Aprenda a hablar desde el estómago

Muchos hemos oído la recomendación de “hablar desde el estómago”. ¿En qué consiste? ¿Cómo lograrlo? ¿Qué beneficios trae? ¿Qué problemas puede traer el no usar esta técnica?

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Hablar mal, desde la garganta y sin apoyo del diafragma, no solo afecta cómo suena su voz. También puede dañar su salud y su carrera.

Muchos, si no la mayoría de quienes hablamos en radio, lo hemos hecho de manera empírica. Alguna vez nos sentamos frente a un micrófono y nos parece que lo que dijimos salió bien, así que decidimos trabajar con nuestra voz.

Pero resulta que eso no es tan fácil. De la misma forma en la que un ingeniero estudia su carrera o un atleta se ejercita y entrena diariamente, los buenos locutores, los más reconocidos, los que más dinero ganan, usan técnicas y ejercicios para manejar la voz de manera correcta.

No usar técnicas vocales es como manejar un carro sin frenos: puede andar por un rato, pero el accidente llega tarde o temprano.

La voz es como un instrumento musical. Si se toca mal, suena mal. Si se maltrata, se daña. Pero si se cuida, se convierte en una herramienta poderosa para emocionar, comunicar y conectar con los demás.

Hablar mal, desde la garganta y sin apoyo del diafragma, no solo afecta cómo suena su voz. También puede dañar su salud y su carrera.

Si usted no aprende a hablar correctamente, puede sufrir problemas de salud en la voz. Si al final del día su voz suena ronca o cansada, es señal de que está forzando. Es como correr con los zapatos mal puestos: termina adolorido.

Además, cuando las cuerdas vocales se inflaman por el mal uso, aparece esa voz áspera que no se quita ni con miel ni con limón y pueden ocasionar problemas de salud como los nódulos o pólipos, que son pequeñas lesiones en las cuerdas vocales, parecidas a callos, que aparecen por el maltrato continuo. En casos graves, requieren cirugía.

Y lo peor: si usted insiste en hablar forzado o con mala técnica durante años, podría desarrollar disfonía crónica, es decir, perder la voz por largos periodos… o para siempre.

Pero también pueden llegar problemas en la calidad del sonido que produce su garganta. Suena voz puede apretada, poco natural, y eso se nota al aire. Además, las palabras no se articulan bien, y cuesta entenderle y, como se sabe, una voz nasal, chillona o débil puede alejar a la audiencia, incluso si lo que dice es interesante.

Pero lo peor es que si usted no usa correctamente su voz, puede encontrar problemas en su carrera como locutor. Las emisoras, productoras o plataformas digitales buscan voces bien manejadas, que no suenen forzadas ni amateurs.

Así mismo, un locutor que no sabe respirar ni usar bien su voz se cansa rápido, pierde ritmo y energía, y eso se nota al micrófono, lo que puede llevar a crear una mala imagen frente al público.

Sí, hoy en día, la audiencia está acostumbrada a voces cálidas, naturales y bien proyectadas. Una voz mal manejada puede hacer que un oyente cambie de emisora o que un cliente o una agencia quiera conseguir a otro actor de voz.

Para hablar bien, no solo hay que tener buena voz. También hay que saber usarla. Y aunque esto puede parecer lógico, muchos locutores —especialmente quienes comienzan en este oficio— cometen un error muy común: hablar “desde la garganta”.

Pero ¿qué significa eso? ¿Y qué tiene de malo?

Antes de responder, comencemos por lo más básico…

¿Cómo se produce la voz humana?

Nuestro cuerpo tiene un sistema que se llama aparato fonador. Está compuesto por varias partes que trabajan en equipo cuando hablamos:

  • Los pulmones, que empujan el aire hacia afuera.
  • La laringe, que está en la garganta y contiene las cuerdas vocales, encargadas de hacer vibrar ese aire.
  • La faringe, la boca y la nariz forman una especie de caja de resonancia donde ese sonido se amplifica y se moldea.
  • La lengua, los labios, los dientes y el paladar ayudan a formar los sonidos y las palabras.

Todo comienza con una cosa muy simple: respirar bien.

La voz desde la garganta: un error costoso

Muchas personas, al hablar frente a un micrófono, tienden a apretar la garganta. Hacen fuerza allí, como si quisieran que la voz salga con más potencia. Pero eso es un grave error.

Cuando uno habla “desde la garganta”, el sonido se escucha tenso, apretado, a veces chillón. Además, la articulación de las palabras se vuelve más pobre y cuesta más hacerse entender.

Pero lo más grave es esto: usar la garganta de forma forzada puede dañar sus cuerdas vocales. Puede terminar con ronquera crónica, nódulos o incluso perder la voz si lo hace durante mucho tiempo.

Hablemos desde el estómago

Aquí es donde entra esa recomendación que muchos han oído: “Hable desde el estómago”.

Claro, suena extraño. Uno no tiene cuerdas vocales en el estómago. Pero lo que en realidad se quiere decir es: use el diafragma.

