Hoy en día crear una estación de radio es muy fácil. Solo hay que tener un software sencillo o una app, una buena conexión a internet y crear una playlist. De hecho, usted puede montar su emisora por internet sin invertir ni un centavo.
Eso lo explico en mi artículo llamado “Cree su emisora por internet sin pagar ni un peso”.
Ahora, también el tamaño de los transmisores tradicionales de radio en AM y FM se han reducido, así como sus costos, así que mucha gente decide montar sus emisoras piratas, corriendo el riesgo de ser sancionados por la ley y decomisados sus equipos.
Pero la radio pirata no es algo nuevo. Siempre ha existido, porque hay mucha gente que quiere transmitir contenidos que considera de interés para la comunidad, pero sabe que es muy difícil debido a los altos costos y al papeleo que se requieren para montar una estación legal.
El problema es que las ondas por las que viajan las ondas de radio, es decir, el espectro electromagnético, pertenecen al estado, que generalmente otorga en concesión las licencias y las frecuencias.
De esta forma se establece un control, no solo de los contenidos que se emiten, sino especialmente de los problemas técnicos e interferencias que se puedan generar y que afecten no solo a otros radiodifusores sino a la comunidad en general y a las mismas entidades del estado, como la policía y las fuerzas militares.
Cualquier emisora que no tenga un permiso o una licencia otorgada por la entidad encargada del estado o que no tenga una concesión válida es considerada ‘pirata’. Y aunque algunos las llaman ‘ilegales’, en países como España prefieren llamarlas ‘alegales’, un término que genera escozor tanto en las autoridades como en los radiodifusores legales.
Sí, porque la piratería de la radio no se da únicamente en Latinoamérica. En España hay cientos de emisoras ‘alegales’, pero sin ir tan lejos, en los Estados Unidos, donde uno supone que hay más controles, también existen.
De hecho, en enero de este año, solo en el área de Miami se impusieron multas de 3.5 millones de dólares a emisoras piratas, y en abril hubo 7 estaciones en el área de Boston que recibieron multas por 850.000 dólares.
Y es que este tipo de emisoras son consideradas nocivas por varias razones. Pueden interferir con las transmisiones de estaciones de radio legítimas, causando problemas de recepción para los oyentes y dificultando la operación de estaciones autorizadas.
En algunos casos, las emisoras piratas pueden interferir con comunicaciones de emergencia y otros servicios esenciales, poniendo en riesgo la seguridad pública.
Al no estar reguladas, las emisoras piratas pueden transmitir contenido inapropiado, ilegal o de mala calidad sin ningún tipo de control o supervisión. Además, operan sin licencias, evitando así las tarifas y regulaciones que las emisoras legales deben cumplir, lo que puede considerarse injusto para quienes siguen las reglas.
Las emisoras piratas a menudo utilizan equipos de transmisión no estándar o de baja calidad, lo que puede resultar en señales inestables y de baja calidad y pueden estar ubicadas en lugares no adecuados, como residencias privadas, lo que puede generar problemas adicionales de interferencia y seguridad.
Las emisoras piratas pueden afectar negativamente a las emisoras legítimas al desviar audiencia y publicidad, impactando sus ingresos y viabilidad económica.
Pero no siempre las emisoras piratas han sido vistas como algo negativo y, por el contrario, ayudaron a abrir el espectro de la radio y, en particular, de la industria de la música en algunos países de Europa y, especialmente, en el Reino Unido.
Y sobre eso trata este artículo, con una historia realmente curiosa e interesante.
Origen y motivo de creación
En la década de 1960, el panorama radiofónico del Reino Unido estaba dominado por la BBC, una entidad estatal conocida por su programación formal y tradicional.
Frustrada por la falta de opciones y la censura, una generación de jóvenes emprendió una audaz aventura: la creación de estaciones de radio pirata que operaban desde barcos anclados en el Mar del Norte, más allá del alcance de las regulaciones británicas.
La chispa que encendió la revolución de las radios piratas se atribuye a la decisión de la BBC de prohibir la música rock and roll, un género que ganaba popularidad entre los jóvenes.
Esta restricción, vista como una imposición anticuada, impulsó a locutores entusiastas a desafiar el monopolio de la BBC y ofrecer una alternativa más vibrante y acorde con sus gustos.
En 1964, Radio Caroline, fundada por Ronan O’Rahilly, un joven empresario irlandés, comenzó a transmitir el 28 de marzo de 1964 y se convirtió así en la primera estación de radio pirata en el Reino Unido, operando desde el barco MV Frederike, anclado en aguas internacionales frente a la costa de Essex.
Su nombre –Radio Caroline–, estuvo inspirado en Caroline Kennedy, hija del entonces presidente de EE UU John F. Kennedy.
