6 diferencias entre la radio y los podcasts

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Son dos caminos parecidos que llevan a audiencias diferentes.

Al igual que la televisión, donde cada vez más personas consumen videos en diferentes plataformas, ahora muchos escuchan sus programas favoritos de audio en el momento que lo deseen.

La televisión ha visto cómo parte de su audiencia se está yendo a YouTube, Netflix, Amazon Prime o Disney+, en las que cada usuario escoge libremente lo que quiere ver, cuándo verlo y en qué pantalla hacerlo. Y la radio está experimentando un fenómeno parecido. Y no me refiero a las playlists de música, sino a los programas de contenido hablado: magazines, entrevistas, análisis, humor, documentales sonoros.

Hablo específicamente de los podcasts. Con ellos, la gente puede decidir qué quiere escuchar, dónde y cuándo, sin importar la plataforma que utilice (radio, teléfono inteligente, computador, tableta o parlantes inteligentes como Alexa o Google Home).

Pero los podcasts, si bien pueden ser una extensión natural de las emisoras de radio -y hoy muchas emisoras están produciendo contenido on-demand como parte de su estrategia digital-, de todas maneras, tienen elementos que los diferencian de la radio en varios aspectos importantes.

A continuación, presento seis diferencias clave entre los podcasts y los programas de radio tradicionales. No se trata de definir cuál es mejor. Simplemente quiero mostrar las principales diferencias, a las que hoy se les suma el contexto de un consumo digital mucho más fragmentado y multiplataforma.

  1. Los podcasts se buscan. La radio se encuentra.

La radio es excelente en entregar contenidos: puede hacer una transmisión deportiva en vivo, secuenciar música y generar noticieros con corresponsales en todo el mundo. Basta presionar un botón y la radio lo hace todo.

Los podcasts, por el contrario, hay que buscarlos. Los usuarios deben descubrir un programa, elegirlo, seguirlo y reproducirlo. Hay intención previa, elección consciente y participación activa. Hoy hay más de 4 millones de podcasts listados en Spotify y Apple podcasts, y en un mundo saturado de opciones esto marca una diferencia clara.

  1. En la radio, el programa siempre está “al aire”. En los podcasts, siempre se empieza desde el inicio.

No es normal que la gente escuche un programa de radio de principio a fin. El contenido fluye en tiempo real y siempre está “al aire”. El oyente llega cuando puede, no cuando el programa inicia.

En el podcasting, la experiencia es distinta: el usuario empieza siempre desde el primer segundo, lo cual genera más control, pero también más exigencia para retener la atención.

Hoy, con la fuerte competencia del video corto y del streaming, mantener enganchado a un oyente es un reto mayor que hace solo unos años.

  1. En la radio existen compromisos de horario. Los podcasts están libres de restricciones.

En la radio, el manejo del tiempo es obligatorio: hay cortes comerciales, señales horarias, enlaces informativos y parrillas programadas.

Los podcasts no tienen duración fija. Pueden ser breves cápsulas de 3 minutos o conversaciones de 90 minutos. El ritmo lo define el creador, no el reloj. Por eso, entrevistas y narraciones pueden profundizar más, expandirse o divagar sin la presión de una hora exacta.

  1. La radio debe atraer una audiencia amplia. Los podcasts pueden enfocarse en nichos.

La radio tradicional depende en gran medida de las mediciones de audiencia. Por eso, las emisoras con temas demasiado específicos suelen tener poco éxito comercial.

Los podcasts, en cambio, son perfectos para nichos: salud mental, true crime, k-pop, aprendizaje de idiomas, historias locales, análisis de fútbol regional, cocina vegana. Se tienen menos oyentes, pero más fieles.

Sabemos que, en un podcast, lo que importan son las reproducciones acumuladas y no la simultaneidad, y por eso un nicho puede ser suficiente para sostener un proyecto grande.

  1. La radio requiere un botón. El podcasting requiere un proceso.

La escucha de radio es simple: encender y escuchar.

El podcasting exige más pasos: abrir una plataforma, buscar, seleccionar, reproducir, descargar, seguir, compartir. Esto puede parecer una barrera, pero también crea un vínculo más fuerte entre el oyente y el contenido. Cuando alguien busca un podcast, lo hace por interés real, no por casualidad.

Hoy, además, ese proceso pasa muchas veces por algoritmos de recomendación, lo que significa que el descubrimiento depende cada vez más de las plataformas, no solo del contenido.

  1. El contenido de la radio es perecedero. El de los podcasts es permanente.

La radio es principalmente en vivo. Si el oyente no coincide con el horario, el programa simplemente se esfuma en el aire.

Claro, algunas emisoras hoy suben segmentos a sus webs o redes, pero no deja de ser contenido diseñado para ser emitido en vivo y en directo.

El podcast, en cambio, está siempre disponible. Puede escucharse hoy, mañana o en dos años. Esto le da una vida útil mucho más larga, especialmente para formatos temáticos o narrativos.

Conclusión

Los creadores de contenido deben comprender que la radio y el podcasting son mucho más que dos formas distintas de distribuir audio. Aunque comparten ADN y pueden convivir perfectamente -hoy, de hecho, la estrategia “Radio + Podcast” es estándar en muchas cadenas-, en muchos sentidos son medios con lógicas, consumos y expectativas diferentes.

La radio seguirá siendo el medio de la inmediatez y de la compañía, mientras que el podcasting seguirá siendo el medio de la elección, la profundidad y el “cuando yo quiera”.

ACERCA DEL AUTOR
Tito López hace radio desde 1975 y ha creado formatos radiofónicos exitosos en Colombia, Portugal, Chile, Panamá y Costa Rica.
Es coach de talentos, intérprete de investigaciones de audiencia, productor, blogger, libretista y conductor de programas de radio.
Lo puede seguir en Facebook como Oscar.Tito.Lopez y en Twitter como oscartitolopez.
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