El diafragma es un músculo grande que está debajo de los pulmones. Cuando uno respira correctamente —como lo hacen los cantantes y los actores— el aire llena la parte baja de los pulmones, el vientre se infla, y el diafragma ayuda a empujar el aire de forma controlada. Ese aire sale con más fuerza y estabilidad, y al pasar por las cuerdas vocales, produce una voz más profunda, natural, resonante y sin esfuerzo.

Esto se llama respiración diafragmática o abdominal. Y esta técnica se puede aprender con práctica.

Cómo saber si está usando su diafragma

Una forma sencilla de comprobarlo es así:

  1. Colóquese de pie o siéntese derecho, sin encorvarse.
  2. Ponga una mano en su pecho y otra en su abdomen.
  3. Inhale lentamente por la nariz.
  4. Si al respirar se mueve más su abdomen que su pecho, va por buen camino.
  5. Al exhalar (al hablar), intente mantener estable el pecho y use la fuerza del abdomen para empujar el aire.

Con el tiempo, si lo practica, su voz sonará más clara, más fuerte y menos cansada.

Ejercicios para aprender a hablar con el estómago, perdón, con el diafragma

Si quiere que su voz salga con fuerza, claridad y sin dañar su garganta, estos ejercicios sencillos le ayudarán. No necesita más que unos minutos al día y un lugar tranquilo.

Primero, unas recomendaciones generales:

  • Hidrátese bien. Las cuerdas vocales necesitan estar lubricadas.
  • No grite ni se esfuerce. Si necesita sonar con más energía, use el cuerpo, no la garganta.
  • Haga ejercicios de respiración y de articulación todos los días. Son como el calentamiento para un deportista.
  • Evite el cigarrillo y el alcohol en exceso. Secan y dañan la voz.
  • Descanse. Dormir mal también afecta la voz.

Comprendido lo anterior, ahora sí veamos algunos ejercicios. Sí, pueden parecer tontos, incluso ridículos, pero le puedo asegurar que pueden mejorar mucho su forma de hablar frente al micrófono y le ayudarán a cuidar su garganta.

  1. Respiración con el abdomen (Ejercicio base)
  • Siéntese derecho o acuéstese boca arriba con una mano en el pecho y otra en el abdomen.
  • Inhale lentamente por la nariz durante 4 segundos. Sienta cómo se infla el abdomen, no el pecho.
  • Retenga el aire 2 segundos.
  • Exhale suavemente por la boca durante 6 segundos, dejando que el abdomen baje solo.
  • Hágalo durante 5 minutos diarios.

Objetivo: Entrenar el diafragma y acostumbrar al cuerpo a respirar desde la base de los pulmones.

  1. Soplo sostenido
  • Inhale profundamente con el abdomen.
  • Exhale soltando el aire con un suave “ssssss”, como si fuera una serpiente, sin vaciar los pulmones de golpe.
  • Intente mantener el sonido constante el mayor tiempo posible (cuente los segundos).
  • Aumente gradualmente cada día.

Objetivo: Control del aire y desarrollo del soporte diafragmático.

  1. Hable con vocales
  • Inhale con el abdomen.
  • Al exhalar, diga una vocal larga y sostenida: “aaaaaa”, “eeeeee”, etc.
  • Mantenga el sonido uniforme, sin temblores, sin apretar el cuello.
  • Puede variar el volumen: primero suave, luego fuerte, luego suave otra vez.

Objetivo: Sentir cómo el aire del abdomen sostiene el sonido.

  1. Frases con apoyo
  • Inhale usando el diafragma.
  • Diga una frase corta, como:
    • “Hoy es un buen día para hablar con claridad”.
    • “La voz es mi herramienta, la debo cuidar”.
  • Trate de que toda la frase salga con una sola exhalación, sin quedarse sin aire.
  • Hágalo sin tensar la garganta ni levantar los hombros.

Objetivo: Coordinar la respiración con el habla real.

  1. El globo invisible

Imagine que tiene un globo en la barriga. Al respirar, ese globo se infla (su estómago se expande). Al hablar, el globo se desinfla lentamente.

Practique frente al espejo y observe si mueve los hombros (no debe hacerlo) o si aprieta la garganta (debe evitarlo). Todo el movimiento debe venir desde abajo.

Consejo final:
Practique a diario, pero sin forzar. Usar el diafragma no debe doler ni cansar. Poco a poco, lo que hoy parece difícil se volverá natural, y su voz sonará más firme, más limpia y más profesional.

Conclusión

La voz no es solo un regalo. Es también una herramienta. Y como cualquier herramienta, si se usa mal, se daña. Pero si se cuida y se entrena, puede durar toda la vida y abrir muchas puertas.

Así que ya sabe: no hable con la garganta apretada. Respire profundo, relájese24 y deje que su voz salga desde lo más hondo… no del estómago, pero sí con el apoyo del cuerpo entero.

ACERCA DEL AUTOR
Tito López hace radio desde 1975 y ha creado formatos radiofónicos exitosos en Colombia, Portugal, Chile, Panamá y Costa Rica.
Es coach de talentos, intérprete de investigaciones de audiencia, productor, blogger, libretista y conductor de programas de radio.
Lo puede seguir en Facebook como Oscar.Tito.Lopez y en Twitter como oscartitolopez.
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