La potencia de transmisión de Radio Caroline era de casi 20 kW, consiguiendo una amplia audiencia que llegó a los 7 millones de oyentes, siendo en su mayoría mujeres y niños, ya que las retransmisiones se iniciaban a las 6 de la mañana y hasta las 6 de la tarde (por la mañana, las mujeres eran su mayor audiencia; por la tarde, los niños).
También programaba música desde las 8 de la tarde, evitado la competencia con los programas populares de televisión.
Su éxito inspiró a otras estaciones como Radio London, Radio Essex y Radio Sutch, cada una con su propio estilo y programación.
Entre los protagonistas de esta era rebelde se encontraban locutores como Tony Blackburn, John Peel y Norman Jay, quienes más tarde se convertirían en figuras legendarias de la radiodifusión británica.
Las emisoras piratas operaban desde barcos anclados en aguas internacionales para evadir la jurisdicción británica. Estos barcos estaban equipados con transmisores de radio potentes que les permitían emitir señales que alcanzaban a millones de oyentes en el Reino Unido.
Para mantener sus operaciones, dependían de la creatividad y el ingenio. Los barcos se modificaban con estudios de grabación y antenas potentes, mientras que la energía provenía de generadores diésel.
La programación era variada, incluyendo música prohibida por la BBC, entrevistas a artistas emergentes, noticias alternativas y programas de sátira.
La programación estaba enfocada en la música pop y rock, y las estaciones competían por atraer a los mejores DJ y locutores. Personalidades como John Peel y Tony Blackburn comenzaron sus carreras en estas emisoras. La música se reproducía desde discos de vinilo y se grababan anuncios comerciales para financiar las operaciones.
Los locutores vivían a bordo de los barcos, compartiendo espacios reducidos y enfrentando las inclemencias del mar. Su estilo de vida era bohemio y aventurero, marcado por la adrenalina de operar al margen de la ley. Para llegar a los barcos, algunos locutores se embarcaban en pequeñas embarcaciones, mientras que otros eran transportados en helicóptero.
El suministro de alimentos, agua y otros insumos esenciales se realizaba mediante barcos de abastecimiento que viajaban regularmente desde el continente.
Los locutores llegaban a los barcos mediante pequeñas embarcaciones, a menudo enfrentándose a condiciones meteorológicas adversas. A pesar de las dificultades, muchos locutores disfrutaban de la libertad creativa y el espíritu aventurero de trabajar en estas emisoras.
El contacto con los oyentes se realizaba principalmente a través de cartas. Los oyentes enviaban sus solicitudes de canciones, dedicatorias y mensajes a las direcciones de correo de las estaciones en el continente. Los DJs leían estos mensajes en vivo, creando una conexión cercana con su audiencia.
Vida a Bordo y Experiencias de los Locutores
La vida en los barcos no era fácil. Los locutores vivían en espacios reducidos y compartían camarotes. La comida era básica y se centraba en alimentos no perecederos. En ocasiones, se quedaban sin provisiones frescas y dependían de latas y alimentos deshidratados.
Los barcos de abastecimiento, conocidos como «tenders«, eran esenciales para la vida a bordo. Traían comida, agua, correo y nuevos discos. Las llegadas del tender eran eventos muy esperados, no solo por los suministros, sino también por las cartas de los seres queridos y de los oyentes.
Las condiciones meteorológicas eran un desafío constante. Los barcos eran golpeados por fuertes tormentas y, en ocasiones, se inundaban parcialmente. Los locutores a menudo tenían que hacer sus programas mientras el barco se balanceaba violentamente, manteniendo la calma para no alarmar a los oyentes.
En caso de fallos técnicos, los ingenieros de a bordo demostraban una notable creatividad. En una ocasión, cuando un transmisor se averió, el equipo de Radio Caroline utilizó partes de una máquina de lavar ropa para repararlo y mantener la emisión en marcha.
Para mantener la moral alta, los miembros de la tripulación organizaban fiestas a bordo. Estas incluían improvisadas sesiones de DJ y pequeñas celebraciones con la comida y bebida disponibles. A menudo se grababan mensajes y canciones especiales para los oyentes durante estos eventos.
Los oyentes enviaban cartas y paquetes con regalos, solicitudes de canciones y mensajes de apoyo. En ocasiones, las cartas incluían fotografías y objetos personales para los locutores, creando una conexión íntima con la audiencia.
Las emisoras organizaban concursos y sorteos, cuyos premios se enviaban a los oyentes ganadores. Estos premios variaban desde discos firmados hasta pequeños electrodomésticos. La emoción de los oyentes al ganar era palpable y reforzaba su lealtad a la estación.
Muchos oyentes construían antenas caseras para mejorar la recepción de las señales de radio pirata. Usaban alambre, varillas metálicas y otros materiales domésticos, y compartían instrucciones en foros y clubes de radioaficionados.
