Cuando un noble equipo que te ha dado tantas alegrías entra en años, no importa cuánto cuidado le tengas, tendrá imperfecciones que no te imaginas cómo corregir.
Pongamos el burdo ejemplo de una caja de sonidos. Con el paso del tiempo podría tener un extraño ruido (como un hum) que interfiere con el audio y fastidia la calidad del trabajo.
Podrías asumir que trata de una señal que entra en la caja, sin embargo, existe la posibilidad de que el problema sea físico, en otras palabras, del chasis, el cual puede crear una fuente de sonido dentro del aparato.
Un problema acústico se resuelve con una solución acústica. Si pones la mano encima del aparato, verás que el ruido cambia, si la quitas también. Incluso si colocas cualquier objeto, la resonancia es diferente.
Lo ideal es empezar por desarmar la caja y verificar si el metal, o cualquier otro material es lo que provoca el problema. Una solución casera es colocar pequeñas y delgadas almohadillas, como la de un mousepad, cerca de los tornillos o donde se esté generando el ruido.
Esta técnica aplica no sólo con equipos viejos, también con nuevos que puedan tener el mismo problema. El objetivo es localizar la fuente del sonido y ver si es un desperfecto referente al hardware.
Tal vez no tengas que abrir nada, el trabajo se resuma a cambiar las bases de goma o colocar el dispositivo bajo una superficie que no genere alguna vibración. Amortiguar el sonido es una excelente solución que no está peleada con aflojar algunos tornillos.
Ahora bien, esta es sólo una solución para un problema que tal vez no tenga arreglo. Digamos que ya no encuentras una fuente de nueva, así que no queda que tratar de arreglar la que tienes y darle más tiempo de vida.
Esperamos que estos consejos te sean de utilidad.