
Por estos días, 2 o 3 amigos han estado instalando sus propias emisoras de radio online. Se trata de veteranos de la radio que, luego de trabajar en emisoras exitosas, quieren mantenerse activos, ya sea por afición o pensando seriamente en conseguir buenas audiencias y monetizarlas.
Sin embargo, y esto se los he comentado, la gran mayoría de las emisoras de streaming por internet solo consiguen audiencias muy bajas y les cuesta, por supuesto, conseguir anunciantes que ayuden a que valgan la pena la inversión, el tiempo y el esfuerzo.
Estas emisoras, que en el argot de la radio se les conoce como emisoras Internet Only, enfrentan una suma de factores estructurales, de hábitos de consumo y de modelo de negocio que interfieren en su afán de consolidar grandes audiencias. Aquí resumo los principales:
- Fragmentación extrema de la oferta
En radio tradicional, un oyente de FM o AM puede escoger entre unas pocas docenas de emisoras en su dial. Allí las encuentra fácilmente. En Internet, hay literalmente cientos de miles de opciones en línea, lo cual pulveriza la audiencia.
Cada emisora compite no solo con radios tradicionales online, sino también con Spotify, Apple Music, YouTube, Deezer y millones de playlists personalizadas en las plataformas de streaming. Es decir, la competencia no es solo entre emisoras, sino contra todo el ecosistema de audio digital.
- Ausencia de diferenciación clara
Muchas estaciones Internet Only replican formatos tradicionales (Top 40, baladas, rock clásico, Cross-over) sin aportar un valor distintivo.
Sabiendo que los usuarios ya tienen música ilimitada por demanda en YouTube, Spotify y similares, resulta difícil justificar por qué escuchar una emisora en vivo con cortes, locutores o publicidad, a no ser que se trate de una marca muy fuerte, una personalidad atractiva o una comunidad activa.
- Problemas de descubrimiento y visibilidad
Las emisoras online no suelen tener visibilidad ni campañas masivas. La gente rara vez se encuentra con ellas por accidente. Si no hay inversión en marketing, acuerdos con plataformas, o influencia de figuras reconocidas, la mayoría quedan invisibles.
Por eso incluso proyectos con respaldo de grandes empresas, como Apple Music 1 (antes Beats 1), no publican sus cifras de audiencia: probablemente es modesta en comparación con el alcance global de Spotify o Apple Music como plataformas de streaming.
- Cambios en los hábitos de consumo
El usuario digital quiere control: pausar, retroceder, saltar canciones, elegir la lista. Una radio lineal en internet rompe esa lógica, porque mantiene la programación fija. Eso genera menos atractivo frente a experiencias por demanda.
El streaming por demanda llena las expectativas de música del oyente actual, mientras que la radio online “en vivo” parece un producto anacrónico, salvo en nichos específicos (ejemplo: programas de conversación, deportes en vivo o comunidades muy fieles).
- Monetización débil
La publicidad en emisoras Internet Only es complicada: no hay sistemas de medición masivos ni métricas estandarizadas de “resultados de audiencia” como en FM/AM (Nielsen, Kantar, ECAR, EGM, Ipsos, etc.).
Eso aleja a los anunciantes grandes. Sin ingresos significativos, es difícil sostener una buena programación original, personalidades atractivas o campañas de promoción.
- Ejemplos concretos
- Apple Music 1: se lanzó con grandes estrellas y DJs reconocidos, pero Apple nunca ha revelado cifras de audiencia, probablemente porque su impacto es marginal frente al streaming por demanda, que es el verdadero producto estrella de la compañía.
- Emisoras independientes: muchas funcionan como hobbies, sin estructura de marketing ni inversión en marca. Se sostienen en pequeños grupos de oyentes fieles, pero nunca alcanzan masa crítica.
Aclaro que lo anterior aplica a las emisoras que solo transmiten por internet y no a la transmisión simultánea que hacen por streaming las emisoras tradicionales, para las cuales es imperativo mostrar su señal por internet.
¿Cuáles son los errores de programación musical en estas emisoras?
La mayoría de las emisoras de este tipo que he escuchado usan un método de programación muy rústico: simplemente crean una lista de canciones y las tiran al ‘automatizador’ (software de automatización) para que suelte la música de manera aleatoria. Luego graban algunas piezas de producción (identificadores, promos, separadores, sweepers, etc.), y con eso creen tener ya su emisora ideal.
Otros, más cuidadosos, aprenden a usar las opciones de programación con los que cuentan algunos de esos automatizadores. Para ello crean carpetas, generalmente de diferentes géneros musicales, y allí meten sus canciones, y luego le piden al software que haga lo suyo.
