¿Existe una fórmula ganadora?
Al programar una emisora se tiene la tendencia a pensar que mientras más canciones tenga dentro de su universo musical, mayor será la variedad. Aunque este es un punto habitualmente polémico, vale la pena hacer las siguientes consideraciones:
Se ha comprobado que un oyente solo puede ‘digerir’ cerca de 40 éxitos actuales. De ahí que en países como los Estados Unidos se haya acuñado el término ‘Top 40’ como un genérico para las emisoras que solo programan éxitos.
¿Por qué 40 y no 50, 60 o más?
Antes de 1950, la programación de las estaciones de radio era muy diferente a la de hoy. La mayoría de las emisoras combinaban noticias con radionovelas, segmentos de música, programas en vivo y transmisiones deportivas.
Los éxitos musicales del momento no sonaban de manera regular. No había radio musical.
Sin embargo, a principios de los años 50, en los Estados Unidos se le dio una nueva aproximación a la programación. A Todd Storz, un radiodifusor del estado de Nebraska, se le da el crédito de haber inventado el formato Top 40.
La historia dice que en 1949 compró, junto a su padre, la emisora KOWH de Omaha. En esa época estaban de moda las rockolas en los bares y cafeterías, unos dispositivos automatizados que reproducían música cuando los usuarios introducían monedas para seleccionar sus canciones favoritas.
El señor Storz se dio a la tarea de visitar varios sitios que tenían esos aparatos. Las rockolas permitían sacar la lista de las canciones que habían sonado y cuántas veces lo habían hecho, esto con el fin de reportarlo a las asociaciones de derechos de autor.
Entonces Storz les pidió a los propietarios de esos bares y cafeterías dichos listados, y encontró que siempre había 40 canciones que la gente prefería. Así creó un formato musical en el cual repetía sin cesar las 40 canciones más populares del momento, basado en esos reportes.
De esta forma se convirtió en el pionero de las investigaciones musicales, y además de las rockolas, comenzó a visitar las tiendas para ver cuáles eran los discos sencillos más vendidos de la semana.
Su éxito fue inmediato, hasta tal punto que comenzó a comprar otras emisoras en diferentes ciudades y a mediados de los años 50 acuñó el nombre ‘Top 40’ para el formato de radio que había inventado.
Así nació esa cifra ‘mágica’. De ahí que se considere que para una emisora de éxitos actuales –o ‘Top 40’– mientras más grande sea el listado de canciones, mayor será la probabilidad de que los ratings bajen.
Mientras más canciones tenga en programación, menor oportunidad tendrá de repetir los éxitos y mayor será la oportunidad de pasar música de ‘relleno’. ¡Mientras más canciones tenga en programación, más oportunidades tendrá de equivocarse!
En el instante de programar una emisora ‘Top 40’, tenga en cuenta que en un momento determinado realmente no hay más de 7 a 10 éxitos reales actuales. Lo ideal sería que cada canción que meta a su programación se convierta en un éxito Top 5, una meta difícil de lograr pero no imposible.
Vale la pena aclarar que hasta el momento no ha existido una persona con un oído tan afinado como para predecir y escoger únicamente canciones que se volverán grandes éxitos.
El resto de las canciones ‘actuales’ son temas que podrían ser éxitos. Son canciones que apoyan los verdaderos éxitos. Le dan estilo y personalidad a la emisora. Sin ellas, todos en el formato estarían pasando las mismas 10 canciones una y otra vez.
Es como la ‘granja’ musical donde se cosecharán los éxitos del futuro. Uno tiene que tener canciones y artistas de respaldo para cuando la gente se canse de los éxitos del momento. Pero ese repertorio tiene que limitarse para que las canciones allí incluidas reciban la atención que se merecen.
Con 40 temas es posible prestarle atención a cada uno y ver cómo es su desarrollo y su potencial. Los que no funcionan deben ser reemplazados rápidamente.
Otra forma de ver las cosas es esta: Los ‘éxitos del futuro’ son el condimento. Si las comidas solo tuvieran sal y pimienta, sus papilas gustativas rápidamente se cansarían y perderían su función. Pero con demasiados condimentos, la sopa se daña.
Por eso siempre será importante tener en cuenta que la audiencia solo puede digerir un número limitado de éxitos al mismo tiempo. El número mágico es 40… Una o dos canciones de más o de menos.
El secreto de una buena programación musical reside en mantener una mezcla cuidadosa, un buen balance de los ingredientes. Los verdaderos éxitos del momento, los ‘éxitos del futuro’ y algunas canciones del pasado que ayuden a dar variedad.
De esta forma se pueden tener unas 40 canciones entre lanzamientos, éxitos actuales y éxitos recientes, pero se debe complementar con otras canciones que ya fueron éxito hace unos meses o años. Esas canciones las podemos llamar ‘recurrentes’ o ‘clásicas’, dependiendo de su antigüedad.
En lo que se refiere a estas canciones viejitas hay que ser más cuidadoso aún. Los ‘recurrentes’ y ‘clásicos’ nos permiten evocar algún momento pasado de nuestras vidas. Casi siempre podemos recordar un viaje, una novia, un instante familiar al escuchar una canción viejita.
Pero también es cierto que una canción que a mí me recuerda un momento especial a usted puede que no le signifique absolutamente nada. De hecho, es posible que cuando esa canción fue un éxito a usted ni siquiera le gustaba, o lo que es peor, nunca la escuchó.
Por estas razones hay que seleccionar muy bien las canciones viejitas que vaya a programar. Hay que ir ‘a la segura’ con estas canciones.
Hay que buscar éxitos masivos, permanentes, que todo el mundo conozca. Es fácil caer en la tentación de poner una canción que “a mí me gustaba… lástima que no se le dio la exposición que merecía en esa época”. Recuerde que la finalidad de la emisora no es lanzar los éxitos que no sonaron hace años.
Cuando la gente se queja ante la falta de ‘variedad’ en la música de una emisora, lo hace no porque siempre pasen las mismas canciones, sino porque repiten canciones malas o que no significan nada para el oyente.
Ahora, piense en lo siguiente: mientras más grande sea el número de canciones, mayor será la posibilidad de equivocarse en la selección musical. Y aquí caben las preguntas: ¿La que voy a programar es la mejor canción disponible? ¿Existe una mejor dentro de la misma categoría?
¿Para qué poner una canción más o menos buena, un tema que “no es malo”, si podemos poner una canción ‘muy buena’?
Un oyente nos perdonará si nos equivocamos en un tema; a la segunda equivocación ya lo pensará un poco, pero a la tercera se irá a otra emisora o a otra plataforma, donde sí le pasen las canciones que le gustan.
En programación musical, ‘menos es más’.
En emisoras de éxitos contemporáneos, sin importar el género musical que programe, procure no tener más de 450 títulos en rotación. De hecho, los más liberales aconsejan no tener más de 250 títulos entre actuales, recurrentes y clásicos. Incluso hoy en día, algunas emisoras triunfan con un universo musical de sólo 100 canciones.
Ahora, en emisoras basadas en música viejita, la librería musical no debe pasar de 850 títulos, siendo preferible un número de 650, pero este será tema de otro artículo.
Maneje estos números de acuerdo con las circunstancias. Mientras más agresiva sea su competencia, menor debe ser el número de canciones.