Gestionar adecuadamente los errores puede ser la clave para fortalecer la relación con tus clientes. Según la Organización Gallup, es cinco veces más caro generar nuevos clientes que mantener a los actuales. Por ello, cuando surge un problema, la forma en que lo afrontamos puede marcar la diferencia.
Si cometes un error, responde tan pronto como lo descubras. No esperes a que el cliente lo note, ve directamente y sé honesto sobre lo ocurrido. Asumir la responsabilidad es crucial para mantener la confianza. Pregunta: «¿Qué le gustaría que hiciera para corregir este problema?». Muchas veces, lo que el cliente pide es menos de lo que estarías dispuesto a hacer, lo que te da la oportunidad de mejorar la situación.
Una nota de seguimiento donde pidas disculpas y detalles cómo se solucionó el problema refuerza tu compromiso. Además, si el error fue logístico, asegúrate de corregir el proceso para que no vuelva a ocurrir.
Al final del día, los clientes entienden que todos cometemos errores. Lo que más valoran es la rapidez y profesionalidad con la que se manejan. Esta reacción puede convertir un inconveniente en una relación aún más sólida.
¿Cómo gestionas los errores con tus clientes para convertirlos en oportunidades?
Esta nota fue realizada con base en un artículo publicado por Radio Ink.