El problema con los sistemas de programación de esos softwares de transmisión es que son demasiado básicos. Primero, escogen las canciones de cada carpeta de manera aleatoria y no secuencial. Segundo, tienen pocas restricciones o reglas (separación de artista, repeticiones, etc.)
Y es que algunos de esos softwares de programación más usados, como ZaraRadio y RadioBOSS, ofrecen muy pocas opciones de manejo de la estrategia de programación musical.
Por ejemplo, ZaraRadio permite crear eventos horarios y secuencias automáticas con carpetas o listas predefinidas. Puede establecer reglas de aleatorización en carpetas, evitar repeticiones inmediatas de un mismo archivo y separar la ‘artística’, como la llaman los argentinos: jingles, identificaciones, bloques musicales, publicidad.
Sin embargo, no ofrece separación avanzada de artistas ni títulos; toca organizar muy bien las carpetas (ejemplo: “Salsa”, “Vallenato”, etc.) y confiar en la reproducción aleatoria.
Por su parte, RadioBOSS permite definir “rotadores” de carpetas o categorías, con reglas de separación simples como separación mínima entre artistas (en minutos o número de canciones), separación mínima entre títulos iguales, evitar repeticiones de carpeta/lista en periodos cortos y programación por horas, días o eventos (ejemplo: cargar un bloque de salsa a las 6 PM).
Pero no maneja análisis de rotaciones globales ni reglas complejas de recurrencia, como sí haría un software profesional de programación como Selector, Powergold, Music Master y similares.
La programación debe hacerse con mucho cuidado
Como dije, uno de los errores más comunes es confundir la programación con una simple lista de reproducción. Muchas emisoras, incluso algunas exitosas, parecen limitarse a cargar una playlist extensa y dejarla correr como si fueran un Spotify mal hecho. Pero eso no es programar: eso es abandonar la esencia de la radio.
Un programador musical no es un operador que llena espacios con canciones. Para eso están las plataformas de streaming. La diferencia es que, en Spotify, si al usuario no le gusta una canción, avanza a la siguiente. En la radio, si al usuario no le gusta la canción, cambia de emisora (o de plataforma).
Si su labor es programar la música de una emisora, ya sea por internet o en AM/FM, usted tendrá que dedicarle tiempo y atención a todos los detalles para lograr una programación coherente, dinámica, consistente y agradable al oído, de forma que el oyente se quede enganchado.
Un buen programador es alguien que piensa la música como un todo, que decide con criterio qué temas deben sonar, cuántas veces al día, en qué orden, con qué combinaciones de géneros y en qué momentos específicos.
La programación es selección cuidadosa, criterio y disciplina. Requiere tiempo, paciencia y una visión clara de lo que se quiere transmitir. No se trata de tener miles de canciones guardadas en una base de datos, sino de darles un sentido: ordenar, rotar y equilibrar para que el oyente perciba variedad, frescura y coherencia.
Un oyente puede no saber de rotaciones, categorías, carpetas o relojes de programación, pero sí percibe cuando una emisora suena repetitiva, aburrida o incoherente. Y también siente la “mano” del programador, cuando cada canción parece estar puesta en el lugar correcto, con la intención correcta.
Cómo programar la música correctamente
Por mi experiencia al frente de emisoras musicales en las 2 cadenas de radio más grandes de Colombia, he notado que la mayoría de las emisoras musicales, sobre todo las de formatos tropicales, populares y de catálogo, hacen lo siguiente:
- Se programan por géneros o estilos musicales, no por “vigencia” (hits actuales, recurrentes, gold, etc.), lo que en teoría da variedad rítmica.
- El “reloj” se arma con bloques fijos de género: salsa → vallenato → regional → salsa → merengue, etc.
- Las canciones nuevas y los éxitos se programan a mano, porque el grueso del catálogo es histórico y no hay un sistema de rotaciones estrictas.
Esto efectivamente genera los dos problemas:
- Previsibilidad: Si un oyente sabe que después de la salsa viene el vallenato, y después el merengue, la experiencia se vuelve rutinaria, incluso aburrida. La radio debe sorprender (sin salirse de la identidad), y en ese esquema fijo no hay mucho margen.
- Inconsistencia en hits recientes: Al no haber categorías basadas en rotación (A, B, C, Prueba), los éxitos nuevos no tienen un tratamiento claro. Un día suenan mucho porque alguien los puso “a mano”, y al siguiente suenan poco o nada. Eso es crítico porque hoy la música nueva vive y muere muy rápido.
Sobre esto hablaré más abajo. Por ahora veamos una estrategia general de programación.
Lo que viene a continuación aplica tanto para una emisora por internet como para una estación tradicional de AM/FM. Se trata de una metodología sencilla y clara, aunque se ve que se necesita tiempo y cuidado para realizarla.