Comunicación con seres queridos
La comunicación con la familia y amigos era principalmente a través de cartas. Las llamadas telefónicas eran raras y costosas, por lo que se reservaban para emergencias. La llegada del correo a bordo era un momento emotivo, ya que los locutores recibían noticias de casa.
En algunas emisoras, los locutores enviaban mensajes personales durante las transmisiones. Dedicaban canciones a sus seres queridos y mencionaban acontecimientos familiares, creando un vínculo emocional tanto con su familia como con los oyentes.
La vida en el mar significaba estar lejos de casa por largos períodos. Los locutores extrañaban eventos familiares importantes y luchaban con la nostalgia. Sin embargo, la camaradería a bordo y el apoyo mutuo ayudaban a sobrellevar estos desafíos.
Vida en alta mar:
- Ondas de amor: El amor florecía en alta mar. Un locutor de Radio Caroline se enamoró de una oyente que enviaba cartas de amor a la estación. Se casaron poco después de que la estación cerrara.
- Piratas con mascotas: No solo humanos habitaban los barcos. Un loro parlanchín se convirtió en la mascota de Radio Caroline, mientras que un gato llamado Ginger adornaba las transmisiones de Radio Sutch.
- Mareos y emergencias: La vida en el mar no siempre era idílica. Los locutores combatían los mareos y las inclemencias del tiempo. En un caso, un incendio obligó a la tripulación de Radio Caroline a abandonar el barco en botes salvavidas.
Oyentes ingeniosos:
- Antenas caseras: Los oyentes construían antenas improvisadas con todo tipo de materiales, desde latas de aluminio hasta marcos de cama, para captar las señales de las radios piratas.
- Cazadores de emisoras: Los fans más entusiastas se convertían en «cazadores de emisoras», utilizando radios portátiles para rastrear las señales de las estaciones piratas en todo el Reino Unido.
- Mensajes secretos: Los oyentes enviaban mensajes codificados a las estaciones, utilizando frases o canciones como clave para transmitir información secreta o saludos a amigos.
Locutores rebeldes:
- Dobles vidas: Algunos locutores usaban seudónimos para ocultar su identidad a las autoridades. Un locutor incluso trabajaba como profesor durante el día y pirata radial por la noche.
- Humor irreverente: El humor ácido y la sátira eran elementos comunes en las transmisiones, desafiando las normas sociales y ridiculizando a las figuras públicas.
- Música prohibida: Los locutores disfrutaban de la libertad de tocar música que la BBC censuraba, desde rock and roll hasta ritmos más experimentales.
Comunicación con sus seres queridos:
- Cartas y llamadas: Las cartas y llamadas telefónicas eran la principal forma de comunicación con la familia y amigos en tierra firme. Los barcos también recibían visitas ocasionales de familiares y parejas.
- Radioaficionados: Algunos locutores eran radioaficionados y utilizaban sus habilidades para mantener contacto con sus seres queridos en todo el mundo.
- Mensajes en las canciones: Los locutores dedicaban canciones a sus seres queridos al aire, utilizando mensajes codificados o simplemente expresando su amor y afecto.
La vida en los barcos de las radios piratas era una mezcla de aventura, adrenalina, creatividad y compañerismo. Los locutores y la tripulación eran rebeldes con una causa, luchando por la libertad de expresión y el derecho a la música. Su legado sigue inspirando a generaciones de amantes de la radio y defensores de la libertad de expresión.
Anécdotas insólitas
- Rescate en alta mar:
En una ocasión, un barco de Radio London se quedó a la deriva y tuvo que ser rescatado por la Marina Real. Los locutores continuaron transmitiendo mientras llegaba la ayuda, manteniendo la programación y la tranquilidad de los oyentes.
- Transmisión de boda:
Un locutor de Radio Caroline se casó a bordo del barco. La ceremonia fue transmitida en vivo, permitiendo a los oyentes participar en el evento. La boda en alta mar se convirtió en una historia legendaria entre los fanáticos de la radio pirata.
- Interferencias y juegos de espionaje:
Algunas estaciones competían entre sí, a veces interfiriendo deliberadamente con las señales de sus rivales. Estos «juegos de espionaje» creaban tensiones, pero también añadían un elemento de emoción y desafío técnico a las operaciones diarias.
Estas anécdotas reflejan la creatividad, el espíritu aventurero y la resiliencia de los locutores y equipos de las emisoras piratas, quienes superaron numerosos obstáculos para llevar entretenimiento y música a sus oyentes.
Declive y cierre
El gobierno británico, presionado por la BBC y las emisoras comerciales establecidas, tomó medidas para cerrar las emisoras piratas. En 1967, se aprobó la Ley de Delitos Marítimos (Marine Broadcasting Offences Act), que hizo ilegal suministrar o anunciar en estas estaciones. Las emisoras piratas fueron perseguidas y muchas cerraron sus operaciones.
