¿Le llegó el momento de dirigir una emisora?

¿Está dispuesto a esperar? ¿A sacrificarse? ¿A aprender? Lea aquí algunas recomendaciones para ver si está listo para asumir esta gran responsabilidad.

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Yo me preparé y estudié para ser publicista. Uno de mis hermanos fue mi mayor inspiración para seguir esa carrera, en la que fue muy exitoso. Me encantaba su mundo en el cual podía expresar su creatividad de manera ilimitada y generar, al mismo tiempo, grandes ingresos para las empresas.

Empecé a hacer radio por joder, por hobby, porque me gustaba desbaratar equipos de sonido para saber cómo funcionaban y porque quería aprender a pasar mis discos de vinilo a cassettes.

Un día armé una emisora experimental basándome en planos publicados en un libro de proyectos de Mecánica Popular. Quería mostrarles a mis amigos la música que me gustaba. Desarmé una vieja grabadora de carrete abierto y en su chasis armé la estación, que solo abarcaba dos manzanas a la redonda.

Sin tener un locutor que me ayudara me tocó hablar a mí y, a partir de ahí, hace 45 años, comencé mi carrera de radio.

Empecé con mi mejor amigo que, además, tenía una inclinación natural hacia la radio además de tener un excelente gusto musical. Pero él tampoco pensaba que su futuro iba a estar en este medio. Su futuro estaba en el mundo corporativo. Para él, la radio también era un pasatiempo divertido.

En las emisoras que manejamos, él tomaba las decisiones de programación mientras yo me encargaba de la producción y el manejo de la marca. Los dos hacíamos locución y creamos un estilo particular en nuestra ciudad que rompió con los esquemas establecidos hasta entonces.

Y así, casi sin darnos cuenta, y convencidos de que estábamos haciendo algo nuevo y diferente, poco a poco nos fuimos convirtiendo en lo que en Colombia conocemos como ‘directores de emisora’ y que en otros lugares llaman ‘directores de programación’ o ‘directores artísticos’.

Al principio, lo que me gustaba era preparar, grabar y montar un programa. Nada me parecía más satisfactorio que, luego de dos días de trabajo, poder escuchar lo que había hecho.

Luego empecé a hacer turnos en vivo, y me complacía poder empatar dos canciones de manera perfecta, dinámica, calculada, y hablar únicamente lo necesario, entregando alguna información desconocida del tema o de su intérprete, siempre aprovechando el intro de la canción.

Sí, terminar un turno perfecto era la mayor satisfacción, más allá que el número de llamadas.

Aunque nos autoimpusimos turnos de locución, no teníamos problemas en trabajar en horarios diferentes, en acompañarnos en el turno del otro e, inclusive, hacer un turno de madrugada, de fin de semana o de día festivo.

Lo que importaba era la diversión.

Al parecer, todo ese entusiasmo y, seguramente, muchas de nuestras innovaciones permitieron que las emisoras en las que trabajábamos comenzaran a ganar audiencia, especialmente entre el público joven. Y con el crecimiento de audiencia llegaron las responsabilidades.

Entrar a competir contra emisoras establecidas, manejadas por gente con mucha más experiencia, implicó tomar más en serio el trabajo. También implicó tomar una decisión de vida, profesional, de carrera, de crecimiento, de futuro: ¿me dedico definitivamente a la radio? ¿Dejo de lado la publicidad?

En ese momento me desempeñaba como director de publicidad de Sandiego, el más grande centro comercial de Medellín. De hecho, fue el primer centro comercial de Colombia. Ganaba bien, hacía lo que me gustaba y para lo que me había preparado, y era un trabajo de prestigio.

Pero seguramente usted, que trabaja en radio, sabe lo que pasa cuando a uno se le mete ese ‘bicho’ de la radio: nada lo iguala. No sé qué es. No sé cómo describirlo. Solo sé que cuando uno se contagia del virus de la radio, no hay marcha atrás.

Incluso quienes han salido de ella por diferentes causas, que hoy denigran de ella y han pasado a medios más ‘disruptivos’ como las emisoras virtuales en línea y los pódcasts, en el fondo siguen haciendo radio, solo que de otra manera.

Yo me quedé con la radio. Afortunadamente. Y nunca volví atrás. Esa fue una de las decisiones más importantes de mi vida.

Y ahora que había decidido enfocarme en la radio me comprometí a tratar de ser un gran radiodifusor. A tomarme mi trabajo en serio. A hacerlo de manera profesional.

Así fue como comencé a estudiar, con los escasos recursos existentes en una época sin internet, cómo programar una emisora musical, cómo preparar el material para mis turnos y programas, cómo interpretar los resultados de audiencia, más allá de si estaba de primero o de último en el ranking.

Mi crecimiento profesional me llevó a dirigir emisoras muy exitosas en Medellín y Bogotá. Luego se me dio la oportunidad de ser director nacional de una cadena de 16 emisoras y, gracias a los logros alcanzados, fui nombrado director nacional de emisoras musicales de Caracol, la cadena de radio más importante de Colombia. Ese cargo lo ocupé también en la cadena rival RCN.

Gracias a ello aprendí muchas cosas. Abrí mi mente y entendí que una cosa son los gustos personales y otra cosa es el gusto del público. Aunque mi orientación musical siempre ha sido hacia la música en inglés, el rock y el jazz, sentí gran satisfacción de aprender de grandes programadores de salsa, vallenatos, música popular y, más recientemente, de los géneros urbanos.

El resumen anterior no lo hago para vanagloriarme de mi carrera. Lo hago simplemente para contarles que si uno se lo propone, si uno quiere, si uno procura ser un profesional en su trabajo, si se lo toma en serio, puede alcanzar grandes metas.