Bueno, ese es el trabajo. El éxito no viene de la nada. Se consigue con esfuerzo y dedicación.
- Defina la estrategia general
Antes de mover una sola canción, el programador debe tener claridad sobre:
- Formato: ¿Es una emisora ‘cross-over’, de baladas, pop actual, urbana, classic rock, regional mexicano, adulta contemporánea? El formato delimita la identidad.
- Público objetivo: Edad, nivel socioeconómico, estilo de vida, hábitos de consumo de audio. En pleno 2025 no basta con decir “jóvenes” o “adultos”; hay que perfilar bien los microsegmentos (ejemplo: “jóvenes urbanos que consumen Spotify y TikTok, pero buscan una emisora que les hable con humor local”).
- Posicionamiento: ¿Qué hace que esta emisora sea diferente frente a Spotify, YouTube, Apple Music o frente a otra FM local? La música por sí sola no basta: la estrategia debe incluir tono de comunicación, locutores, promociones y nivel de interacción.
- Construcción de la librería musical
- Selección inicial:
- Identificar el repertorio principal (las canciones esenciales que definen el formato).
- Complementar con canciones de catálogo (clásicos comprobados), novedades y temas que refuerzan la variedad.
- Criterios de inclusión:
- Datos de consumo en streaming, charts locales (Monitor Latino) y globales.
- Viralidad en TikTok, YouTube y redes.
- Historia cultural o valor nostálgico en el caso de catálogos.
- Depuración constante:
- Canciones nuevas entran en categorías o carpetas de poca rotación para probar cómo suenan al aire y qué reacción obtienen de los oyentes.
- Las que no funcionan salen rápido (hoy los ciclos son mucho más cortos que antes).
- Reglas y categorías de programación
Un programador veterano nunca lanza la música al azar. Define categorías, reglas y restricciones para evitar monotonía o saturación.
- Categorías básicas:
Ejemplo de una emisora de éxitos actuales:
-
- A: Súper hits (las que la emisora no puede dejar de tocar).
- B: Éxitos medianos (complemento de A).
- C: Repertorio en prueba o de rotación baja.
- Gold: Catálogo clásico.
- Novedades: Lanzamientos semanales.
- Reglas fundamentales:
- Separación por artista: Evitar dos canciones seguidas del mismo artista (normalmente 60–90 minutos de distancia).
- Separación por ritmo o tempo: Balancear baladas, medios tiempos y canciones rápidas.
- Separación por género o estilo: Que no suenen dos canciones muy similares una detrás de otra (ejemplo: dos bachatas).
- Rotación horaria balanceada: Que los éxitos más fuertes se escuchen en todos los horarios y no se concentren en la mañana o la tarde.
- Equilibrio de décadas (si aplica): En formatos clásicos, evitar que una década opaque a otra.
- Construcción de los “clocks” o relojes musicales
El reloj musical es el esquema de cómo se organiza cada hora de programación.
- Debe incluir proporción clara de categorías: ejemplo, cada hora tiene 5 A, 3 B, 2 Gold y 1 Novedad.
- Se decide dónde irán los segmentos de locución, tandas de comerciales, interacción, promociones, cortinas y separadores.
- Se busca variedad: un buen clock da sensación de dinamismo, pero mantiene la identidad.
- Monitoreo de competencia y tendencias
Actualmente, la radio no compite solo contra otras emisoras:
- Monitorear Spotify Viral, Apple Top 100 y Shazam Charts para detectar hits antes de que lleguen a la programación.
- Revisar constantemente qué está usando la competencia en la ciudad.
- Observar fenómenos culturales (ejemplo: una canción vieja que revive por TikTok).
- Testing y feedback
Un programador no debe trabajar a ciegas. Tiene que estar al tanto de lo que está sucediendo con la música a su alrededor.
- Métricas digitales: reacciones en redes, descargas de la app de la emisora, tiempo de escucha en streaming propio.
- Prueba A/B: introducir canciones en diferentes franjas y evaluar respuesta.
- Investigación de audiencia: call-out research, focus groups, tests musicales, encuestas digitales (si tiene el presupuesto).
Por estos días, la radio debe combinar la investigación tradicional con la digital para tener una lectura real de lo que funciona.
- Ajustes en tiempo real
La programación ya no es estática:
- Hay que ser flexible: si un tema explota en redes hoy, mañana debe estar en el aire.
- Aprovechar eventos coyunturales (series, películas, conciertos locales).
- Tener “playlists de emergencia” listas: para lluvias, calor extremo, partidos de fútbol, etc., que acompañen la vida de la audiencia.
- El papel del programador como curador
Las playlists de Spotify y YouTube son manejadas por algortimos, pero, al menos por ahora, no pueden reemplazar la sensibilidad, el gusto y el conocimiento de un buen programador.
