60 secretos que un locutor de radio nunca querrá revelar

Los locutores de radio tenemos nuestros propios problemas, errores y peculiaridades, pero nuestro trabajo nos exige mantener una imagen profesional y perfecta.

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Nos reímos de los chistes o las bromas que nos hacen nuestros compañeros o los oyentes, y tenemos que disimular o fingir que tosemos o estornudamos. (Foto generada por la I. A. de Copilot)

Un locutor de radio quiere mantener una buena imagen ante su público, y por eso trata de ocultar o minimizar algunas situaciones. Además, un locutor de radio quiere preservar su privacidad y su seguridad, y por eso no comparte todo lo que le pasa o lo que siente mientras está al aire.

Un locutor de radio quiere crear un vínculo de confianza, amistad y empatía con sus oyentes, y por eso no les cuenta todo lo que hay detrás de su voz.

Los locutores de radio son personas como cualquier otra. Tienen sus propios problemas, sus propios errores y sus propias peculiaridades. Pero, a diferencia de la mayoría de la gente, su trabajo les exige que mantengan una imagen profesional y perfecta.

Un locutor de radio no quisiera que sus oyentes conocieran estas situaciones porque podrían afectar a su credibilidad, profesionalidad o intimidad. Estas situaciones revelan aspectos de su trabajo que podrían ser considerados como errores, engaños, abusos o debilidades.

Por eso, hay muchos secretos que los locutores de radio nunca quieren que sus oyentes sepan. Estos secretos pueden ser triviales, como que a veces se quedan dormidos en el micrófono, o pueden ser más serios, como que tienen que lidiar con la censura.

Aquí hay 60 razones por las que un locutor de radio no quisiera revelar sus secretos:

  1. No siempre estamos tan emocionados como parecemos. A veces, solo estamos tratando de hacer nuestro trabajo y pasar el rato.
  2. Nos divertimos mucho con los chistes malos. No importa cuán malos sean, siempre nos hacen reír.
  3. Nos equivocamos al pronunciar los nombres de los invitados, las canciones o las noticias, y esperamos que nadie se dé cuenta.
  4. Nos quedamos sin palabras o se nos olvida lo que íbamos a decir, y tenemos que improvisar o rellenar el tiempo con música o anuncios.
  5. Nos aburrimos de escuchar las mismas canciones una y otra vez, y ponemos nuestra propia música en nuestros auriculares o silenciamos el micrófono para cantar otra cosa.
  6. Se nos cae el café, el agua o la comida sobre el equipo, y tenemos que limpiarlo rápido o pedir ayuda antes de que se dañe algo.
  7. Nos ponemos nerviosos cuando tenemos que entrevistar a alguien famoso o importante, y ensayamos las preguntas o buscamos información sobre ellos en internet.
  8. Nos reímos de los chistes o las bromas que nos hacen nuestros compañeros o los oyentes, y tenemos que disimular o fingir que tosemos o estornudamos.
  9. Nos enfadamos con los que nos llaman por teléfono para insultarnos, criticarnos o contradecirnos, y tenemos que ser educados o cortar la llamada.
  10. Nos enamoramos de las voces de algunos oyentes o invitados, y les pedimos sus números de teléfono o les enviamos mensajes privados.
  11. Nos vestimos de forma informal o cómoda, y nadie se da cuenta porque solo nos escuchan y no nos ven.
  12. Nos distraemos con las redes sociales, los juegos o las noticias, y nos perdemos lo que está pasando en el programa o lo que nos dicen los demás.
  13. Nos ponemos de acuerdo con otros locutores o emisoras para hacer promociones, concursos o sorteos, y nos repartimos los premios o los beneficios.
  14. Nos inventamos historias, anécdotas o datos para hacer el programa más interesante o divertido, y nadie nos desmiente o nos corrige.
  15. Nos copiamos de otros programas, emisoras o países, y adaptamos sus contenidos, formatos o estilos a nuestro público.
  16. Nos hacemos pasar por otras personas, como famosos, expertos o personajes, y usamos voces, acentos o efectos para engañar a los oyentes.
  17. Nos saltamos las normas, los horarios o los guiones, y hacemos lo que nos da la gana o lo que nos pide el público.
  18. Nos olvidamos de apagar el micrófono, y decimos o hacemos cosas que no deberían salir al aire.
  19. Nos llevamos cosas de la emisora, como discos, libros, revistas o regalos, y los usamos para nosotros o los vendemos.
  20. Nos hacemos amigos de otros locutores, invitados o oyentes, y salimos con ellos, compartimos confidencias o hacemos negocios.
  21. Nos aburrimos de nuestro trabajo, y buscamos otras opciones, proyectos o emisoras.
  22. Nos sentimos solos, tristes o estresados, y usamos la radio como una terapia, un desahogo o una forma de expresarnos.
  23. A veces, nos quedamos dormidos en el micrófono. Pero, por lo general, lo hacemos de una manera muy profesional.
  24. A menudo, no sabemos qué decir. Pero, siempre lo hacemos sonar como si lo supiéramos.
  25. Nos encanta escucharnos a nosotros mismos. Es un poco narcisista, pero es cierto.
  26. A veces, nos peleamos con los otros locutores. Pero, siempre lo resolvemos a tiempo para el programa.
  27. Nos encantan los regalos de los oyentes. Incluso si son un poco extraños.
  28. A veces, tenemos que improvisar. Cuando el guion no funciona, tenemos que pensar rápido.
  29. A menudo, tenemos que lidiar con oyentes molestos. Pero, siempre tratamos de ser amables con ellos.
  30. Nos encantan las bromas telefónicas. Es una forma divertida de pasar el rato.
  31. A veces, nos equivocamos. Pero, siempre lo intentamos arreglar lo mejor que podemos.
  32. A menudo, tenemos que trabajar largas horas. Pero, lo hacemos porque nos encanta.
  33. Nos encanta conocer a los oyentes. Es una de las mejores partes del trabajo.
  34. A veces, tenemos que lidiar con situaciones difíciles. Pero, siempre tratamos de mantener la calma.
  35. Nos encanta hacer radio. Es un trabajo divertido y gratificante.
  36. A veces, tenemos que dejar de hablar para reírnos. Es difícil no hacerlo cuando estás rodeado de personas tan divertidas.
  37. A veces, tenemos que lidiar con la censura. Pero, siempre tratamos de encontrar una manera de decir lo que queremos decir.
  38. Nos encanta la música. Es una parte importante de nuestro trabajo.
  39. A veces, tenemos que lidiar con la tecnología. Pero, siempre aprendemos a usarla.
  40. Nos encanta nuestro trabajo. Es la mejor manera de pasar el día.
  41. Nunca admitiremos cuántas tazas de café consumimos diariamente para mantener esa energía contagiosa al aire.
  42. Ocultamos el hecho de que a veces confundimos los nombres de las canciones en pleno programa, pero siempre lo disfrazamos con buen humor.
  43. Jamás revelaremos cuántas veces hemos dicho «Estamos de vuelta después de este breve descanso» mientras aún estábamos al aire.
  44. Mantenemos en secreto nuestras habilidades ninja para esquivar cables y botones durante una transmisión en vivo.
  45. Nunca admitiremos que, en ocasiones, nuestra lista de reproducción es una combinación de éxitos ochenteros y canciones para niños.
  46. Guardamos en secreto el arte de sonreír incluso cuando estamos contando la misma anécdota por décima vez en la semana.
  47. Jamás revelaremos cuántas veces hemos querido hacer una serenata en el micrófono con nuestra canción favorita.
  48. Mantenemos en secreto el hecho de que a veces nos ponemos nerviosos antes de una entrevista, aunque lo disimulamos con maestría.
  49. Nunca admitiremos que hemos hecho gestos y expresiones faciales mientras estamos al aire, aunque nadie pueda vernos.
  50. Ocultamos nuestra habilidad para reconocer a un oyente recurrente por la frecuencia de sus peticiones de canciones.
  51. Jamás revelaremos cuántas veces hemos tenido que contener la risa en el momento menos apropiado durante una transmisión en vivo.
  52. Guardamos en secreto nuestras tácticas para disimular el cansancio después de una larga jornada de trabajo.
  53. Nunca admitiremos cuántas veces hemos tenido que buscar rápidamente la letra de una canción que no conocíamos durante una transmisión.
  54. Ocultamos nuestra capacidad para improvisar cuando el guion se extravía, somos verdaderos maestros del arte radiofónico.
  55. Jamás revelaremos cuántas bromas internas compartimos con nuestro equipo fuera del aire.
  56. Guardamos en secreto nuestras estrategias para mantenernos despiertos durante los programas nocturnos.
  57. Nunca admitiremos que hemos tenido que esquivar situaciones incómodas en el estudio con una sonrisa profesional.
  58. Ocultamos el hecho de que tenemos una lista de «canciones de emergencia» por si alguna vez nos quedamos sin ideas.
  59. Jamás revelaremos cuántas veces hemos querido bailar al ritmo de una canción pegajosa mientras estamos al aire.
  60. Guardamos en secreto nuestra habilidad para hacer que incluso las noticias más serias suenen interesantes y entretenidas.

Conclusión

Obviamente, no son secretos de estado. Probablemente no pasaría nada si la audiencia se entera de estos secretos. Sin embargo, sabiendo que la radio es el ‘teatro de la imaginación’, es preferible mostrarnos como personas que pocas veces nos equivocamos o cometemos errores.

Escondemos algunos temores simplemente para entretener, divertir y hacer sentir bien a nuestra audiencia.

Eso hace parte de nuestra inmensa pasión por la radio…

ACERCA DEL AUTOR
Tito López hace radio desde 1975 y ha creado formatos radiofónicos exitosos en Colombia, Portugal, Chile, Panamá y Costa Rica.
Es coach de talentos, intérprete de investigaciones de audiencia, productor, blogger, libretista y conductor de programas de radio.
Lo puede seguir en Facebook como Oscar.Tito.Lopez y en Twitter como oscartitolopez
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