Pocas veces hablo de la radio hablada, porque mi experiencia de casi 50 años de radio la he conseguido en emisoras de formatos musicales.
Sin embargo, muchos sabrán que mi trabajo, los últimos 5 años antes de mi jubilación, fue de director de radio de Caracol Televisión, más específicamente de Blu Radio, la cadena de radio hablada más importante del país según el más reciente ECAR.
La semana pasada, Iván García, director de investigación y desarrollo de RCN Radio en Colombia, publicó un artículo en su perfil de LinkedIn llamado “¿Innovación o monotonía? el dilema de las grandes emisoras de la radio hablada en Colombia” y esto me dio pie para escribir una nota al respecto.
Y, lo mejor: también la semana pasada, uno de los gurúes de radio estadounidense, Mike McVay, publicó otro artículo llamado “The Sad State of News”, que podría traducirse como “El triste estado de las noticias”.
Ambos artículos hablan de la forma como han evolucionado las emisoras de radio hablada, que anteriormente basaban su programación en noticias, deportes y variedades, pero que ahora, debido a la polarización política ocasionada por las redes sociales, han cambiado su estilo, dejando de lado muchos temas de interés general para concentrarse cada vez más en la opinión y el debate.
Iván García dice que “Es evidente que la política y la economía ocupan una posición central en la radio colombiana, debido a su impacto directo en la vida cotidiana. Pero ¿qué pasa cuando estos temas se abordan de manera reiterativa? ¿Se corre el riesgo de generar desinterés, desconfianza o incluso polarización? (…) ¿Cómo puede este medio equilibrar su enfoque para incluir otros temas sin abandonar su cobertura de coyuntura?
Eso es algo en lo que coincide Mike McVay, quien asegura que “Lo más importante para un oyente es aquello que impacta directamente en su vida. A la gente le preocupa más que se caiga el puente entre su hogar y su trabajo que algo que haya dicho un candidato político”.
Respuestas
Si bien las preguntas que ellos se hacen son totalmente válidas, lo cierto es que el tema político y de debate, aunque puede crear polémica, desazón y hasta romper amistades, ha demostrado ser de gran incentivo para crecer en audiencia.
Precisamente, algunos de los mayores crecimientos en la audiencia de radio en Colombia se han dado en emisoras y programas enfocados en política, tal como lo demuestran Blu Radio, La FM y Caracol.
La primera tuvo un crecimiento del 21.4 % frente al año anterior. La segunda creció el 8,2 % y la tercera creció un 6 %, en gran parte debido a las continuas polémicas que se generan alrededor del gobierno actual.
Incluso la Radio Nacional de Colombia (RTVC) tuvo un fuerte crecimiento de audiencia. Llama la atención que esta cadena de emisoras del Estado, que siempre ha mantenido un perfil muy bajo, y que ahora se ha convertido en el órgano oficial del gobierno para presentar sus logros, logró crecer en esta medición un importante 126 % frente al año anterior.
Pero mientras en Colombia se ven estos crecimientos, un estudio global presentado en junio de este año por la BBC sugiere que cada vez más personas se alejan de las noticias y las describen como deprimentes, implacables y aburridas.
Según esa investigación, casi cuatro de cada diez (39 %) personas en todo el mundo dijeron que a veces o con frecuencia evitan activamente las noticias, en comparación con el 29 % en 2017, según el informe del Instituto Reuters de la Universidad de Oxford.
YouGov encuestó a un total de 94 943 adultos en 47 países en enero y febrero para el Informe de Noticias Digitales de este año. El estudio se realizó en un momento en el que miles de millones de personas en todo el mundo estaban acudiendo a las urnas en elecciones nacionales y regionales.
El informe concluyó que las elecciones han aumentado el interés por las noticias en algunos países, incluido Estados Unidos. Sin embargo, la tendencia general sigue siendo firmemente a la baja, según el estudio.
En 2017, hace 7 años, el 63 % de las personas habían dicho que estaban muy o extremadamente interesadas en las noticias, pero en el nuevo estudio esta cifra bajó al todo el mundo, el 46 %.
