La radio sigue siendo un medio con gran alcance, pero su impacto se ha visto mermado por la transformación del entorno mediático. Mientras el audio en streaming se expande con rapidez, la radio mantiene esquemas rígidos, apostando por una fórmula que ya no garantiza lealtad.
El oyente ha cambiado: programa su propio contenido, crea listas, consume podcasts y series de voz a demanda. Aunque Nielsen reporta cifras estables en alcance, el Tiempo Dedicado a la Escucha cae. La principal queja sigue vigente: demasiados anuncios y poca innovación.
Reducir cortes comerciales no basta. El contenido debe brillar. El talento tiene que enganchar, retener y reutilizar fragmentos para redes. Los concursos, los premios únicos y la programación inteligente también ayudan. Las emisoras exitosas no improvisan: investigan y hacen marketing estratégico.
La radio no ha fracasado lo suficiente como para reinventarse. Pero no debería esperar a tocar fondo. Tiene la distribución, la audiencia potencial y las herramientas para competir. Solo necesita voluntad para cambiar. ¿Qué están esperando las emisoras para dejar de ser previsibles y comenzar a ser irresistibles?
Esta nota fue realizada con base en un artículo publicado por Radio Ink.