En el mundo del marketing digital, el término ‘crawlity’ se ha vuelto esencial para cualquier estrategia de posicionamiento en buscadores (SEO). Este concepto combina dos pilares del SEO: la capacidad de un sitio web para ser rastreado (crawlability) y su capacidad de indexarse de manera eficiente (indexability). Cuando estas dos áreas trabajan en armonía, los motores de búsqueda pueden comprender mejor tu contenido y ofrecerlo a los usuarios en los resultados de búsqueda.
Para optimizar la crawlity, es fundamental asegurarte de que tu sitio tenga una estructura clara, con enlaces internos bien organizados y contenido relevante que no duplique información. También es importante revisar los archivos robots.txt y los mapas del sitio (sitemaps), que son herramientas clave para guiar a los rastreadores de Google.
Además, la velocidad de carga juega un papel crucial. Un sitio rápido no solo mejora la experiencia del usuario, sino que también facilita el trabajo de los rastreadores, permitiéndoles indexar más páginas en menos tiempo. Por otro lado, evitar errores 404 o enlaces rotos es esencial para no desperdiciar el presupuesto de rastreo (crawl budget).
Invertir en una buena crawlity no solo beneficia el posicionamiento, sino que asegura que los esfuerzos en contenido y marketing digital sean visibles para la audiencia adecuada.
¿Estás listo para analizar y mejorar la crawlity de tu sitio web?
Esta nota fue realizada con base en una idea sacada de un artículo publicado por We Are Content con contenido de Alpha González.