20 verdades que nadie te dirá sobre trabajar en radio

Si piensas trabajar en radio o estás en sus inicios, es clave que conozcas algunos detalles de los que poco se habla, para que entiendas qué puedes esperar de tu trabajo y qué tendrás que sacrificar.

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Muchos creen que nuestro trabajo solo consiste en abrir el micrófono, decir lo que se nos ocurra y poner la música que queramos.

Desde fuera, el trabajo en radio parece muy sencillo. Al fin y al cabo -creen algunos- solo se trata de abrir el micrófono, decir lo que se te ocurra y poner la música que tú quieras. Creen que se pasa muy bueno, que es divertido y que, además, nos pagan por hacer lo que más nos gusta.

Puedo asegurar que, incluso, muchos de quienes quisieran trabajar en radio piensan lo mismo, pero quienes llevamos años en este oficio sabemos que no hay nada más alejado de la realidad que eso.

La verdad es que sí es divertido y que a los locutores y conductores de programas se les paga por hacer un trabajo entretenido, de mucha visibilidad y que ofrece posibilidades de crear una imagen de marca personal, pero es clave conocer más a fondo esta labor para estar preparado el día que alguien nos vaya a dar la oportunidad.

Si tú piensas trabajar en radio o estás en sus inicios, es clave que conozcas algunos detalles de los que poco se habla, para que entiendas qué puedes esperar de tu trabajo y qué tendrás que sacrificar.

A continuación, presento, en orden regresivo, 20 verdades acerca del trabajo en radio que nadie te quiere contar:

  1. Solo las superestrellas ganan millones

Esta es una industria para aquellos con pasión por la radio, no para cualquiera que busque el éxito de la noche a la mañana.

Sí, la radio paga mal, aunque no peor que otras profesiones. Hay médicos, abogados e ingenieros que ganan salarios bajos e, incluso, terminan trabajando de taxistas. Pero también están los grandes profesionales, los que se tomaron sus carreras en serio, estudiaron y practicaron y hoy ganan buenos salarios.

Así es la radio. Te aseguro que si muestras buen rendimiento, si eres creativo, si sabes trabajar en equipo y si tienes afán por aprender y compartir tus conocimientos, ganarás buen dinero.

La radio no es solo un turno al aire o la presentación de un programa. Están los comerciales, los videos, la presencia en redes sociales y en plataformas, los audiolibros, los pódcasts, las animaciones de eventos y muchas otras oportunidades.

  1. “Radio Pasillo” es importante

Como en cualquier otro trabajo de oficina, en la radio hay muchos chismes. Y la señora del café o la chica de la recepción lo saben todo.

Las personas trabajan en espacios reducidos durante largas horas, así que no te sorprendas si aparece alguna historia extraña. Al fin y al cabo, somos comunicadores profesionales.

La idea no es hacerle mal a nadie, pero sí vale la pena estar enterado de todo lo que pasa en la empresa.

  1. Presta atención a lo que dices (porque tus oyentes lo harán)

A veces, hablarle a un micrófono puede parecer como hablar con uno mismo. Por ejemplo, estar completamente solo en el programa de la noche o la madrugada, en un estudio oscuro y vacío, puedes parecer un poco extraño.

Pero hay que cuidarse. Siempre habrá alguien escuchando. No empieces a divagar como si estuvieras hablándole a tu imagen en el espejo. Aprende a controlarte para no pasarte de la raya. Cualquier error, cualquier comentario fuera de tono o malintencionado saldrá a flote.

Cuando hablas en radio, no estás solo.

  1. La radio es muy competitiva

Tienes que trabajar increíblemente duro para llegar a una buena posición en la industria de la radio. Y luego tienes que trabajar aún más duro para mantener esa posición.

La competencia sana entre profesionales puede ser estresante, pero ayuda a que todos den lo mejor de sí y crecer en el ámbito profesional.

  1. La burocracia está en todas partes

Hay pautas y regulaciones para todo. Sí, para todo. Ser presentador de radio no te da licencia para decir lo que te dé la gana.

Es cierto que las reglas, hoy en día, se han relajado frente a lo que sucedía en el siglo pasado, pero eso no significa que puedes decir groserías o hacer bromas pesadas y que no pase nada.

