editadas que pocas personas se daban cuenta de ello, a pesar de que les cortaban los intros, las secciones instrumentales del medio y los finales, para acortar cada tema.

Ahora, el lanzamiento de ese formato pasó casi inadvertido por tratarse de una ciudad pequeña a la que nadie le prestó atención, pero cuando la emisora canadiense AMP 90.3 FM (CKMP) de Calgary asumió ese formato 2 años después, las quejas comenzaron a aflorar.

«Ahora, el doble de música», prometía la emisora en 2014.

En sus primeros días hubo mucho ruido entre los radiodifusores canadienses acerca de esta nueva fórmula de programar, y muy pronto comenzaron a aparecer artículos de prensa hablando acerca de este novedoso formato.

Y tan solo a los 6 días de estar al aire, el 25 de agosto de 2014, la cantante Jann Arden explotó contra AMP. Su canción «Insensible» de 1996 había llegado al Top 15 de las listas de éxitos estadounidenses. Ella había lanzado hasta esa fecha 13 álbumes y tres libros. Y sus trinos en Twitter mostraron lo que sentía al ver que le estaban recortando su canción:

  • “No escuches #AMP radio Calgary… están jodiendo con el arte que tomó miles de horas en crear. #estúpidos”.
  • “Estimada radio AMP Calgary. Por favor, no pongan mi música. Gracias, idiotas”.
  • “¿Cómo diablos tocarías alguna de las canciones de Leonard Cohen cortadas por la mitad? #ampradiocalgary? Imposible y poco ético”.
  • “Simplemente no los escuches. Es una pila gigante de mierda. #ampcalgary”.
  • “Aparentemente, a #ampradiocalgary no le gustan las cosas grandes y largas. ¿Hmmmmmm?

En cuestión de horas, esta rabieta de Arden con AMP se convirtió en noticia nacional, y mucha gente se preguntaba si era ético recortar el trabajo de todo un equipo de músicos y productores simplemente para acomodar más canciones cada hora.

Arden pidió un boicot contra la emisora y, entre otros comentarios, anunció de manera sarcástica y en broma que la NHL había acortado sus juegos para que duraran solo un período y pidió a sus seguidores que le recomendaran «un libro medio bueno» para leer.

En respuesta al boicot, la casa matriz de AMP, Newcap Radio, sacó la música de Jann Arden de todas sus 90 estaciones canadienses, aunque Steve Jones, su vicepresidente de programación, reconoció por esos días en una entrevista a la CBC que no se podía negar que hubo algo de negatividad por parte del público.

«Algunos oyentes han dicho que no quieren escuchar la música así… Así que entendemos que esto no es para todos», dijo en agosto de 2014.

Pero continuó diciendo: “Abrumadoramente, la reacción de los oyentes ha sido: ‘Me encanta escuchar tanta música’. Quiero decir, es genial poder sintonizar una emisora durante 15 minutos y escuchar seis o siete canciones en ese corto período de tiempo. Así que la reacción de los oyentes ha sido en general bastante favorable».

Jones afirmaba que el lanzamiento de ese formato obedeció a los resultados obtenidos luego de dos años y medio de investigaciones de mercado. Dijo que la sociedad estaba cambiando la forma en que digerimos los medios, desde el audio hasta el video y la palabra impresa.

La empresa quería ver cómo la radio podía adaptarse a un mundo obsesionado con la comunicación rápida, tomando como ejemplo los 280 caracteres permitidos por Twitter (140 en esa época).

También explicaba que tener canciones de tres a cinco minutos de duración es una práctica que venía desde hacía 60 años, cuando las emisoras tocaban discos de 45 rpm y duraban 4 minutos en promedio. En cambio, una canción normal en AMP solo duraba entre 1:45 y 2:30 minutos.

Y llega la pregunta del millón: ¿tuvo éxito la emisora con su novedoso formato?

Definitivamente, no. Pero no porque a los oyentes no les hubiese gustado. Después de solo tres semanas con el formato, AMP lo eliminó el 19 de agosto de 2014 y regresó a un formato Top 40 tradicional.

La decisión se tomó, según Jones, porque si bien el formato «fue recibido con mucha curiosidad», Newcap había recibido una serie de amenazas legales, particularmente de artistas canadienses.

Explicó que «para hacer esto con éxito, tendríamos que enfrentar un proceso legal largo, divisivo y costoso que no estábamos dispuestos a asumir en este momento, especialmente cuando algunos de esos procesos provendrían de los mismos proveedores de contenido con los que trabajamos y que son socios en nuestro éxito».

