La inocentada que le dio la vuelta al mundo

Hay muchas formas de llamar la atención en cualquier época del año, de hacer que los medios se fijen en nosotros y repliquen lo que hacemos.

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José Ordóñez, humorista colombiano que ha logrado batir el récord mundial de contar chistes en radio varias veces.

El 28 de diciembre se celebra en el mundo cristiano el Día de los Santos Inocentes. Más allá de su significado religioso, en muchas partes del mundo se ha convertido en una fecha en la que hay gente que hace bromas a sus amigos y familiares para burlarse de su ‘inocencia’.

Es una fecha para tomarse la vida con humor y, por esa razón, muchas emisoras de radio aprovechan esta fecha para hacer cosas divertidas al aire.

Alguna vez, estando en Radioactiva, en esa fecha hicimos una transmisión ficticia en la que simulábamos a uno de nuestros colaboradores, César Mancipe, supuestamente trepado en un globo recorriendo el espacio aéreo de Bogotá y “transmitiendo en vivo” desde allí.

César, que realmente estaba a mi lado hablando desde un teléfono, iba narrando los diferentes sitios que “sobrevolaba”. Decía que podía ver varias personas que habían sacado por sus ventanas algunas pancartas saludando al globo de Radioactiva.

Pero la mejor parte fue cuando invitamos a los oyentes a acercarse a la Plaza de Banderas, ubicada en el barrio Kennedy de Bogotá, para tener la oportunidad de “subirse al globo” y dar una vuelta por la sabana.

Para participar, simplemente deberían llegar a la plaza cargando dos papayas en sus brazos. El que llegara con las dos papayas más grandes sería el seleccionado para tan increíble viaje.

Al final, tal como lo atestiguaron algunos compañeros de trabajo que pasaron por allí, llegaron al menos 5 personas con papayas en sus brazos esperando a que llegara el globo para poder hacer este paseo maravilloso, el cual, obviamente, nunca se dio.

Claro, es muy posible que estos oyentes se hayan sentido frustrados y maldijeron nuestra emisora, pero la transmisión al aire salió muy divertida.

Pero al año siguiente quisimos hacer algo diferente.

En 1993, Deysa Rayo realizaba en Radioactiva un programa llamado “A que no me duermo”, que acompañaba a los oyentes en las madrugadas. Obviamente, a las 5 de la mañana ella ya estaba cansada, pero a las 6 de la mañana comenzaba nuestro Morning Show, “La Locomotora”, así que queríamos que hubiera algo que le ayudara a levantar el ánimo antes del inicio de ese programa.

Allí apareció José Ordóñez, quien iniciaba su carrera como cuenta-chistes. José dejaba grabados diariamente sus chistes y, en medio de la música, Deysa presentaba esos “Pepazos”, como los llamaba el humorista.

Ordóñez me dijo que algún día le gustaría hacer una maratón de chistes, y se me ocurrió que esto podría hacerse el 28 de diciembre, una fecha que se presta para despertar el buen humor de los oyentes.

Su intención inicial era la de contar chistes 16 horas seguidas, pero yo lo reté a hacerlo durante un día completo, no solo porque sería más llamativo sino porque podría fijar un récord mundial.

Para mí era una oportunidad muy grande. Algunos de nuestros talentos se habían ido de vacaciones, y por esos días las emisoras en general bajaban la guardia, precisamente pensando que muchos de los oyentes se iban de la ciudad.

Le presenté la idea a mi jefe y no le gustó. Me dijo que cómo se me ocurría parar la música para contar chistes y me ordenó rotundamente que no lo hiciera.

Sin embargo, me enteré de que él se iba también de vacaciones, así que me arriesgué a seguir adelante con la propuesta a pesar de su negativa. Yo sabía en mi interior que esto iba a ser un éxito.

Al fin y al cabo, recordaba todo el alboroto que se armó en diciembre de 1974 cuando Armando Plata Camacho y William Vinasco batieron el récord mundial de locución en Radio Tequendama, donde estuvieron 3 días hablando sin parar.

De esta manera, José se sentó frente al micrófono de Radioactiva tan pronto terminó ‘La Locomotora’ el 28 de diciembre de 1993 y comenzó con su maratón. Lo que empezó de manera tímida y sin grandes expectativas por parte de mis compañeros terminó convirtiéndose en un gran evento.

