No soy fanático del fútbol, pero he tenido la oportunidad de pisar la gramilla de algunos de los más importantes estadios de ese deporte en Latinoamérica.
Gracias a la radio pude presenciar, por ejemplo, a los Rolling Stones y a Paul McCartney en el Estadio Monumental de River; a Kiss y Pantera en el Estadio Nacional de Chile; el Caracas Pop Festival 2001 en el Estadio Olímpico de la Universidad Central de Venezuela, y múltiples conciertos y festivales en el Estadio El Campín de la capital colombiana, mi país natal.
Incluso, también recorrí las instalaciones del Estadio Nacional del Perú en Lima, con motivo del malogrado concierto de Michael Jackson que debería haberse realizado el 25 de octubre de 1993 y que fue cancelado luego de que, en lugar de ir a Lima, viajó de Chile hacia México un día antes.
Los organizadores indicaron que Jackson había viajado a México para recuperase de un desgarro muscular y que el concierto de Lima se postergaba para el mes de noviembre, aunque también surgió la hipótesis de que la cancelación se debió a que se vendió menos del 50% de las entradas.
Pero el más impactante evento de música al que he asistido en un estadio de fútbol ha sido Rock In Rio 2, un festival realizado en el estadio Maracaná de Río de Janeiro, Brasil, durante 9 días y realizado a finales de enero de 1991.
En él participaron estrellas de la música como Guns N’ Roses, Prince, George Michael, INXS, Billy Idol, New Kids on the Block, Carlos Santana, Faith No More, Run-DMC, Judas Priest, Queensrÿche, Megadeth, Deee-Lite, Joe Cocker, Colin Hay de Men At Work, Jimmy Cliff, Debbie Gibson, Information Society y Lisa Stansfield, entre muchos otros.
Nuestra alianza con Radio Globo nos permitió tener acceso al sonido directo de la consola del evento y llevar a nuestros oyentes de Radioactiva en Colombia lo mejor de este festival.
Pero más allá de haber pisado la gramilla del mítico estadio Maracaná y disfrutar del festival, una de las cosas que más me gustó fue haber tenido la oportunidad de conocer los estudios de la legendaria Radio Globo y trabajar en uno de ellos para nuestras transmisiones.
Además de las poderosas voces y la agilidad de los locutores de sus emisoras musicales, lo que más me llamó la atención fue que no usaban audífonos. Su monitoreo lo hacían a través de los parlantes (o bocinas) ubicados frente a ellos, en la pared detrás de la consola.
Estaban configurados de tal forma que se escuchaba perfectamente y a todo volumen sin que se produjera retroalimentación, pitos, eco o reverberación. Eso le daba un ambiente festivo y con mucha energía a la cabina, y eso se sentía cuando estaban al aire.
Yo hubiera querido trabajar de esa forma en esa época, pero sugerirles a los técnicos de Caracol Radio en Colombia, que eran muy ortodoxos, que hicieran que los locutores hicieran su trabajo sin audífonos y monitoreando la señal por los parlantes de la consola, era como pedir que cometieran un sacrilegio.
Aclaro que en Colombia usamos el término audífonos para referirnos a los aparatos usados para escuchar lo que proviene de los diferentes equipos de sonido, aunque el término correcto debería ser auriculares, que es, además, el recomendado por la Real Academia de la Lengua.
Bueno, el caso es que desde mis inicios en radio trabajé con audífonos o auriculares y aún me siguen pareciendo una herramienta indispensable. ¿Por qué?
- Para controlar el nivel y la expresión de nuestra voz
Al hablar al aire en radio es muy importante modular la voz de forma correcta. En mi caso, siempre procuré hacer la abstracción de escucharme a mí mismo como si fuera otra persona. Es decir, escuchar mi voz como si fuese un oyente mientras hablaba.
No es fácil al principio, pero con la práctica se consigue. De esta forma, por ejemplo, uno puede escuchar el intro de la canción y hablar llevando su mismo ritmo, “sumergiéndose” o ‘surfeando’ en ella, procurando hablar como si uno hiciera parte de los músicos que la interpretan.
