Nunca falta que un cable se fastidie antes de grabar.
Una de las tantas leyes de Murphy dice que algo siempre va a fallar, no importa el grado de perfección; todo lo malo puede suceder y debes estar preparado para ello.
No dejes que un cable mal conectado o un micrófono que ya dio todo hagan que tu ingeniero de audio trabaje el doble, mejor prevé lo que puede repararse antes y no en el último momento.
Lo primero que debes hacer es revisar cada uno de los cables, audífonos y e resto del equipo antes de comenzar una sesión. También checa los niveles de la grabadora y revisa cada entrada para que los canales estén libres de distorsión.
Es hora de grabar en digital
Por otro lado, una de las razones por las que sufres o rezas para que una grabación salga bien es porque sigues usando el mismo equipo analógico. Ya viene siendo hora (estamos en 2017) en que optes por el digital, el cual es mucho más fácil de manipular y mejorar.
Ahora bien, lo aspectos digitales no son perfectos. Si un disco duro falla, todo se va al demonio (por eso usa la nube). Si no usas un no break, tu equipo puede dañarse por una caída de luz. Los equipos de protección son indispensables en cualquier lugar de trabajo en el que intervengan computadoras.
Otro detalle importante que jamás debes olvidar es que tratas con material delicado. Límpialo con cierta frecuencia, dale mantenimiento, guárdalo para que el polvo no lo fastidie. Muchas veces pensamos que todo es a prueba de fallos y hasta las Mac llegan a fallar.
El mismo cuidado que pones a la edición, grabación y creación de contenido debe estar en el equipo que usas, sólo de esa forma podrás trabajar sin problemas y entregar los resultados que tus clientes piden en cada sesión.
Fuente: BMI