En otra entrevista para The Globe and Mail, Jones dijo: “Mirando hacia atrás, realmente se siente como una oportunidad perdida para la industria. Nuestros focus groups concluyeron que, con las canciones más cortas, había una sensación de impulso perpetuo”.

La cuestión es que lo que hicieron los editores de QuickHitz -eliminar intros, pausas de guitarra, pausas de rap, puentes y desvanecimientos- se ha convertido en una práctica común hoy en día entre compositores y productores. La duración promedio de las canciones se ha ido reduciendo en los últimos tiempos.

El regreso de las canciones cortas

El alto consumo de plataformas de video como TikTok es probablemente el principal impulsor de esta tendencia. Las aplicaciones permiten a los usuarios crear videos cortos que a menudo usan música de fondo con fragmentos de canciones.

“Con TikTok, Instagram Reels y YouTube Shorts, las personas consumen unas cuatro piezas diferentes de contenido por minuto”, dice Akeel Henry, nominado para el premio canadiense Juno a productor del año. “Hoy en día es más difícil mantener a alguien enganchado durante más de tres minutos”.

Y es que, si bien la industria de la música pensaba siempre en la radio, las cosas han cambiado. Para su show de medio tiempo del Super Bowl de este año, Rihanna interpretó una mezcla de las partes más memorables de 13 de sus canciones diferentes en solo 15 minutos.

En los clubes de baile, es posible que las personas solo reaccionen al fragmento de una canción que escucharon en TikTok. “Se vuelven locos durante 20 segundos, y luego simplemente no quieren saber más de ella”, dice Rob Laska, compositor y cantante principal del grupo Valley, que ganó el premio Juno a mejor agrupación el año pasado. “No conocen el resto de la canción”.

De ahí la proliferación de DJ’s de mezclas.

Y lo que es una realidad es que ya no se hacen canciones para perdurar. Solo se quiere el éxito inmediato. La música se ha vuelto desechable. Muchos oyentes tienen menos apetito por las estructuras de canciones tradicionales.

El viejo axioma del negocio discográfico «No nos aburras, ve al coro» es una estricta doctrina de composición de canciones en la actualidad.

La ventaja de comenzar con un ‘gancho’ se relaciona con la forma en que se consume la música ahora. Con los servicios de streaming, la música es más accesible que nunca. Y si es fácil hacer clic en una canción, es igual de sencillo dejarla atrás y pasar a la siguiente, tal como lo hacía mi hija con la radio.

Y, ojo con este dato: De las 10 mejores canciones en el Billboard Hot 100 del año pasado, la mitad dura menos de tres minutos. Hace una década, ninguno de los 10 primeros, incluido “Call Me Maybe” de Carly Rae Jepsen, era tan corto.

Bueno, y en la actualidad hay éxitos como «Lala» de Mike Towers, que dura 3:17 minutos, «Ella baila sola» de Eslabón Armado y Peso Pluma, que dura 2:45 o «Celular» de Nicky Jam ft. Maluma y Chainsmokers que dura 2:56, por mencionar algunas.

Conclusión

Los tiempos han cambiado. Probablemente el experimento de Toño Casale con Tropicana estaba muy adelantado a la época. También es cierto que no le dieron tiempo para madurar su idea. Y lo de AMP en Canadá dejó de funcionar por temor a las represalias de los artistas, y no por la reacción del público.

Pero hoy, cuando vemos que, incluso, se han creado emisoras basadas en los éxitos de TikTok, no estaría mal hacer el intento, especialmente si se trata de emisoras enfocadas al público juvenil y que tocan los éxitos del momento.

Claro, es muy posible que formatos de música de catálogo enfocados a públicos adultos no deban hacerlo, pues sus canciones son tan antiguas, se han repetido tantas veces y son tan conocidas, que a los oyentes les podría parecer una ofensa que les recorten esos temas que hacen parte de la playlist de su vida.

Solo hay que imaginarse una versión de 2 minutos y medio de “Hey, Jude” de los Beatles, de “Escalera al cielo” de Led Zeppelin o de “Hotel California” de los Eagles…

Tito López hace radio desde 1975 y ha creado formatos radiofónicos exitosos en Colombia, Portugal, Chile, Panamá y Costa Rica. Es coach de talentos, intérprete de investigaciones de audiencia, productor, blogger, libretista y conductor de programas de radio. Lo puede seguir en Facebook como Oscar.Tito.Lopez y en Twitter como oscartitolopez.
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