Gino “Latino” Reyes, director de programación de El Sol, fue quien le dio su primera oportunidad. Cuando Gino decidió que ya no quería seguir como director, quienes manejaban la estación emplearon al legendario Bill Tanner para asesorarlos en el cambio. Taner sugirió que antes de elegir a alguien externo, diera la oportunidad a Ferro.
A new face for love
Supervisada por Tanner, la emisora continuó su ascenso bajo la dirección de Pío Ferro, hasta que el 14 de febrero de 1993 llegó un momento que nadie anticipaba: superaron a la 98.3 en cuestión de rating. Fue como la historia de “Rocky”, porque todo el equipo de locutores de El Sol, mi emisora, éramos unos novatos. Y ganarle a instituciones como Radio Ritmo con Javier Romero y Betty Pino fue una cosa grande. Pasaron varios meses y Cecil (Heftel) un día le llamó a (Bill) Tanner y le dijo que se fuera a trabajar con él. Pero Tanner le dijo: ‘No, la persona que tú necesitas es Pío. Es un muchacho joven, no tiene mucha experiencia, pero hace que las cosas funcionen’. Yo en ese momento tenía veinte años. Llegué a L.A. en agosto de ‘94; me acababa casi de casar. Allá estaba el señor Adrián López, un caballero. Pero (…) mi forma de hacer radio era muy americanizada, como la que yo había aprendido de Gino y de Tanner; rotaciones al estilo de la radio americana. Los promos eran rápidos, no de parar la música y de hablar por minuto y medio, nada de eso; la locución era muy breve”.
Fue ahí donde ocurrió el encuentro entre el joven y Heftel a media noche. Pío tuvo la oportunidad no sólo de continuar su programa como locutor de K Love en el show de la tarde, sino de dar un nuevo rostro a la estación y encontrarse, meses más tarde, con la grata sorpresa de que estaban en el primer sitio. La enfocamos. Reducimos de 700 canciones a quizás 250. Les pedimos a los locutores que hablaran solamente en ciertas partes, pero no los limitamos. ‘¡Habla! Di lo que tengas que decir en ese tiempo, pero cada vez que abras el micrófono, haz que cuente’. O sea, no hice un gran cambio, pero sí fue un notable cambio; pasó de ser la emisora que tocaba un poquito de todo, a otra bien enfocada a la mujer, bien concentrada en el género romántico. Cuando vimos que estábamos en el número uno, todos nos echamos a reír, porque en ese momento Juan Carlos Hidalgo y SBS tenían el mercado con “La X” 97.9. Y nosotros nunca habíamos aspirado a tanto. Tan sólo acercarnos a La X hubiera sido un gran logro. Durante los siguientes cinco años, K Love fue la emisora número 1 en Los Ángeles, consistente.
En franco crecimiento
Con el nuevo siglo las cosas empezaron a cambiar para Pío Ferro, que ya había cumplido un exitoso ciclo como programador de K Love. La industria se estaba transformando y eso abría nuevas oportunidades para carreras en ascenso como la suya. Por una parte, SBS estaba en un proceso de cambio y había adquirido varias estaciones, notablemente la 96.3 en Los Ángeles, y necesitaban equipos fuertes de programación. SBS designó a Bill Tanner como VP de Programación. Tanner me invitó a SBS, y me dijo: ‘Mira, si tú te vienes con SBS, vas a estar a cargo de la programación de todas las emisoras, menos Miami. Es un trabajo nacional, y puedes hacer bonos en cada mercado, puede ser una cosa muy lucrativa para ti’. Y yo en ese momento estaba pensando: ‘Tengo un hijo, esta es una oportunidad que no puedo dejar pasar’, porque eran muchas emisoras de radio; especialmente en Nueva York, ¡la meca! En septiembre del 2000 firmé con SBS y trabajé con todas sus emisoras, excepto las de Miami. Y cuando a Tanner se le vence el contrato en 2005, no puede llegar a un acuerdo con Raulito, y se va, y Raúl (Alarcón) me da la oportunidad de ser el presidente de programación.
En 2005 Pío Ferro se convierte en VP de Programación de SBS, un cargo que ocupó durante cuatro años. En 2009 dejó la empresa para convertirse en presidente de formatos en español en CBS Radio, en donde tendría oportunidad de trabajar estrechamente con los programadores locales de varias ciudades para consolidar su presencia en el mercado e incrementar sus ratings. Además fungió como programador de KMVK Mega 107.5 FM de Dallas, que había iniciado operaciones en febrero de ese mismo año. Tres años más tarde daría un giro a su carrera ingresando al mundo de las estaciones en inglés. Estuve con CBS como presidente de formatos en español un buen rato, tres años, y me puse a pensar que el próximo paso era el mercado anglo. El mercado hispano estaba limitado, el mundo de la radio se ponía más pequeño, y en todos lados estaban cortando más y más presupuesto. Entonces empecé a explorar el mercado americano, y en noviembre de 2012 tuve la oportunidad de regresar a Miami y trabajar con Power 96. Esta emisora tenía fuertes lazos emocionales con Ferro, en primer lugar porque ahí estaba ahora Bill Tanner como asesor, cuya amistad databa de 1992, las épocas de su exitoso trabajo en K Love. Por otro lado, Power 96 era la emisora de mi juventud; cuando yo era un chamaco de 13 años era la emisora cool, la que escuchaban mis amigos; una que siempre aspiré a programar. Además fue una emisora que empezó Tanner, programador original de Power 96, en 1986. El presidente de programación de Emmis Communication, que es la compañía donde estoy ahora, notó el éxito que tuve en Power y me abrió la puerta para programar Hot 97 en Nueva York.
