En mis más de 45 años de trabajo en radio he conocido talentos extraordinarios. Gente que siempre quiso sobresalir, hacer las cosas de una manera diferente, crear un estilo único y ser más profesionales cada día.
Y aunque la lista no es tan larga como uno quisiera, dentro de esos grandes talentos debo mencionar a Alberto Marchena Jr., un barranquillero que estudió medicina pero que terminó haciendo radio por su amor por la música.
Alberto, desde pequeño, acostumbraba crear sus propios conteos de éxitos con las canciones que más le gustaban. Sus listas las hacía en cuadernos de colegio, notas que, muy probablemente, aún conserve. Recuerdo que, hace años, me mostró algunos de sus listados.
Su afición por la música y su buen gusto lo llevaron a dirigir, con gran éxito, emisoras como Radioacktiva y Los 40 Principales en Bogotá, pero además de sus dotes de excelente programador, lo que más admiré de él fue su disciplina para la preproducción de sus programas de radio.
Y esta es una característica que, en Colombia, poco se veía en esos días. Hablo de los años 90 e inicios de los 2000.
Yo he reconocido en varios artículos que, siendo un radiodifusor empírico, era muy flojo en lo de preparar el material para mis programas, y dependía casi que, de manera íntegra, en la improvisación, apoyado por los grandes talentos que me rodeaban.
Afortunadamente en mis días nadie más hacía Morning Shows en Colombia, y el formato era tan novedoso que ese tipo de errores no se notaban. Pero era claro que tenía mucho por aprender y aplicar en mi trabajo.
Con el tiempo entendí la necesidad de preparar con anticipación los contenidos y el material que iba a presentar. Al fin y al cabo, así es como se había hecho la radio hablada desde hacía muchas décadas atrás, solo que yo no lo sabía porque no estudié para ser radiodifusor.
El caso es que Marchena me enseñó muchas cosas y, tal vez la que más admiré, fue la forma como alistaba el material para el día siguiente, que seguramente no era muy diferente a como lo hacían otros productores de programas de radio, pero que yo nunca había aplicado.
Su preparación la hacía mediante lo que en Colombia llamamos una ‘escaleta’ o guion.
En una hoja de Excel tenía un formato muy sencillo. En una columna tenía los nombres de las secciones del programa y en otra columna dejaba un espacio para escribir lo que iba a hablar en cada sección.
Esto lo hacía, según me contaba, cada noche. Primero, buscaba la información. Visitaba diferentes portales, leía las principales revistas impresas y periódicos, escuchaba los servicios de show-prep que tenía contratados y de allí iba seleccionando los temas que creía que podían acomodarse en alguna de las secciones que tenía el programa.
Cada ‘cajón’ de la escaleta la iba llenando con los temas que encontraba. De esta forma, cuando madrugaba a comenzar su programa a las 6 de la mañana del día siguiente, ya sabía que no tendría que preocuparse por el material, y que de esta forma no tendría que improvisar para rellenar algún espacio.
Pero eso no quiere decir que tuviera que ceñirse únicamente a su formato. Siempre había la posibilidad de que resultara algo inesperado, un invitado o una noticia de último minuto, y tenía siempre la habilidad de combinar esa información con la que ya tenía preparada.
Gracias a esa preparación, sus Morning Shows en las emisoras que mencioné, y su ‘Hora del Regreso’ en W Radio fueron programas muy exitosos y de altos niveles de audiencia.
Pero ese trabajo no solo requiere de una escaleta o guion. No se trata, simplemente, de llenar unos cajones de Excel con temas. No es meter información de relleno por cumplir una tarea.
Para hacerlo bien se requiere algo sumamente importante: disciplina.
Probablemente Marchena sacrificó algunas fiestas y reuniones por estar preparando su programa. También es posible que adelantara su trabajo para poder salir. El caso es que siempre llegaba a su programa con el material necesario para poderlo realizar de manera profesional.
Listas de verificación
Sí, la planificación de un programa requiere disciplina, que se define como “entrenarse para hacer algo de forma controlada y habitual”. Y una buena forma de planificar es adoptar lo que el reconocido consultor de radio estadounidense Randy Lane llama ‘rituales’.
Ya conocimos el ritual de Marchena, que más adelante yo adopté para mis programas. De hecho, la preproducción se volvió casi una obsesión para mí. Además de la investigación de los temas, yo mismo preparaba los segmentos de audio que acompañarían mis secciones, lo que requería mucho tiempo y dedicación.