Claro, otra de las ventajas es que durante esos días de fin de año prácticamente no se producen noticias, así que un evento de este tipo es perfecto para llamar la atención. Y, efectivamente, los noticieros de televisión y algunos diarios del país llegaron a nuestros estudios para cubrir la noticia. La reseña del evento la pueden leer en un artículo del diario El Tiempo.

Reseña revista Cromos
(Foto: joseordonez.net)

Ante el gran impacto causado por esta actividad, al año siguiente, en 1994, volvimos a hablar con José para repetir la hazaña, esta vez procurando hacerla más extensa. Ordóñez me dijo que se sentía en condiciones de contar chistes por 36 horas consecutivas.

Nuevamente le pedí permiso a mi jefe para realizar el evento, pero me dijo que si bien lo del año anterior había salido bien, probablemente había sido exitoso por el calor del momento, pero dudaba que para una segunda oportunidad hubiera interés por parte del público.

Obstinados, José y yo seguimos adelante con la idea, y contraviniendo nuevamente las órdenes de mi jefe, nos pusimos a trabajar en la idea.

Para esta ocasión estuvimos mejor asesorados. De entrada, trabajamos de la mano con el área de desarrollo humano para asegurar el bienestar del humorista, para lo cual se contó con un médico permanente, alimentación adecuada, un ambiente más cómodo y descansos programados para ir al baño, alimentarse e hidratarse de manera adecuada y fumarse sus cigarrillos de vez en cuando.

También se citó a varios medios para que hicieran la cobertura y se invitó a otras emisoras de Caracol a que retransmitieran el evento, el cual incluso llegó a sonar por la Cadena Básica.

Reseña de El Espectador por el récord de 36 horas de chistes
(Foto: joseordones.net)

Y no solo fue retransmitido por las emisoras de Caracol. Algunas emisoras, incluso de la competencia, pidieron permiso para retransmitir la maratón, que además fue presentada en emisoras de otros países, entre ellas Caracol Miami. De esta forma, la noticia le dio la vuelta al mundo.

Reseña de periódico alemán
(Foto: joseordonez.net)

Varios noticieros de televisión hicieron presencia en la cabina a diferentes horas de la maratón, e incluso acompañaron al humorista en vivo, justo en el momento de terminar su maratón, luego de contar chistes 36 horas sin parar.

Pero más allá de la presencia en los medios nacionales e internacionales, de lograr que hasta emisoras de la competencia nos dieran el crédito y que José hubiera logrado su hazaña, lo que más satisfacción me dio fue salir a la calle y ver a la gente disfrutando del humor de Ordóñez, olvidándose, aunque fuera por esas 36 horas, de los problemas personales y del país.

Infortunadamente no pudimos comercializar debidamente la transmisión ante la apatía del área comercial, que no creía en el éxito de ella. Tampoco pudimos registrar ese logro en el Libro Guinness de los Récords, ante el poco interés que le prestaron al evento en los altos mandos, pensando que era un trámite costoso, engorroso e innecesario.

Conclusión

Esa actividad terminó siendo el trampolín a la fama de José Ordóñez, quien consolidó así su carrera de humorista, creó su exitoso programa de televisión “Ordóñese de la risa” y batió el récord de contar chistes en varias ocasiones y en diferentes emisoras de varios países.

Pero el fondo del asunto, el mensaje que quiero dejar es que al público le encanta que lo sorprendan, que lo diviertan. Que muchas veces los recursos los tenemos a la mano y no sabemos sacarles provecho. Que si hacemos algo diferente lograremos aumentar la audiencia y fortalecer la marca.

No quiero decir que para este 28 de diciembre haya que hacer maratones de ningún tipo. De hecho, ni siquiera es obligatorio hacer algo especial en esa fecha.

Lo que sí se debe tener en cuenta es que hay muchas formas de llamar la atención en cualquier época del año, de hacer que los medios se fijen en nosotros y repliquen lo que hacemos; que no hay que estar copiando lo que hacen los demás para triunfar.

Y que la radio, en estos momentos en los que existen tantas plataformas tecnológicas y redes sociales, debe esforzarse más en ideas novedosas para atraer las audiencias, para complacerlas, para divertirlas y mostrar todo su poder de entretenimiento.

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