Con una carrera marcada por la pasión y la innovación, esta productora musical y compositora ha logrado destacar en una industria tan desafiante como la música. Desde su infancia, influenciada por la tradición musical de su abuela, hasta sus años de exploración artística con géneros como el R&B, el jazz y el pop, ha forjado un estilo propio que no solo refleja su talento, sino también su capacidad para adaptarse y reinventarse. A lo largo de su trayectoria, ha tenido que abrirse camino en un entorno dominado por hombres, convirtiéndose en una de las pocas mujeres productoras en una industria que aún lucha por la equidad de género.
En esta conversación, nos comparte su recorrido, los artistas y géneros que han marcado su música, así como los desafíos que enfrenta la producción musical en la era digital. Además, aborda cómo las plataformas digitales y la radio siguen jugando un papel crucial en la promoción de la música y ofrece un consejo invaluable a aquellos que están comenzando en el mundo de la producción musical. Sin duda, sus reflexiones son un faro para quienes buscan entender cómo mantenerse relevantes y auténticos en un mercado tan competitivo y en constante evolución.
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¿Cómo fue tu primer acercamiento con la música y qué te motivó a convertirte en productora musical y compositora?
Mi primer acercamiento con la música fue a través de mi abuela, quien cantaba y tocaba la guitarra junto con sus cuatro hermanas. Ellas escribían canciones para los novios en las bodas familiares, lo cual me dejó una marca muy profunda. Esa influencia, sumada a una dosis casi insana de «Pies descalzos» de Shakira, fue lo que me impulsó a escribir mis propias canciones y a soñar con ser artista.
El paso a ser productora vino después, como un intento de supervivencia dentro de una industria que es cara y está rota. Siempre supe que escribir y lanzar música era algo que quería hacer toda mi vida, pero pronto me di cuenta de que el retorno de inversión de cada canción es casi nulo. La industria hace casi imposible que los artistas vivan de su música. Fue entonces cuando mi amigo Mariano Castrejón comenzó a darme clases y me alentó a convertirme en una de las primeras mujeres productoras que pudieran vivir de esto. Él creyó en mí de una forma que me inspiró profundamente, porque en realidad no hay muchas mujeres en este campo, y cuando yo era pequeña, ni siquiera consideraba la producción musical como una opción. Era un mundo dominado por hombres. Me ha tomado tiempo convencerme de que también puedo y debo ocupar mi espacio como productora, y así asegurarme de que la próxima generación de mujeres no tenga que enfrentar los mismos obstáculos.
¿Qué artistas o géneros han influenciado tu estilo como productora y compositora?
Como artista y productora, géneros como el R&B, el jazz y el pop han sido clave en mi desarrollo. El R&B me enseñó sobre el flow, el jazz me dio una lección de precisión y libertad, mientras que el pop me mostró cómo hacer música que se quede en la mente de las personas, esa capacidad de hacer una canción tan pegajosa que puedas escucharla mil veces sin cansarte.
Me considero una persona que escucha de todo, y eso me ha permitido nutrirme de diversas influencias. Artistas como Lady Gaga, Beyoncé, Hiatus Kaiyote, Melanie Martinez, Lorde, e incluso musicales como RENT y Jesus Christ Superstar me han influido enormemente. Actualmente, me gustan mucho las propuestas de artistas como Catriel, Paco Amoroso, Belén Aguilera y Rawayana, quienes están haciendo cosas innovadoras. Mi objetivo es absorber la mayor cantidad de sonidos y aprendizajes posibles para seguir creciendo como productora.
Con el auge de las plataformas digitales, ¿Qué crees que se ha vuelto más desafiante para los productores y compositores hoy en día?
Las plataformas digitales han transformado la industria musical en un negocio horizontal, lo cual es positivo porque ahora cualquiera puede compartir su música y llegar a personas de todo el mundo. Sin embargo, también ha hecho que sea extremadamente difícil encontrar tu propio espacio mientras te mantienes fiel a ti mismo y a tu música. Los artistas siempre han sido productos dentro de la industria, pero ahora el sistema favorece a aquellos que ya tienen los recursos, como los “nepobabys” o las grandes estrellas, y limita las oportunidades para los nuevos talentos.
Las redes sociales abren puertas, pero solo una pequeña fracción de los artistas logra hacerse viral y mantener esa fama. Como productora, también me preocupa que, debido a la demanda del público por contenido constante y de menor duración, los artistas se ven obligados a producir más rápido y con menos presupuesto, lo que afecta la calidad del proceso y el sonido de la música. Me pregunto cómo evolucionará esta situación a medida que la industria sigue cambiando.
¿Cómo te mantienes actualizada con las nuevas tendencias y tecnologías en la producción musical?
Para mantenerme actualizada, trato de ver muchos videos de productores que admiro, como Finneas y Alizz. Me interesa conocer sus procesos de trabajo y qué plugins o programas utilizan. También suelo tomar clases y, si hay talleres en mi ciudad, me inscribo porque creo que es fundamental seguir aprendiendo y adaptándose. El mundo de la producción musical está en constante evolución, y como productora, tengo que reinventarme todo el tiempo para no quedarme atrás.
Desde tu perspectiva como productora musical, ¿Crees que la radio sigue siendo un medio relevante para la promoción de la música?
La radio sigue siendo un medio poderoso y puede ser un vehículo efectivo para llegar a muchas personas. Sin embargo, los programas de radio con grandes audiencias suelen ser selectivos y no siempre le ceden espacio a los artistas independientes. Al final, la radio es también un negocio, y entiendo que el espacio para los artistas nuevos es limitado. A pesar de eso, creo que la radio y los artistas se necesitan mutuamente. Si ambos lados están dispuestos a ceder un poco, la radio continuará siendo relevante como plataforma para promocionar música.
¿Consideras que las plataformas digitales han desplazado por completo el impacto que tenía la radio o crees que aún tienen un papel complementario?
No creo que las plataformas digitales hayan desplazado completamente a la radio. Aún hay mucha gente que escucha música en la radio, aunque es cierto que la mayoría de los oyentes son mayores, mientras que los jóvenes tienden a preferir las plataformas digitales. La radio no ha perdido su poder de conexión, pero los hábitos de consumo de música están cambiando con rapidez.
¿Qué aspectos consideras más importantes para que una canción tenga el impacto que buscas en la audiencia?
Para que una canción tenga un impacto duradero, necesita un buen hook y una sorpresa que atrape al oyente. Cuando una canción me enamora, es porque me sorprende de alguna manera. Si bien no se puede garantizar que una canción será un “hit”, lo que sí puedes hacer es crearla de forma que sea digerible y memorable, para que la gente quiera escucharla una y otra vez. Lo más importante es no perder el sentimiento original de la canción en ese proceso de hacerla más accesible.
¿Qué consejo le darías a quienes están empezando en la producción musical y quieren destacar en un mercado tan competitivo?
Mi consejo es que busquen su sonido único y sean fieles a él. No se trata de tener el mejor equipo o los mejores recursos, sino de conectar genuinamente con lo que están haciendo y con las personas que escuchan su música. Mientras más auténticos sean, más probable será que logren captar la atención. La clave está en mantenerse fiel a la visión propia, adaptándose cuando sea necesario, pero sin perder la esencia.
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