Al escucharse con atención uno mismo puede modular la voz: subir o bajar el volumen o la fuerza con la que uno habla, frenar o aumentar la velocidad de la locución, hacer las pausas que sean necesarias y, sobre todo, contagiarse del ambiente y la emoción que esa canción transmite.
Y al usarlos también es posible darse cuenta de si uno está ‘golpeando’ el micrófono con las explosiones de aire que surgen cuando uno pronuncia algunas letras, como la pe, la te y la be.
- Para controlar las voces de los invitados
Quienes trabajan como disc-jockeys y operan la consola de audio al mismo tiempo, tienen que manejar también los micrófonos de sus compañeros de mesa o de los invitados en cabina, y los audífonos son de gran ayuda para manejar los niveles de volumen de todos los participantes.
También son de gran ayuda cuando se reciben llamadas telefónicas o se hacen trasmisiones remotas, que muchas veces no llegan con la mejor calidad o que son realizadas por personas que no son locutores profesionales ni saben cómo hablar bien por radio.
Aquí es necesario hacer nuevamente un poco de abstracción y procurar escuchar todo lo que se habla como si fuera un oyente en su casa. Para ello hay que controlar el volumen de todos los micrófonos, y la mejor forma de hacerlo es con los medidores de audio de la consola y los audífonos.
- Para interactuar con el control máster
Esto sucede especialmente en las emisoras de radio Hablada o cuando el locutor de una emisora Musical está en una cabina diferente a la del operador de audio.
La instalación de los audífonos está generalmente configurada de tal forma que las instrucciones y mensajes que llegan desde el control máster se escuchan únicamente en uno de los dos auriculares –en el izquierdo, generalmente-, mientras que en el otro continúa sonando lo que está al aire.
De esta forma, se puede tener una comunicación interna sin que el oyente escuche esas instrucciones al aire.
Sobra decir que para que exista esa comunicación en doble vía con el Máster existe una función llamada “Talk-back”, que le permite al locutor hablar con el operador apretando un botón que bloquea su salida al aire.
- Para escuchar la música de fondo
Generalmente las emisoras están configuradas de tal forma que el sonido de los parlantes se corte cuando se abre el micrófono para no producir retroalimentación o ‘feedback’, aunque, como conté al inicio, hay emisoras que prefieren no cortar el sonido.
Otro beneficio de escuchar música de fondo con los audífonos, como lo comenté en el punto 1, es que uno se sumerge más fácilmente en el ambiente de la canción.
- Para detectar cualquier problema técnico
Aunque esto se puede hacer a través de los altavoces de monitoreo de la consola, los audífonos permiten escuchar mejor y concentrarse más profundamente en cualquier problema.
Por ejemplo, si la emisora sale del aire se puede deducir si el problema está en los estudios o en los transmisores. Generalmente si el daño está en estudios, se escuchará un silencio absoluto en la señal, pero si es en transmisores, se escuchará ruido, estática e interferencia.
NOTA: Es importante anotar que con la llegada de la tecnología digital, algunas veces se dificulta el uso de los audífonos para trabajar en radio. El proceso de compresión del sonido y el búfer necesario para sostener la señal fluida crean un retardo (latencia o delay) difícil de manejar.
Algo similar había ocurrido para quienes teníamos que trabajar vía satélite a inicios de los años 90 y teníamos que aprender a trabajar con ese delay o retraso que, al tratar de hablar, nos distrae y hace que alarguemos las palabras y terminemos enredados en nuestra propia conversación.
Cuidados al usar audífonos
A mediados de 2017 fui invitado a conducir “Voz Pópuli” de Blu Radio en Bogotá, un programa en el que participan periodistas, personajes del entretenimiento y humoristas, que además de imitaciones vía telefónica incluso hacen música en vivo.
Como conductor del programa no solo tenía que “pasar la pelota” a los diferentes talentos que participaban en el programa sino que tenía que estar coordinando con los operadores de audio y los productores del programa por vía interna.
El hecho de estar escuchando tantos sonidos de manera simultánea a través de mis audífonos terminó afectándome fuertemente los oídos produciéndome una condición llamada tínnitus o acúfeno, que hizo que tuviera que retirarme del programa y del aire, en general.
