Como ya hemos mencionado en notas pasadas, el punto clave de cualquier campaña exitosa es crear emociones reales en los consumidores. Pero no se trata de solo provocar una reacción emotiva, y sino tener el control de lo que deseamos transmitir.
La meta a alcanzar es satisfacer al cliente con algo que no tiene o que desea tener. Por ejemplo, si tienes un programa de entrevistas con los artistas del momento, puedes convertirte en la vía de enlace entre el auditorio y su ídolo. O si tu perfil está orientado a los noticieros, puedes armar una programación basada en nichos y atraer a marcas relacionadas con estos grupos específicos.
Es por ello que el monitoreo constante de los targets es una de las herramientas más importantes de publicidad radial. Toma en cuenta tanto lo bueno como lo malo: lo que les gusta, cuáles son sus frustraciones, cómo se divierten, sus pasatiempos favoritos, sus mayores temores.
Los contrastes nos permiten conocer profundamente nuestro nicho de mercado, por ello conocer sus aspectos negativos es también de gran utilidad, ya que con tu producto los convertirás en una experiencia positiva que los haga sentir alivio.
Cada vez más los auditorios buscan estaciones de radio o canales de televisión con una identidad propia, que constantemente muestren interés en su público, sobre todo con el auge de los medios independientes. Es algo muy básico: no puedes venderle algo a quien no conoces.