Y ese programador tiene que ser:
- El filtro confiable: alguien que selecciona lo que vale la pena en medio de la sobreoferta.
- El generador de experiencia: la música con un relato, con voces y jingles que le dan contexto.
- El diferenciador local: tocar lo que identifica a la ciudad o al país, algo que Spotify no personaliza igual.
- Errores a evitar
- Repetir demasiado un tema nuevo sin saber si va a pegar (cansa y desgasta).
- Dejar que los éxitos mueran en el aire: es mejor retirarlos en el punto más alto.
- No actualizar la librería: una emisora que suena igual a la de hace 6 meses ya está vieja.
- Ignorar lo local: la radio que no refleja a su comunidad pierde relevancia.
- Combinar género con rotación
Si usted programa su emisora al estilo ‘colombiano’, es decir, por géneros musicales en lugar de antigüedad de la música (primero una salsa, luego un vallenato, después un merengue, etc.), le hago la siguiente recomendación, que podría ayudarle a superar muchos problemas y a evitar tener que hacer correcciones manuales.
Primero, hay que decir que no hay que desechar el esquema por géneros, porque da identidad y variedad. Pero se puede enriquecer:
- Combinar género con rotación
- Mantener el balance de géneros (para no sonar como playlist monótona).
- A cada género asignarle categorías de rotación: salsa A (hits fuertes), salsa B (medios), salsa Gold (catálogo clásico), salsa N (novedades). Lo mismo con vallenato, merengue, etc.
- De esa forma, el sistema sabe que puede elegir una salsa reciente o una salsa clásica, sin depender de que el programador lo haga manualmente.
- Evitar la rigidez del “reloj”
En lugar de usar un reloj con la misma secuencia inamovible de géneros, propongo:
- Crear varios relojes con pequeñas variaciones. Ejemplo: en uno la hora empieza con salsa → vallenato → regional; en otro empieza con vallenato → popular → salsa.
- Intercalarlos a lo largo del día. Así se mantiene el balance de géneros, pero se evita la monotonía.
- Reglas de equilibrio y sorpresa
- Separación mínima entre géneros iguales: que no haya dos salsas seguidas, salvo que sea un especial o bloque temático.
- Separación de artistas: evitar que, por ejemplo, suenen dos canciones de Diomedes Díaz con 15 minutos de diferencia.
- Inyección de novedades: cada hora debe garantizar, al menos, un par de canciones recientes por género, con rotación medida.
- Disciplina en la rotación
El gran riesgo del modelo manual es la arbitrariedad. Un programador veterano debe imponer reglas:
- Todas las canciones, dependiendo de la categoría o carpeta donde se encuentren, deben sonar X veces por día, no por capricho del programador.
- Los “A” (hits actuales o recurrentes) se repetirán más seguido, porque son los que atrapan a los oyentes.
- Los “B” tienen menor exposición, pero programados con consistencia.
- Los “Gold” sirven como “ancla emocional”, pero no deben sobrecargar.
Esto requiere que la librería esté categorizada y marcada, ya sea en el automatizador o en un software de programación (Zara, Powergold, MusicMaster, etc.), y no solo en la mente del programador.
Conclusión
Programar música en radio es un arte. Es algo que no se debe tomar a la ligera. Hay que dejar de lado la pereza y las tareas menos importantes, porque la gente llega a su emisora por la música y se queda por todo lo demás (programas, concursos, promociones, eventos, etc.)
Si usted realmente quiere que lo escuchen por un buen tiempo, tendrá que revisar hora por hora, canción por canción la programación de cada día.
Sí, tendrá que dedicarle mucho tiempo. Tendrá que hacer cambios, pulir los detalles, mirar que una canción suene bien junto a la que la precede.
Hay que mirar que haya una ‘curva musical’, es decir, que haya variación de sonidos, géneros, antigüedad y ritmos para evitar la monotonía.
Así mismo, debe procurar que, si alguien escucha los primeros 15 minutos, tendrá clara su programación, el tipo de música que usted le va a ofrecer el resto del tiempo.
Hoy, en pleno en 2025, programar una emisora tradicional de AM/FM o de Internet Only, es un equilibrio entre ciencia y arte:
- Ciencia: datos de consumo, rotaciones, categorías, investigación.
- Arte: intuición, olfato para detectar tendencias, lectura de la cultura.
El programador exitoso es quien logra que la audiencia diga: “Esta emisora sí sabe lo que quiero escuchar, me entiende mejor que un algoritmo”.

Tito López hace radio desde 1975 y ha creado formatos radiofónicos exitosos en Colombia, Portugal, Chile, Panamá y Costa Rica.
Es coach de talentos, intérprete de investigaciones de audiencia, productor, blogger, libretista y conductor de programas de radio.
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