Esos rituales se convierten en un hábito, pero puede llevar tiempo acostumbrarse a hacerlos.
Recuerdo la primera vez que me obligaron a usar cinturón de seguridad en mi auto. Yo estaba acostumbrado a no llevarlo y me parecía incómodo. Sin embargo, a los pocos días me acostumbré, y hoy en día no soy capaz de mover el carro 5 metros sin tenerlo puesto.
No tenga miedo a crear una rutina de trabajo. Deje de lado la pereza. Desconfíe de su capacidad de improvisación. Algunas cosas son demasiado importantes para dejar al azar o para confiar en la memoria.
Los cirujanos, los pilotos y las estrellas de rock que preparan conciertos utilizan checklists o ‘listas de chequeo’. Y si usted hace radio, debería acostumbrarse a usar algún tipo de lista de verificación.
Teniendo en cuenta lo anterior, a continuación presento 3 acciones que usted debe usar todos los días para preparar su programa y mejorarlo cada día.
1. Lista de verificación previa al programa
- Recopile noticias y temas relevantes de actualidad y de última hora.
- Motive a todos los integrantes del equipo a que aporten contenidos acordes con sus roles.
- Prepare juegos y concursos con preguntas de trivia y segmentos de audio. No olvide tener algunos premios que incentiven a participar.
- Planee con anticipación el programa completo. Luego, diseñe cada segmento antes de su emisión. Eso sí: nada está escrito en piedra. Desvíese del plan en caso de ser necesario.
- Despierte la curiosidad de los oyentes con preguntas o anticipos acerca de lo que viene más adelante con el fin de tenerlos amarrados al programa.
- Obtenga clips de audio, música y efectos de sonido para los segmentos apropiados.
- Haga una prueba de fuego antes de emitir algo divertido. Cuénteles a sus compañeros de mesa de qué va a hablar o qué va a hacer. Si ellos lo reciben bien, si los hace reír o los incita a participar y complementar el tema, es buena señal de que saldrá bien.
2. Lista de verificación previa al segmento
Para la construcción de segmentos exitosos en radio y pódcast existe algo llamado ‘La regla de 4’. Tenga en cuenta estos 4 elementos para asegurarse de que todo saldrá bien:
- Apertura: ¿Cómo va a hacer para abrir la sección o el segmento de manera convincente en menos de 8 segundos?
- Cierre: ¿Cómo va a terminar el segmento? ¿Cuál será el punto más alto? Determine, en conjunto con su equipo, si vale la pena que el segmento dure un minuto, dos minutos o más de tiempo.
- Punto de vista: ¿Quién tiene la opinión más fuerte? ¿Esa persona va primero en el orden del micrófono? Tenga en cuenta las opiniones, pensamientos, sentimientos e historias de cada integrante del programa.
- ¿Qué falta?: ¿Es posible complementar todo lo anterior con algo mejor? ¿Es posible realizar algún ajuste que permita que lo que se hace no solo sea bueno sino excelente?
3. Reunión posterior al programa
Nunca me cansaré de insistir en la necesidad de reunirse después del programa para analizarlo.
- ¿Qué funcionó bien en el programa de hoy o cómo funcionó ese segmento?
- ¿Qué no funcionó bien o por qué esa salida al aire no funcionó como se esperaba?
- ¿Por qué no funcionó? ¿Qué podría hacerse diferente la próxima vez?
- ¿Qué sobró del programa de hoy que pueda ser usado en el de mañana?
- Pódcast: ¿Cuál es el mejor segmento del programa de hoy? Ese segmento debería ser lo primero que la gente escuche en su pódcast. El segundo mejor segmento va al final. Mientras transcurre el programa, los presentadores invitan de manera llamativa a escuchar ese segmento final.
- Redes sociales: ¿Qué se avecina para el programa en los próximos días? ¿Qué podemos publicar hoy que evoque historias y contenido que podamos usar al aire más adelante?
Conclusión
He comentado en artículos anteriores que me encantan los simuladores de vuelo, lo que me ha llevado a aprender a usar las listas de verificación para diversas labores.
En la radio hay muchas formas de usarlas. Solo es cuestión de orden y disciplina… ¡y tener ganas de hacerlas!
Lo invito a leer otros artículos con listas de chequeo que he publicado en ocasiones anteriores: