¿Qué significa para ti ser programador de una estación latina en USA?
El poder de imponer estilos nuevos, cosas que la gente no escucha en la ciudad. Por ejemplo, un tiempo la música tribal pegó mucho y había muchos DJs que me contactaban y yo abrí esa brecha.
Pero no hay que olvidar que hay que basarse en el mercado. Me baso mucho en el origen de la gente. Un 60% de mi programación está basada en los gustos de la gente, según el estado de donde vengan a USA. Somos regional mexicano, pero tocamos un poquito de todo, reggaeton…lo que a la gente de la ciudad le guste.
¿Cuáles son los mitos más grandes que se dicen sobre los programadores de radio?
El mito más grande es que los programadores ponen lo que les gusta. Yo antes como radioescucha pensaba eso. Ahora, acá dentro de la radio, vamos con la moda, hay artistas que no te gustan pero los tienes que tocar. Eso derrumba el mito.
¿Estás de acuerdo en que para ser programador hay que haber sido antes locutor?
Totalmente. Mira, yo por ejemplo empecé en 2005 como aprendiz, en 2006 ya fui empleado de la radio, a mis 19 años. Fui aprendiendo con mi jefe de entonces, agarré varias tácticas. Me gusta la locución, pero como programador llevas el control de una estación, me gusta más y es un paso adelante en el desarrollo de una carrera.
¿Qué aprendizaje te ha dado esta carrera?
Acá en Wichita, la música norteña con saxofón es lo que más jala. La tienes que tocar, hay mucha gente de Durango. Antes de ser programador, una de las quejas que recibía es que en la zona no se tocaban cumbias, o estilo de tuba y guitarra. Fue algo de lo que más aprendí, justo una de los artículos que leí en RadioNotas, que un locutor no puede hacer un programa para sí mismo, sino para la gente.
Cuéntame sobre los festivales que organizan…
El mayor logro para mí son los eventos que hacemos en la radio. El festival del Rio, La Raza Fest, es dentro de un gran festival y a nosotros nos dan un día como estación de radio. Ese día tuvimos a Agrupación Conjunto Atardecer y juntamos más de 11,000 personas. Esa magnitud de gente tomando fotos y viendo a la agrupación, es maravilloso. Es muy satisfactorio ver que el evento que tu organizaste es un éxito.