Esta condición consiste en la percepción de ruidos, pitos agudos permanentes o zumbidos en el oído. Estos sonidos no existen fuera de los oídos y sólo los puede percibir la persona afectada.
El tínnitus no es una enfermedad, sino que con frecuencia es un síntoma de que la cóclea o el nervio auditivo han sufrido daños. Y en mi caso pudo haber sucedido luego de años y años de usar y abusar de los audífonos.
Se calcula que aproximadamente un 10 % de la población sufre tínnitus. A la mayoría de las personas con acúfenos no les molesta el ruido en su vida cotidiana, sino que sólo lo perciben en ambientes silenciosos.
Sin embargo, para otras personas, el ruido causado por el tínnitus es tan molesto que acaba afectando su calidad de vida, muchas veces porque oyen el sonido continuamente y otras por las consecuencias psicológicas que tiene, como por ejemplo las dificultades a la hora de concentrarse y de dormir, y la ansiedad y el malestar continuo.
Existe también una relación entre depresión y acúfenos, y se calcula que aproximadamente la mitad de los pacientes con tínnitus sufre depresión.
Prevención
Para prevenir cualquier problema ocasionado por el uso de audífonos es necesario, primero, conocer cómo funciona el oído humano, cuál es su mecanismo.
El oído es el órgano que se encarga de transmitir los sonidos del exterior al cerebro a través de sus tres secciones: el oído externo, el oído medio y el oído interno.
- El oído externo: está formado por el pabellón auditivo -que funciona como una especie de embudo que recoge las ondas sonoras y las envía hacia el interior del oído- y el canal auditivo.
El pabellón auditivo es de gran importancia, ya que se encarga de compensar la presión que existe en el exterior del oído con la presión que existe en el interior, que es mucho mayor, puesto que el aire está comprimido.
Después de entrar en el pabellón auditivo, las ondas se dirigen hacia el tímpano por el conducto auditivo.
- El oído medio: se encuentra entre el tímpano (una membrana que delimita el conducto auditivo del oído medio) y la ventana oval.
Está compuesto por tres huesos (el martillo, el yunque y el estribo), que son los encargados de transmitir los movimientos del tímpano a la ventana oval, que es una membrana que recubre la entrada a la cóclea en el oído interno.
- El oído interno: también se le conoce como la cóclea, y allí tiene lugar la transformación de las ondas sonoras en impulsos eléctricos que se envían al cerebro. Esto se hace a través del nervio auditivo.
En el oído interno se encuentran también las células ciliadas. Los daños en las células ciliadas, precisamente, son una de las causas más comunes de las pérdidas auditivas.
Volumen de sonidos cotidianos
Muchas personas experimentan a diario niveles de ruido fuertes y, por lo tanto, nocivos, pero debido a que están expuestos a los sonidos durante períodos más cortos, esos efectos nocivos no se muestran de inmediato.
Tenga en cuenta que el daño auditivo puede acumularse con el tiempo, como me pasó a mí, pero debido a que ocurre gradualmente, durante muchos años, es casi imposible reconocer la diferencia en su audición.
Es posible que su audición esté dañada debido a los efectos acumulativos en su entorno o por el uso prolongado de audífonos, pero debido a que no tiene nada con qué compararlo, su cerebro no lo alerta.
La única medida real de daño auditivo se puede hacer con un examen realizado por un médico, que usted debe visitar si le preocupa su capacidad auditiva.
Tipos de daños auditivos por niveles altos de ruido
Hay 3 tipos de daños auditivos:
- Pérdida de audición conductiva
Ocurre cuando el mecanismo conductor que transfiere las vibraciones del sonido del canal del oído medio al oído interno no funciona correctamente o no funciona en absoluto. El daño puede ocurrir debido a enfermedades, diversas condiciones y abuso de volumen.
La pérdida auditiva conductiva se manifiesta al escuchar todos los sonidos a un volumen más bajo, como ‘apagado’, aunque el oído funcione correctamente. Usted puede escuchar todas las frecuencias, pero requiere más energía (volumen) para enviar una señal audible al oído interno y finalmente al cerebro.
La mayoría de las veces, la pérdida auditiva conductiva puede tratarse médicamente para eliminar total o parcialmente esa discapacidad.