Algunas estaciones, como Radio Caroline, intentaron seguir operando en condiciones cada vez más difíciles, pero la mayoría cesaron sus emisiones. Sin embargo, el impacto de las emisoras piratas fue significativo.
La BBC creó Radio 1 en 1967, una estación dedicada a la música pop, para atraer a los oyentes jóvenes que antes sintonizaban las emisoras piratas.
Muchos de los creadores y locutores de las emisoras piratas encontraron trabajo en las emisoras legales, llevando con ellos la innovación y el espíritu libre que caracterizaba a las radios piratas.
Emisoras más reconocidas en el Reino Unido
Radio Caroline
- Fundador: Ronan O’Rahilly
- Inicio de Transmisiones: 28 de marzo de 1964
- Barcos Famosos: MV Caroline, MV My Friend
- Descripción: La más icónica de las estaciones piratas. Emitía principalmente música pop y rock, y jugó un papel crucial en popularizar estos géneros en el Reino Unido.
Radio London (Big L)
- Fundadores: Don Pierson y Tom Danaher
- Inicio de Transmisiones: 23 de diciembre de 1964
- Barco: MV Galaxy
- Descripción: Conocida por su estilo profesional y su éxito comercial, Big L se convirtió en una de las emisoras piratas más escuchadas, rivalizando con Radio Caroline.
Radio Scotland
- Fundador: Tommy Shields
- Inicio de Transmisiones: 31 de diciembre de 1965
- Barco: MV Comet
- Descripción: Esta estación se enfocaba en la audiencia escocesa, transmitiendo desde el mar del Norte cerca de Escocia. Fue famosa por su conexión cercana con la audiencia local.
Radio City
- Fundador: Reginald Calvert
- Inicio de Transmisiones: 1964
- Barco: Shivering Sands Army Fort (No exactamente un barco, sino una fortaleza marítima reutilizada)
- Descripción: Operaba desde una antigua fortaleza de defensa costera. Radio City es conocida por la trágica historia de su fundador, quien fue asesinado en una disputa relacionada con la estación.
Radio 390
- Fundadores: Reginald Calvert y Charles Evans
- Inicio de Transmisiones: 1965
- Barco: Red Sands Army Fort
- Descripción: Otra estación operando desde una fortaleza marítima. Era conocida por su programación más adulta, incluyendo música suave y programas de entrevistas.
Otras emisoras piratas en Europa
Radio Veronica (Países Bajos)
- Inicio de Transmisiones: 21 de abril de 1960
- Barcos Famosos: Borkum Riff, MV Norderney
- Descripción: Una de las emisoras piratas más longevas y populares en Europa, transmitiendo principalmente música pop. Jugó un papel importante en el desarrollo de la radio comercial en los Países Bajos.
Radio North Sea International (RNI)
- Fundadores: Edwin Bollier y Erwin Meister
- Inicio de Transmisiones: 1970
- Barco: MV Mebo II
- Descripción: Conocida por su poderosa señal y su capacidad para transmitir en múltiples idiomas, RNI fue una estación influyente en el norte de Europa.
Radio Luxembourg
- Inicio de Transmisiones: 1933 (legal)
- Descripción: Aunque no era una estación pirata, Radio Luxembourg jugó un papel similar al de las estaciones piratas en términos de desafiar las restricciones y ofrecer programación alternativa, especialmente en inglés para audiencias británicas.
Radio Nord (Suecia)
- Inicio de Transmisiones: 1961
- Barco: MV Bon Jour
- Descripción: Operaba en el mar Báltico y fue cerrada por la presión del gobierno sueco. Se centraba en la audiencia sueca con una mezcla de música y programas hablados.
Conclusión
Las emisoras piratas no solo transformaron la radio en el Reino Unido, sino que también inspiraron a otros en Europa a desafiar las restricciones y ofrecer alternativas a las emisoras estatales.
Su legado perdura en la diversidad y creatividad de la radio moderna, así como en la memoria de quienes vivieron la experiencia de sintonizarlas.
Durante la pandemia, en medallo montaron una emisora de esas, aunque decían que era «informal», nunca «pirata». Es más, utilizaban un nombre que ya era una marca reconocida de una famosa estación fundada en 1984 y cuyos propietarios de marca comercial no la habían vuelto a renovar, con que el nombre quedó disponible, por eso pudieron hacer la maniobra. Creo que no alcanzó a durar un año antes de que les decomisaran los equipos y los sancionaran. Me parece que por allí todavia funcionan en internet.
Así es. Se trataba de Veracruz Estéreo, basada en la original que yo ayudé a montar en 1984 junto a Donnie Miranda, Carlos Alberto Ríos y John Jairo Muñoz.
Y, es cierto: actualmente transmite en internet.