Un buen locutor de radio debe ser curioso, anecdótico y ocurrente. Esas tres condiciones le permitirán avanzar en su carrera hacia el éxito.
Curioso, porque siempre debe estar tratando de entender qué es lo que el público desea escuchar. Porque se preocupa por leer, estar al día, muy informado de los gustos y aficiones de la audiencia.
Anecdótico, porque sabe amarrar su conversación con situaciones personales que enriquecen la conversación. Incluso el título de una canción puede servir de inspiración para contar alguna historia personal, de algún conocido o de algo que leyó o vio en alguna parte.
Y ocurrente, poque siempre deberá encontrar algo curioso, divertido, novedoso, llamativo, inesperado en lo que habla. No hay que contentarse con entregar una simple noticia. Para eso están las redes y los portales. Deles un giro inesperado a esas informaciones que quiere entregar.
Si usted logra perfeccionar esos tres puntos habrá logrado avanzar mucho en su oficio de comunicador exitoso. Pero no son las únicas condiciones. A continuación, le entrego 10 consejos que conforman un decálogo para triunfar en la presentación de radio.
- Háblele a su Grupo Meta.
Todo lo que usted hable debe tener relación con el estilo de vida de su oyente promedio. Todos en la emisora deberían tener claro cómo es esa persona promedio que la escucha. Si sus oyentes son adultos, hábleles como adultos, no como niños.
Claro, puede haber niños y viejos, ricos y pobres, pero hay que definir el oyente promedio.
Para ello se puede crear un personaje representativo con todas sus características (edad, sexo, nivel socioeconómico, gustos, hábitos, estilo de vida), y si es del caso, incluso ponerle un nombre a ese personaje ficticio.
- Hable CON sus oyentes, no A sus oyentes.
Su comunicación debe estar enfocada a suplir las necesidades de información y entretenimiento de su audiencia. Su programa es para ellos, no para usted. Use un lenguaje que ellos puedan entender y hable de las cosas que a ellos les interesa.
Y tienda un puente de comunicación. Invítelos a participar. Haga de cuenta que está conversando con su mejor amigo, creando empatía y complicidad. Y recuerde: no le hable “al auditorio”. Hable con una sola persona, es decir, con el oyente.
- No asuma que sus oyentes lo escucharon ayer o antes de ayer.
Si usted habla de algo que sucedió en el pasado, asegúrese de explicarle la situación a los oyentes que no oyeron esa información. Si no lo hace, perderá esos oyentes.
Ese ‘pasado’ puede ser una semana atrás, ayer, o incluso hace una hora.
Los oyentes no lo escuchan todos los días. Los oyentes no empiezan a escuchar todos al mismo tiempo. Usted cree que están allí desde que comenzó su programa, pero no es cierto.
Contextualice. En pocas palabras, recuérdele a la audiencia por qué está hablando de ese tema. Hágalo siempre.
- Hábleles a sus oyentes nuevos todos los días.
Usted no los ve. No sabe quiénes lo están escuchando. Probablemente hay muchos oyentes tradicionales y fieles, pero también es muy posible que haya un número desconocido de oyentes nuevos que sintonizan su programa cada día.
Ellos necesitan saber quién es usted, de quiénes son las otras voces que aparecen en el programa, qué tipo de emisora es esta, qué tan a menudo damos informes de tránsito, clima, la hora, etc., qué tanta música tocamos, qué clase de música…
Los oyentes nuevos vienen a probar su emisora. Ellos no saben con lo que se van a encontrar, y esa primera impresión que se lleven hará que se queden y regresen a oírlo al día siguiente, pero también podría espantarlos y que no vuelvan nunca más.
A usted le puede haber pasado lo mismo: algún amigo le recomienda un restaurante de moda. Usted va y por algún motivo un mesero lo atendió mal. Y usted no volverá, aunque a los demás les parezca excelente.
Por esta razón usted no debe dejarse contagiar de la rutina. Tiene que entregar lo mejor de sí en cada salida al aire. Siempre tiene que tratar de causar la mejor impresión. Así no solo retendrá a su audiencia fiel sino que enganchará a sus nuevos oyentes.
- Hábleles a sus oyentes habituales cada día.
Sus oyentes habituales conocen su rutina y dependen de su consistencia, pero no los menosprecie.
Muchos oyentes a menudo dicen que la mayoría de los locutores y personalidades de radio no le agradecen a su audiencia por sintonizarlos. Agradézcales. Los oyentes le dedican tiempo a usted. Asegúrese de que su tiempo sea bien invertido.