Varios tratamientos médicos mejoran sustancialmente la capacidad del paciente para escuchar normalmente y, por lo tanto, lo ayudan a comunicarse de manera normal con quienes lo rodean.
- Hipoacusia neurosensorial
Como dice el término, se trata de una combinación de pérdida auditiva sensorial y neural. Una discapacidad auditiva sensorial y neural (también conocida como retrococlear) puede existir en un solo oído.
La única forma de diferenciar entre los dos es mediante pruebas audiométricas en profundidad. Las razones más comunes para el daño auditivo neurosensorial son el daño del oído interno o del nervio auditivo.
El órgano dañado de Corti (también llamado órgano espiral) y las células ciliadas dañadas, al no poder estimular los nervios, se asocian más comúnmente con la pérdida auditiva sensorial. La incapacidad de los nervios auditivos para enviar la información neuroquímica es la causa más común de pérdida auditiva neuronal.
Incluso con la tecnología moderna actual en el campo de la medicina, no siempre es posible determinar las causas de la pérdida auditiva neurosensorial y es más difícil de tratar que la pérdida auditiva conductiva.
La mayoría de las veces es una afección permanente que solo se puede tratar a nivel sintomático con audífonos medicinales.
Tenga en cuenta que la pérdida auditiva neurosensorial no solo puede causar una menor sensibilidad al volumen sino también una distorsión o incapacidad para escuchar ciertas frecuencias, incluso cuando están presentes en un nivel audible.
- Pérdida auditiva mixta
Como su nombre lo indica, se trata de una combinación de pérdida auditiva neurosensorial y conductiva que puede mejorarse solo tratando el mecanismo conductor del sonido, mientras que el daño sensorial y/o neuronal se ayuda con los audífonos medicinales.
Esta condición es permanente y se necesita ayuda médica profesional para remediarla.
Cómo saber si usted tiene daños auditivos
Tenga en cuenta que el daño auditivo no siempre es permanente y puede ocurrir temporalmente después de estar expuesto a situaciones perjudiciales. El tratamiento médico oportuno puede, en muchos casos, ayudar al paciente a recuperarse completamente de la pérdida de audición.
Además, casi todas las personas están sujetas a una pérdida auditiva gradual. Los efectos de la pérdida auditiva gradual pueden acumularse con el tiempo, pero debido a que esto sucede durante muchos años, es muy difícil detectar y buscar ayuda médica lo suficientemente rápido.
Después de estar expuesto a un sonido fuerte, los signos más comunes de pérdida auditiva son:
- Dificultad para escuchar lo que se habla en general.
- Dificultad para entender algunas palabras (debido a que los oídos no pueden escuchar frecuencias específicas)
- Dificultad para mantener una conversación con otras personas o pedirles que hablen más despacio en entornos ruidosos.
- Zumbidos, pitos o timbres en los oídos (tínnitus)
Cualquiera de estos síntomas puede ocurrir cuando se está expuesto a ruidos fuertes durante períodos prolongados de tiempo.
Por ejemplo, cuando usa audífonos en su trabajo por periodos largos o a mucho volumen, cuando va a un bar con música a todo volumen, o cuando asiste a un concierto y está muy cerca de las fuentes de sonido o amplificación.
Afortunadamente, después de algún tiempo, su audición podría regresar a la normalidad, pero si sigue abusando de sus oídos de esta manera, el daño puede volverse permanente.
¿Cómo saber si maneja sus audífonos correctamente?
Si usted usa un equipo o un amplificador muy potente, es muy fácil subir el volumen a niveles poco saludables y dañar, sin saberlo, su audición a largo plazo.
Si experimenta alguno de los síntomas anteriores después de usar los audífonos, podría ser una señal de que está escuchando a un volumen demasiado alto.
¿Cómo configurar un volumen seguro en los audífonos?
La magnitud del sonido depende de su volumen y frecuencia. Por eso los niveles de volumen más bajos son menos divertidos de escuchar. Esto explica por qué tanta gente quiere aumentar el volumen de la música que les gusta.
Si usted trata de equilibrar un poco el tono, puede ajustar el espectro de amplitud a niveles de volumen más bajos para obtener un sonido más agradable.