El autor principal del informe, Nic Newman, dijo al respecto: «Tuvimos la pandemia y las guerras, por lo que es una reacción bastante natural que las personas se alejen de las noticias, ya sea para proteger su salud mental o simplemente para querer seguir adelante con el resto de sus vidas«.
Newman también le dijo a la BBC que quienes eligen evitar las noticias de forma selectiva también lo hacen a menudo porque se sienten «impotentes» ante ellas.
«Se trata de personas que sienten que no tienen poder sobre la cantidad de cosas que están sucediendo en el mundo. Algunas se sienten cada vez más abrumadas y confundidas por la cantidad de noticias que hay, mientras que otras se sienten fatigadas por la política”, agregó.
Según el informe, las mujeres y los jóvenes son quienes tienen más probabilidades de sentirse agotados por la cantidad de noticias existente.
¿Si no es debate ni política, qué otros temas se deberían tratar?
García hace un análisis juicioso acerca de los temas que se escuchan en la radio hablada en Colombia. Para ello hizo un seguimiento a las emisoras Blu Radio, La FM, Caracol y W Radio, y encontró que los temas que más se hablan allí son, en su orden, política, internacional, economía, interés general, judicial, seguridad, orden público, entretenimiento y salud, entre otros.
¿En qué proporciones? Todo queda descrito en este cuadro:
¿Y cuánto tiempo le dedica cada emisora a cada uno de los temas? Sobre eso, García también hizo una investigación, y aquí están los resultados:
Por su parte, McVay, en su artículo, dice: “¿dónde quedan otros asuntos esenciales como la ciencia, la tecnología y el medio ambiente? ¿Está la radio alineada con las demandas de una sociedad en constante cambio o repite un enfoque limitado?”
Los temas
Ante estas preguntas, McVay sugiere que las categorías de contenido de noticias que ha descubierto que resuenan con una audiencia, independientemente del formato, son temas del corazón, economía, salud, relajación, seguridad e historias nacionales/locales que impactan vidas, y lo explica de esta manera:
Historias del corazón: Tocan una fibra emocional. Un tiroteo masivo en una escuela es una historia del corazón. El bebé secuestrado de los brazos de una madre en una sala de maternidad. La historia de una silla de ruedas robada a un parapléjico mientras esperaba un viaje. Las historias de vidas perdidas, coraje y sanación, todas encajan en la categoría de historias del corazón.
Todos nos sentimos «compasivos» ante la tragedia, o nos sentimos «bien» como resultado de escuchar una historia del corazón que termina bien. Son poco frecuentes, pero deben ser apreciadas.
Información económica: Este factor es uno de los más importantes para nuestros oyentes. La cuestión fundamental aquí es cómo se presenta la historia. En una semana cualquiera, hay numerosas historias sobre el dinero, ya sea el despido de trabajadores o el aumento de las tasas de interés de las hipotecas de viviendas.
El factor importante al escribir una de estas historias es presentar claramente cómo afecta a la persona promedio. Es mejor poder relatar exactamente cómo nos afectará a «usted y a mí» en lugar de simplemente afirmar que la tasa de interés está aumentando. Identifíquese con el oyente.
Historias de salud: Mucho antes de la pandemia, nos preocupaba el bienestar y el interés ha crecido desde entonces. Y este tema debe ir más allá de la investigación médica. La salud mental, un tema que alguna vez fue tabú, es aceptado abiertamente e importante para muchos. Las investigaciones muestran que hoy en día las personas son mucho más conscientes de la nutrición y el ejercicio como parte de la longevidad.
Nuestra audiencia está interesada en los avances en medicina para curar enfermedades y en los nuevos hallazgos de salud. La salud es importante para la audiencia porque afecta sus vidas.