Tendencias en la música latina
A lo largo de más de 25 años de trayectoria en la radio, como locutor y de manera especial como programador y guía de otros programadores en Estados Unidos, Pío ha estado cerca de la impredecible y cambiante torrente de estilos y vaivenes de la música latina, un género cuyos destinos a veces se labran en México, otras veces en Cuba y cada vez con mayor frecuencia en la Unión Americana. Desde el inicio de la década de los ‘90, no sólo ha cambiado la manera de comercializar la música —irónicamente, el formato que más se está vendiendo ahora, a través de medios físicos, es el disco LP, el vinil, sino también el gusto de los radioescuchas y el perfil demográfico de quienes llevan una canción al número uno.
Le doy gracias a Dios que haya tenido la oportunidad de trabajar con diferentes mercados y ver la evolución de la música. En un momento teníamos a Franco de Vita, a Ricardo Montaner, a Julio Iglesias y Dyango, y de pronto viene Como yo lo aprecio, siempre hay un momento de cambio, de un estilo de música a otro. En un momento teníamos a Franco de Vita, a Ricardo Montaner, a Julio Iglesias y Dyango, y de pronto viene Cristian Castro y saca una canción que se llama “Nunca voy a olvidarte” que cambia todo. Para mí ese fue el tema que abrió la puerta a toda una nueva era de la música pop; ése fue, desde mi punto de vista, el tema que empezó verdaderamente a sonar fresco; la producción era diferente, es un tema que pudo haber salido la semana pasada porque sigue sonando nuevo. Sin embargo, para mí la evolución más significativa en el mundo de la música hispana fue el reggaetón. La banda, las norteñas, siempre han sido lo que son, en sí mismas o en sus raíces; la composición básica tiene muchos años, igual que la salsa, igual que el merengue; siempre existió el rap en español, pero como que no encajaba. Cuando salió el reggaetón, no solamente fue un género nuevo, sino le dio la oportunidad a muchos raperos de llegar a ser mainstream. Si no me equivoco, ese tiene que ser el cambio más significativo de los últimos años en la música en español. El reggaetón le dio paso a la nueva música urbana; hizo que la música folclórica que reconocemos como bachata, de buenas a primeras, se urbanizara. Fue un verdadero parteaguas.
Locutor: Quiero saber quién eres
La radiofonía también ha cambiado de rostro. Ciertamente ya no es un solo rostro, sino varios, pero Pío se siente orgulloso de haber sido parte del cambio y de haber puesto, él y su generación, todavía jóvenes, las semillas de un nuevo estilo de locución y de programación. Cuando habla de la nueva radio y de las influencias que ha incorporado, lo hace con verdadero placer. A mí me da gusto que muchos otros estén haciendo (en la radio en español) las cosas que implementamos (Bill) Tanner, Gino, Juan Carlos Hidalgo y yo. Cada vez que escucho una emisora de radio en cualquier mercado, Miami, Los Ángeles, creo que es la estructura básica que nosotros trajimos a la radio hispana. La música ya no para (antes paraba mucho), los formatos están bien enfocaditos, rara vez te vas a encontrar una emisora que toque muchos estilos de música. Específicamente en aspectos de locución, la contribución es más sensible. Un locutor no necesita detener la música y hablar un minuto para establecer su personalidad. A veces (los locutores) quieren decir tanto, quieren pasar tanta información por el micrófono, que la música va a un ritmo y ellos a otro. Yo prefiero que se hablen menos palabras y se logre una conexión real con quien está escuchando: ‘Estaba yo tomándome un café esta mañana, y de pronto escuché esta canción, y me hizo sentir así’, por ejemplo. O: ‘Yo estaba con mi perrito el otro día en el parque…’; o ‘Yo estaba con mis hijos…’; o también ‘Estaba en la discoteca, vi una chica preciosa y…’.
En WQHT, por ejemplo, acabamos de emplear a una chica para el show del medio día, Megan Ryte. Escuchándola, me entero de que sus vecinos de arriba cantan ópera a media noche y no la dejan dormir; que le encanta la pizza. Lleva tres semanas en la radio y sientes que ya la conoces. Lo que quiero decir es, si tú eres un locutor de música y estás al aire durante una hora, y hablas cinco o seis veces en la radio —que es el estándar—, y no se quién eres, si en esa hora no sé algo mas de ti, entonces es que algo no estás haciendo bien. Si después de treinta minutos de escucharte lograste hacer una conexión conmigo, para mí eso es lo primordial. Ahí a donde hay que dirigirnos.