En todos los países hay organizaciones que regulan las emisoras y estas pueden ser multadas por las infracciones que cometan los locutores. Algunas de esas regulaciones incluyen listas de palabras ofensivas o inapropiadas, y repetirlas en antena puede resultar en fuertes multas.

La polarización actual hace que la gente esté muy sensible. Las redes sociales les han permitido a las personas a expresarse libremente, y si ofendes a alguien, si insultas o, peor, difamas a alguna persona, te puedes meter en problemas.

Trabaja dentro de los límites, pero eso no significa que tengas que parecer un santurrón al aire. Aprende a manejar tu lenguaje y tus contenidos de forma que llamen la atención, que despierten curiosidad y que generen conversación, pero sin exagerar.

  1. A nadie le gustan las ‘divas’ de la radio

Fred Allen, un comediante estadounidense, dijo alguna vez: «Las celebridades se parecen a las cometas: mientras más alto se elevan, más se alejan de la tierra.»

La fama puede inflar el ego y hacerte sentir mejor que los demás e, incluso, despreciar a tus amigos, colegas de trabajo y hasta a tus mismos oyentes.

Incluso si eres el santo patrón de los presentadores de radio, ser una diva puede llevarte muy lejos… de tu trabajo. Nadie se aguanta a una diva, ni siquiera los jefes.

Además, recuerda este dicho popular: lo que sube como palma, baja como coco.

  1. No puedes confiar en los productores para todo

No puedes tener éxito sólo porque eres muy bueno detrás del micrófono. Tienes que entender que el éxito se consigue trabajando en equipo.

Aunque hables bien, siempre necesitarás de otras personas para que la gente te pueda escuchar: el operador de la consola, el técnico, el productor de contenidos, el periodista que te acompaña, incluso la gente de las demás áreas de la empresa.

Además de aprender a manejar todos los equipos, es clave confiar en la gente que te rodea y agradecerles por su trabajo. Algún día, en algún momento, te tocará manejar la consola, hacer un remoto por tu cuenta, arreglar la silla y hasta recoger la basura y el desorden que dejaron otros.

  1. Los desastres ocurren con más frecuencia de lo que crees

Inclinarse demasiado hacia atrás en la silla y caerse justo antes de que termine una canción es algo que ocurre con más frecuencia de lo que te imaginas.

La habilidad para hacer locución y la capacidad de improvisar cuando se presenta un accidente es lo que te puede diferenciar de otros locutores.

Por eso hay que estar atento a todo lo que sucede en la cabina. Por eso hay que tener todo el material preparado. Por eso hay que aprender a no depender de los demás.

  1. Cada emisora utiliza un software diferente

Cada estación está dirigida por diferentes personas que tienen sus propios gustos y preferencias, por lo que todas terminan utilizando un software diferente.

Si estás buscando trabajo en otra emisora o te acaban de contratar los de la competencia, prepárate para tener que ajustar tus habilidades y aprender a manejar nuevos sistemas.

Ellos no van a cambiar ni sus herramientas de trabajo ni sus sistemas para que tú estés cómodo, así que mantén tu mente abierta siempre para aprender.

  1. Los DJ deben seguir las pautas de transmisión

La mayoría de las emisoras tienen sus propios manuales de estilo o su forma de trabajar, y generalmente esas reglas serán muy específicas para el estilo de esa estación.

En algunas te dirán «no pases jingles en una pausa publicitaria; hazlo solo al salir de ella». O te pueden decir “aquí no nos gusta que hablen encima de las canciones”.

Esto puede sonar restrictivo, pero no es un capricho. Te aseguro que esas reglas fueron creadas después de muchos análisis en la búsqueda de un sonido y de un estilo particular.

Esas reglas le darán a tu emisora una mayor identidad y consistencia, y así se garantizará que los programas no se conviertan en islas aparte en las que cada locutor pone las canciones que quiera y hable sobre lo que le dé la gana.

  1. Algunos programas no son realmente en vivo

Todos quisiéramos que nuestros programas pudieran ser siempre en vivo, pero eso no siempre es posible. Hay diferentes circunstancias en las que te van a pedir que dejes grabado tu turno o tu programa.