Historias de relajación: Tratan sobre la forma en que las personas manejan el estrés en sus vidas. El enfoque está en la recarga y el rejuvenecimiento, tanto físico como mental. En los años 80 el enfoque estaba en trabajar duro y llegar a la cima, mientras que en los años noventa la gente era más consciente de su estilo de vida. La unidad familiar se convirtió en una prioridad.
Hoy, el oyente promedio está aprovechando sus periodos de vacaciones, los fines de semana largos, las semanas laborales combinadas que incluyen trabajo desde casa y la tecnología que permite el trabajo remoto mientras viaja.
Información de seguridad: La audiencia está preocupada por la criminalidad que afecta a sus familias, comunidades y al mundo. Los niños reciben teléfonos móviles a edades cada vez más tempranas, ya que aumentan su seguridad y proporcionan conectividad con los padres.
El negocio de la seguridad en el hogar está en auge. La educación para conductores también enseña seguridad personal en relación con la conducción de un vehículo.
Información e historias locales: McVay y otros analistas estadounidenses encuentran en sus investigaciones que las noticias locales son las más importantes para el oyente, aunque las cifras de audiencia en países como Colombia perecerían demostrar lo contrario.
Si miramos los resultados de audiencia, son las grandes cadenas nacionales las que más audiencia tienen, y su información es bastante general y de carácter nacional, muy centrada en lo que ocurre en la capital del país.
Ahora, lo que también podría estar demostrando es que la gente acude a estas emisoras ante la falta de información local. De hecho, en ciudades como Barranquilla y Neiva hay emisoras habladas de información local en los primeros lugares, superando a las grandes cadenas nacionales.
En Barranquilla, Emisora Atlántico ocupa el puesto 8, por encima de Caracol, W Radio y RCN, y en Neiva, HJ Doble K ocupa el tercer lugar, solo superada por dos emisoras musicales: Olímpica y Tropicana.
Y también debe tenerse en cuenta un fenómeno que se ha venido presentando en los últimos tiempos: la transmisión de noticieros locales en emisoras musicales como Tropicana y Radio Uno en lugar de los ya tradicionales Morning Shows.
La gran pregunta: ¿qué quiere escuchar la audiencia?
Ya vimos lo que los consultores citados piensan acerca de los contenidos ideales. Sin embargo, se ha demostrado muchas veces que la gente manifiesta ciertas opiniones para quedar bien frente a sus amigos y familiares, pero en su interior piensan otra cosa.
Un ejemplo típico es el reggaetón: mucha gente dice que es horrible, machista, mal elaborado, misógino, pero al final van a una fiesta y se divierten bailándolo y cantando sus letras a todo pulmón, o llenan los estadios en sus conciertos.
O si algún medio le pregunta a la gente en la calle qué le gustaría ver o escuchar, es probable que lo primero que mencione sean temas de cultura y educación, por quedar bien, pero al final se quedan oyendo las mismas polémicas y noticias políticas.
Como sea, García se pregunta en su artículo cuál es el papel que debería jugar la radio en informar sobre cuestiones que impactan el futuro de la sociedad. Además, pregunta si la falta de atención a estos asuntos refleja una desconexión con las necesidades de una audiencia en busca de innovación y sostenibilidad.
Dice García: “¿Qué impacto tendría una mayor integración de estos elementos (cambio climático, avance tecnológico, salud mental) en la oferta radial? ¿Cómo podrían contribuir al fortalecimiento de la identidad cultural y al optimismo colectivo?”
Bueno, él y McVay tienen las herramientas para investigarlo. Qué bueno que lo hicieran y nos contaran sus resultados…
Conclusión
No quise hablar aquí de la credibilidad, tan cuestionada en las redes sociales. Ese es otro tema candente, aunque al final todo se reduce a que la gente le cree al que piense como él y desacredita a quien no lo haga…
La audiencia, como dice McVay en su nota, es un grupo egoísta y egocéntrico, que se preocupa más por lo que le afecta.
Ojalá los gurúes de la investigación profundicen más en estos temas y, además del diagnóstico, nos entreguen información acerca de lo que la gente realmente espera de una emisora hablada y de noticias.