Eso no quiere decir que en cada salida al aire tenga que decir “gracias por escucharnos”. Más bien, conozca lo que a ellos les gusta, entienda por qué lo sintonizan y lo prefieren y asegúrese de entregarles eso todos los días.
- Hable claro y no se acelere.
Los oyentes a menudo se quejan de que los locutores “hablan demasiado rápido”, “murmuran cosas que no se entienden”, e “incluyen demasiada información en una o dos frases”.
En la radio antigua de mediados del siglo pasado, los llamados disc-jockeys acostumbraban hablar muy rápido, seguramente para animar al público y sonar más dinámicos y ágiles.
De hecho, si usted mira los videos de TikTok y Youtube se dará cuenta de que los presentadores hablan muy rápido.
Sin embargo, la radio es diferente a los videos. No tiene imágenes de apoyo. Usted tiene que crear esas imágenes en la mente de su audiencia.
Tenga en cuenta que la mayoría de los oyentes de radio están envueltos en otras actividades mientras lo escuchan, así que asegúrese de darles la oportunidad de entender lo que usted está diciendo.
Usted es un comunicador profesional. No cometa errores de principiante al hablar demasiado rápido o de una manera que no sea clara.
Deje la velocidad para sus videos.
- Acepte el lado humano de sus oyentes.
Acepte a sus oyentes como son y no los critique por lo que no son. Esto es especialmente cierto cuando usted recibe sus llamadas y mensajes.
Ellos no saben cómo funciona la radio. Igual, tampoco les interesa.
Solo quieren que usted los complazca con sus canciones favoritas y con contenidos que sean de su interés. O quieren participar en un concurso y no han entendido cómo hacerlo.
Como dije arriba, esos oyentes no lo escuchan todos los días. Además, no todos escuchan a la misma hora, y es posible que no se hayan dado cuenta de que la canción que le están pidiendo sonó tan solo 15 minutos atrás.
Tenga paciencia.
- Sea usted mismo.
Los oyentes dicen que no gustan de los locutores que TRATAN de ser divertidos o que TRATAN de ser controvertidos. No trate de ser alguien más. Sea usted mismo.
Si usted no es chistoso, no haga chistes. Deje que eso lo haga alguien con más chispa. Si su especialidad no son los deportes, no trate de posar de experto. La gente lo notará inmediatamente.
Haga una introspección. Tómese unos minutos para hacer una autoevaluación. Trate de entender cuáles son sus ventajas, sus habilidades, qué es lo que sabe hacer, cuáles son los temas que domina y úselos a su favor.
Y haga una lista sincera de lo que no sabe hacer para no caer en la tentación de hablar de ello.
Ahora, esto también le servirá para saber cuáles son sus debilidades y podrá tratar de aprender nuevas habilidades, profundizar en temas de interés y progresar en su carrera.
- Admita sus errores.
Los oyentes saben que usted es humano y no esperan que usted sea perfecto. Si usted se equivoca al pronunciar algo o se enreda, admítalo y siga adelante como si nada hubiera pasado.
No se desgaste ofreciendo disculpas, a no ser que haya sido un error notorio o que haya molestado a un segmento de su audiencia.
Lo importante es que usted entienda que se equivocó, y aprender de ese error para no volverlo a cometer. Y si quiere y puede, saque un tiempo para hacer una sesión de Aircheck, ya sea con su jefe y si él no lo hace, hágalo usted mismo.
- Diviértase.
Los oyentes se dan cuenta si usted disfruta su trabajo, y si usted lo disfruta, ellos compartirán su alegría.
Ese es el secreto de muchos programas de la mañana. Es posible que no hayan preparado nada, que sus contenidos no sean los más elaborados y que sea un desorden completo, pero si la gente oye que los integrantes del programa se están divirtiendo, seguramente se contagiarán.
Es posible que sus turnos y programas sean largo y mal pagados. También podría ser que usted tenga problemas personales que lo están afectando. Sin embargo, al entrar a la cabina de radio hay que dejar todos esos problemas afuera y divertirse con su trabajo.
Recuerde que hablar por radio es un privilegio de muy pocas personas. Agradezca que usted tiene esa oportunidad, así que aprovéchela con el mayor entusiasmo. Al fin y al cabo, le están pagando por tocar muy buena música, conectarse con el público, hacer amigos y hablar de los temas que usted conoce y disfruta.
Conclusión:
Hacer radio no es sentarse frente a un micrófono y hablar de lo primero que se le ocurra. Es un trabajo serio que requiere dedicación y esfuerzo. Pero eso no significa que no pueda ser divertido y enriquecedor.
Antes de comenzar a interactuar con su audiencia lea este artículo. Guarde este decálogo y sígalo al pie de la letra. Algún día me lo agradecerá.