Así mismo, a veces no hay locutores disponibles, o tienen que grabar sus programas porque se encuentran en otra ciudad o país. También podría ser que hay que pasar un programa pregrabado.

Hay gente que asegura que no es lo mismo un programa o un turno en vivo que uno pregrabado. Y aunque sobre eso no hay consenso, es muy posible que, si la grabación, la locución y la preproducción están bien hechas, nadie se dará cuenta de que lo que está sonando al aire fue grabado con anterioridad.

Sea como sea, lo cierto es que tu emisora probablemente siga pasando algunos espacios pregrabados, aunque a ti no te guste. Además, es probable que tú mismo tengas que grabar alguno, así que, en lugar de quejarte o de querer imponer tu punto de vista, prepárate para hacerlo de la mejor manera.

  1. La música sigue una estrategia de programación

Una emisora tiene un enfoque claro: sabe a quiénes les quiere llegar y cómo hablarles. Y sabe cuál es la música que debe sonar y, especialmente, la que no debe sonar.

Para eso existe la figura del programador, que se asegura de que cada canción suene en el momento apropiado, cuidando que el ritmo no sea demasiado lento ni demasiado rápido y que no haya ‘choque de trenes’ entre una canción y otra.

Ese programador sabe manejar su herramienta de programación y cuida que no suenen 2 canciones del mismo artista muy seguidas, que un tema no suene hoy a la misma hora de ayer, o que suene más veces al día que las de otras categorías.

Sí, hay un plan, una estrategia que deberías conocer. Así comprenderás mejor por qué no hay que salirse de programación, por qué hay que respetar esa pauta, por qué no puedes tocar la canción que te acaban de pedir ni mucho menos ese tema que le quieres dedicar a tu novia.

  1. Las víctimas de las bromas telefónicas deben dar su consentimiento

Los programas que se basan en bromas telefónicas son muy divertidos, pero es posible que aquellos a quienes les hicieron las bromas no piensen igual.

En la mayoría de los países existen leyes y reglas claras para manejar este tipo de contenidos, y si no las hubiere, es posible también que los dueños de la emisora quieran evitar demandas cuantiosas de gente que no consideró tan chistosa la broma y, por el contrario, se vio perjudicada u ofendida.

El respeto por los oyentes debe primar, ante todo. Las regulaciones controlan lo que se puede decir al aire y muchas veces es necesario el consentimiento de la persona afectada para transmitir en vivo una de esas bromas.

Esto significa que tú no puedes simplemente llamar a alguien y mostrar todos sus ‘trapos sucios’ al aire sin su permiso.

Lo ideal es pregrabar esas bromas, pedir el permiso respectivo y editar el contenido de tal forma que siga siendo divertido, pero con más ritmo y evitando cualquier cosa que pueda molestar o perjudicar a la víctima.

  1. Seguramente te tocará cumplir con varios papeles, además de la locución

Hoy en día, el rol del locutor ha cambiado muchísimo. Además de la locución, se exigen tareas como generar contenido para redes sociales de la emisora (videos, fotos, etc.), escribir blogs o artículos para la página web de la emisora, responder a mensajes en redes sociales y plataformas digitales, participar en campañas publicitarias de la emisora y eventos en vivo y otras tareas.

Sí, la época en que se contrataba a alguien solo para que hablara por la emisora durante un turno ya pasó. Por eso hay que estar preparado en todas esas áreas y no sorprenderse porque le pidan esos requisitos.

Y alegrarse, porque tendrás la oportunidad de aprender otras funciones en las que no habías pensado.

  1. Prepárate para recibir insultos o palabras groseras al aire

Siempre habrá alguien que quiera aprovecharse de que está al aire para hacer algo que le parece gracioso, como soltar una palabrota, hacer un chiste obsceno o decirle un insulto al locutor o a alguien de la emisora.

Por esta razón, muchas emisoras tienen una persona que filtra las llamadas, tanto en vivo como en las grabadas que recibe por WhatsApp. Si tu emisora no tiene a alguien que haga esa tarea, te tocará hacerla a ti.

Al fin y al cabo, el contenido de una llamada es simplemente otro elemento más de la programación. O sea, así como hay que cuidar la programación musical, los contenidos hablados que se emiten al aire, los jingles y el vestido sonoro de la emisora, también es necesario que las llamadas se escuchen bien al aire.