Desafortunadamente para la gente del común, los filtros dinámicos necesarios para ajustar el espectro no están disponibles, pero si usted trabaja en radio o en un estudio de grabación puede acceder a esa opción.
Con los ecualizadores presentes en muchos dispositivos de reproducción modernos, usted puede ajustar algunas frecuencias para producir un sonido más natural y más atractivo. El ajuste de agudos y graves, frecuencias altas y bajas le dará los mejores resultados.
Establecer un nivel de volumen seguro depende del tipo de los audífonos que use y del entorno en el que se encuentre. La mayoría de las personas no tienen medidores de nivel de presión de sonido para calcular niveles de volumen seguros, pero pueden usar algunos de estos métodos:
- Audífonos cerrados: Suba el volumen de los audífonos a su nivel preferido, luego quíteselos de las orejas y sosténgalos en sus manos extendidas frente a usted. Si aún puede escuchar la música con claridad, sus audífonos están sonando demasiado fuerte.
Este método solo funciona en entornos tranquilos y no proporciona la información de volumen correcto en lugares ruidosos.
- Audífonos del tipo ‘open-air’: La mejor manera de saber si el volumen es saludable es tratar de tener una conversación normal con otra persona cercana. Si puede mantener la conversación con los audífonos puestos, su volumen es lo suficientemente bajo y saludable.
- Audífonos en calles ruidosas y concurridas: Un estudio realizado sobre el volumen de la música que las personas usan en una calle concurrida mostró que muchos aumentan el volumen debido al ruido ambiental por encima de los 80 dB (hasta 80 decibelios no es peligroso).
La conclusión fue que la mayoría de las personas usan niveles peligrosos de volumen en áreas ruidosas y públicas.
Si quiere cuidar su salud auditiva cuando escuche con audífonos su emisora o sus plataformas favoritas de música, videos o podcasts, consiga unos con aislamiento o cancelación de ruido, que le permitirán eliminar el ruido de fondo no deseado y disfrutar de su música sin lastimarse los oídos.
- Audífonos profesionales: Un limitador de audio es una idea inteligente, ya que lo protegerá de abusar de su audición a largo plazo. Si usted trabaja con audio será consciente de que aquí se aplican los mismos principios mencionados atrás.
¿Cuándo ver a un médico de inmediato?
Si experimenta alguno de los siguientes síntomas, sería aconsejable buscar ayuda médica lo antes posible.
- Mareos agudos o crónicos.
- Dolor e incomodidad en los oídos.
- Drenaje de fluidos de las orejas.
- Pérdida auditiva severa en un oído (o en ambos)
En muchos casos, el médico puede recetar medicamentos que reducen en gran medida la pérdida auditiva a largo plazo.
Cómo usar los audífonos de manera responsable
La solución es ser consciente del hecho de que los audífonos pueden ser peligrosos para su audición si se usan de manera incorrecta.
Siempre que experimente alguno de los síntomas de pérdida auditiva, recuerde bajar el volumen de su música o acortar el tiempo que está expuesto a la música alta. Sabemos que no siempre es posible evitar los ruidos de decibelios altos.
Cuando escuche sus canciones favoritas en una calle concurrida, tenga en cuenta que tratar de tapar el ruido de la calle con más volumen no es saludable y con el tiempo provocará pérdida de audición.
Recuerde que puede usar audífonos con aislamiento o cancelación de ruido para escuchar su música o su emisora. Ellos le ayudarán a mantener el volumen a niveles saludables.
Conclusión
El simple hecho de saber que el uso de audífonos o auriculares pueda llevar a que usted sufra pérdida de audición, probablemente hará que tenga más cuidado con la forma como los usa.
No hay problema en que, ocasionalmente, quiera oír su música favorita a un volumen más alto de lo normal, pero tenga en cuenta que si practica este hábito regularmente tendrá un efecto en su audición a largo plazo.
Sin embargo, los audífonos son una gran pieza de tecnología que le permite trabajar de una manera más profesional y disfrutar de la música con alta calidad.
Sería muy triste que usted llegara a tener una pérdida auditiva por no usar los audífonos de la manera correcta, como me pasó a mí…