Eso me llevó a contribuir en el montaje exitoso de emisoras en Colombia, Chile, Panamá, Costa Rica y Portugal. También fui gerente general de una cadena de emisoras y, gracias a toda esa experiencia, he podido trabajar como consultor de varias emisoras fuera del país.

Usted puede hacerlo, también. Y puede ser más exitoso. Lo único que tiene que hacer es mirar hacia adelante, abrir la mente, tener ganas de aprender y tomarse este trabajo en serio, tal como lo hace un abogado, un arquitecto, un economista, un médico o un mecánico.

Y si esa es su decisión, también es importante que tenga en cuenta algunos puntos importantes que le ayudarán con su objetivo de convertirse en un gran director de emisora.

Mike McVay, uno de los consultores de radio que más leo, publicó hace unos meses un artículo en el portal RadioINK llamado “Cómo convertirse en un director de emisora”. De allí he querido resaltar los siguientes puntos que, seguramente, le ayudarán a usted a convertirse en un gran director.

Aquí están sus consejos:

Generalidades

  • Aprenda a prestar atención a todos los aspectos del negocio. No se quede solo con la programación musical o con hacer un programa.
  • Hay muchas herramientas y acciones que puede tomar para prepararse para la oportunidad y que no interferirán con el desempeño de su rol actual.
  • Comience por hacer que su jefe, el director de la emisora, sea consciente de que le gustaría aprender de él y que está ansioso por hacer lo que sea necesario para ayudarlo como parte de su capacitación.

Encuestas y resultados de audiencia

  • Concéntrese en entender los resultados de las encuestas. ¿Cómo se seleccionan los encuestados? ¿Qué significan las cifras que aparecen en los resultados? ¿Cómo utilizan esos resultados en el área comercial? ¿Cuáles fortalezas y debilidades puede concluir de esos resultados? ¿Cuáles son las fortalezas y debilidades de sus competidores?
  • ¿Cuáles son los diversos cursos de acción que se pueden tomar para mejorar sus índices de audiencia?
  • Basado en el análisis de esos resultados, luego de mirar el comportamiento de la audiencia, ¿dónde deberían sonar los comerciales, los éxitos y la música nueva que quiere programar?

Manejo comercial

  • ¿Qué es más importante para la emisora: los resultados de audiencia o las ventas? Hay emisoras que han llegado al primer lugar y no han sido capaces de convertir esos altos índices de audiencia en ventas. Y si no hay ingresos, no hay dinero para sostener el negocio.
  • Al final, la radio comercial se trata de un negocio, y usted lo tiene que entender. Está allí para generar ingresos. Y obvio, la mayoría de las veces, esos ingresos llegan de altos índices de audiencia, pero al final lo que importa es el vil dinero.

Programación musical y puesta al aire

  • Pregúntele a su jefe actual si puede aprender de él a programar la música. Pídale que lo deje programar, por ejemplo, el de fin de semana o el turno de la noche.
  • Pida que lo dejen participar en los comités de programación musical y aprenda cómo y por qué se seleccionan las canciones nuevas que entran en programación.
  • Dígale a su jefe que le explique por qué creó determinadas categorías de canciones y por qué las ubica en diferentes posiciones a lo largo de la hora.
  • Aprenda sobre la rotación de las canciones, cómo manejar su ubicación dentro del reloj de programación y cuándo es hora de agregar una canción o dejar de tocarla.
  • Los talentos son importantes y saber manejarlos es fundamental para su éxito. Pida permiso para que, por ejemplo, lo dejen aprender a entrenar locutores el fin de semana.
  • Pida que lo dejen programar los turnos de locutores y operadores del fin de semana.
  • Escuche con atención el desempeño de talentos altamente exitosos, tanto de sus competidores como de otras ciudades y países. Hoy es muy fácil hacerlo. Escuche y aprenda.

Mercadeo, promoción y eventos

  • Solicite permiso para sentarse en la reunión semanal de mercadeo y eventos, y pregunte si puede acompañar a su jefe en las reuniones mensuales con el gerente del mercado.
  • Cuando esté en esa reunión, preste atención y déjese ver, pero no hable a menos que le pidan su opinión. La idea es ir a observar lo que pasa allí para aprender.
  • Redacte mensajes promocionales para su emisora y envíeselos a su director para que él le dé su opinión y le haga una crítica constructiva.
  • Para ello tendrá que entender lo que es el posicionamiento y el manejo de marca; también tendrá que aprender a redactar textos y conocer las palabras claves que atrapan los oídos de los oyentes.
  • Los mejores directores tienen que saber cómo escribir una promo, una mención, un liner, un sweeper y cómo crear promociones que suenen como lo más grande que ha ocurrido en la historia.
  • Entienden que una promo es el mensaje más importante de la hora.

Aspectos legales

  • Como director, su primera responsabilidad es proteger la licencia que el estado le ha entregado en concesión al dueño de la emisora. Pase tiempo con el representante legal o con el abogado de la emisora. Estudie o al menos lea algunas de las más importantes leyes acerca del manejo de los medios de comunicación.

Crecimiento personal

  • Lea todo lo que pueda: busque libros motivacionales, revistas y portales que hablan de la industria de la radio y la música, libros de líderes de marketing y líderes empresariales.
  • Busque especialmente entrevistas con otros directores de emisoras, talentos exitosos o cualquier cosa que tenga que ver con respecto a promoción. Participe en conferencias virtuales.

Paciencia

  • Y, finalmente… sea paciente, continúe haciendo su trabajo principal siempre al más alto nivel, e invierta todo el tiempo necesario para aprender todo lo que pueda sobre programación. La oportunidad se presentará en cualquier momento.
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