  1. Los DJ de radio no deciden sobre la música que suena en la emisora

En una estación de radio, todo tiene que estar planeado con anticipación para atraer a la demografía deseada y adaptarse a la política musical de la emisora.

Por esa razón, un locutor no tiene permitido salirse de la programación, y por eso también es clave que entiendas que si no te gusta la música que suena en tu emisora, mejor no trabajes allí.

  1. Tendrás que aguantarte las llamadas de los mismos personajes de todos los días

Todas las emisoras tienen a los mismos oyentes que son felices llamando todos los días a pedir canciones, a pedir que los saluden, a enviar ‘mensajitos’, a participar en los concursos o a opinar sobre determinado tema.

Aunque puede parecer molesto, hay que cuidar a esos oyentes. Son la tabla de salvación cuando el tema del que se está hablando, el concurso que se planeó o el programa de complacencias no recibe participación de la audiencia.

Además, esos oyentes siempre hablarán bien de tu emisora, invitarán a sus amigos y familiares a escucharla y, si tenemos buena suerte, de pronto hasta los llaman desde la firma encuestadora, y nos darán mucho crédito por escucharnos.

  1. Los turnos pueden ser largos y tediosos

Aunque hayas sido contratado para hacer un programa de 3 horas o un turno de 4 horas, siempre habrá la posibilidad de que te toque quedarte por más tiempo encerrado en la cabina.

Puede ser porque el locutor que debería recibirte el turno se enfermó o tuvo una emergencia. Puede ser porque hay una transmisión remota y te toca quedarte en cabina manejando los controles. Incluso puede ser que el siguiente locutor renunció inesperadamente o que simplemente le dio por llegar tarde.

Como sea, haz lo posible por mantener un buen ambiente de trabajo. Si puedes, lleva tu propia espuma de micrófono para evitar contagios. Lleva tu propio termo de agua. Lleva tu propia comida. Compra los audífonos que te gusten y con los que te sientas cómodo.

El celular, el chat y los videojuegos pueden ser tu gran compañía en esos momentos.

Pero, ante todo, mentalízate para estar preparado. Al fin y al cabo, el de la radio es un trabajo entretenido.

  1. Las celebridades no van a tu emisora para saludarte o porque la emisora es muy buena

Si alguna vez te has preguntado por qué las celebridades dan exactamente las mismas respuestas en diferentes emisoras, es clave que entiendas que te dan ese privilegio porque quieren promocionar su trabajo.

Sí, un artista no te va a visitar porque le caes bien o porque no tenía nada más que hacer. Tampoco lo hará simplemente porque tu emisora es muy buena. Todo es parte de una estrategia de comunicación enfocada en sus necesidades de promoción.

De hecho, muchas veces la celebridad ni siquiera irá a tu emisora, sino que enviará respuestas pregrabadas y te tocará hacer un ‘falso directo’, para que parezca que está allí sentado a tu lado, conversando contigo.

  1. Los presentadores no siempre pueden hacer buenas preguntas

Y este punto viene amarrado al anterior. Cuando una celebridad visita tu emisora y tú tienes la oportunidad de entrevistarlo, ten en cuenta que, ante todo, querrá hablar de lo que está promocionando, ya sea un concierto, una nueva producción o alguna otra noticia.

Dependerá de tu astucia y manejo el lograr que, además de su conversación promocional, puedas sacarle provecho a esa visita o llamada telefónica. Para ello hay que desarrollar la habilidad de llevar la charla a donde deseas, de forma que seas tú quien la maneja y no el invitado.

Conclusión

Ahora que lo sabes, trata de tener estos puntos en cuenta para lograr que tu trabajo en radio sea más satisfactorio.

ACERCA DEL AUTOR
Tito López hace radio desde 1975 y ha creado formatos radiofónicos exitosos en Colombia, Portugal, Chile, Panamá y Costa Rica.
Es coach de talentos, intérprete de investigaciones de audiencia, productor, blogger, libretista y conductor de programas de radio.
Lo puede seguir en Facebook como Oscar.Tito.Lopez y en Twitter como oscartitolopez.
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