6 diferencias entre radio y pódcasts

Los creadores de contenido de audio deben ser conscientes de que, si bien tienen el mismo ADN, en muchos sentidos son dos medios diferentes, cada uno con su propia idiosincrasia.

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Al igual que la televisión, donde cada vez más personas consumen videos en diferentes plataformas, ahora muchos escuchan sus programas favoritos de audio en el momento que lo deseen.

Al parecer, la televisión ha visto cómo parte de su audiencia se está yendo a Tik-Tok, Youtube, Netflix y otras plataformas en las que cada usuario puede escoger los programas que quiera para verlos en el momento que lo desee y en el dispositivo que prefiera.

Y la radio está experimentando algo similar. Y no me refiero a las playlists que se pueden armar en las plataformas de música sino a los programas de contenido hablado.

Hablo específicamente de los pódcasts. Con ellos, la gente puede decidir qué quiere escuchar, dónde y cuándo, sin importar la plataforma que use (radio, teléfono inteligente, computadora, tableta).

Pero los pódcasts, si bien son una extensión natural de las emisoras de radio, de todas maneras, tienen elementos que los diferencian de la radio en algunos aspectos importantes.

Steve Goldstein, de Amplifi Media, una empresa consultora sobre estrategias de contenido digital, activación y desarrollo de audio por demanda, discutió en una conferencia reciente en los Estados Unidos 6 diferencias entre los pódcasts y los programas de radio tradicionales.

1. Los pódcasts se buscan. La radio se encuentra.

La radio es excelente en entregar contenidos: puede hacer una transmisión deportiva, secuenciar música y generar noticieros con corresponsales en todo el mundo. Presione un botón y la radio lo hace todo.

Los pódcasts, por otro lado, hay que buscarlos. Los usuarios deben encontrar algo que les guste y luego elegir cuál programa quieren descargar o escuchar en línea. La intención es muy diferente.

2. En la radio, el programa siempre está «al aire». En cambio, los pódcasts comienzan siempre desde el principio.

No es normal que la gente escuche un programa de radio de principio a fin. El contenido simplemente fluye en tiempo real y siempre está «al aire». Es probable que un usuario se pierda gran parte del contenido del principio o del final de un programa.

En el podcasting, los usuarios escucharán todos los programas desde el principio. Lo cual, por supuesto, no es garantía de que el contenido los mantenga conectados. De hecho, gran parte de los usuarios no escuchan los programas completos. Incluso, aceleran la velocidad para terminar más pronto.

3. En la radio existen compromisos de horario. Los pódcasts, por el contrario, están libres de restricciones de tiempo.

En la radio, el manejo del tiempo es crítico, ya sea que signifique ir a un corte comercial, salir en punto a un informativo o pasar a otro programa. Los horarios hay que respetarlos.

Puede ser que el tema es malo, pero toca ‘rellenar’ el espacio. También puede suceder lo contrario: que el tema sea muy bueno, pero, infortunadamente, hay que cortarlo porque se agotó el tiempo.

Los pódcasts no tienen una duración específica. Puede haber programas de 3 minutos o de 2 horas. Por esta razón, no habiendo restricciones de tiempo, una entrevista podría realizarse a un ritmo más lento.

4. La radio debe atraer a una amplia audiencia. Los pódcasts pueden enfocarse en nichos.

Una de las grandes diferencias es que la radio es ‘broadcast’ (transmisión amplia), es decir, está orientada a audiencias masivas. Los pódcasts, por el contrario, son ‘narrowcast’ (transmisión estrecha), es decir, están enfocados a pequeños segmentos o nichos.

La radio es impulsada en gran medida por las mediciones de audiencia. Por esta razón, las emisoras y programas enfocados a nichos cerrados no son exitosos. No consiguen masa crítica. Los anunciantes de radio esperan que su mensaje llegue a mucha gente al mismo tiempo.

Por el contrario, los pódcasts pueden enfocarse en temas más específicos, ya sea de salud, comida, fútbol local, deportes extremos o recetas de cocina. Menos oyentes, pero más enganchados, perfectos para productos o servicios más exclusivos.

5. La radio sólo requiere de un botón. El podcasting hay que buscarlo.

La escucha por radio es fácil: sólo basta presionar un botón. Las opciones están más claramente definidas. No hay que buscar tanto porque la oferta es pequeña. De hecho, los receptores de los carros tienen ‘memorias’ donde se guardan las emisoras favoritas.

El podcasting requiere más trabajo. El usuario debe buscar, seleccionar y, en la mayoría de los casos, descargar un programa. Hay más obstáculos. Pero esto hace que el compromiso del oyente sea más grande.

6. El contenido de la radio es perecedero. El contenido de un pódcast está siempre disponible.

La mayoría de las veces, la radio se hace en vivo. El usuario puede escuchar el contenido si coincide con un horario apropiado. Si no coincide, ese programa se perdió en el aire. Solo podrá repetirlo si la emisora decide ‘colgarlo’ en su página web.

El audio de un pódcast siempre está disponible para ser escuchado. En el día y la hora que el usuario quiera. Incluso, puede detenerlo para ser terminado más adelante o puede repetirlo si lo desea.

Conclusión

Los creadores de contenido de audio deben ser conscientes de que la radio tradicional y el podcasting son mucho más que tecnologías diferentes de distribución. Si bien tienen el mismo ADN, en muchos sentidos son dos medios diferentes, cada uno con su propia idiosincrasia.

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