Mayra Berenice; “Los Radioescuchas tienen que creerte para que sigan contigo”

A los 15 años, Mayra Berenice se enfrentó al reto de ser madre soltera y la falta de oportunidades laborales por ser menor de edad. Sin embargo, nunca se rindió y encontró la manera de mantener a su pequeña hija. Siempre alegre, carismática y con una personalidad encantadora, Mayra encontró su oportunidad en la radio cuando ganó un concurso, gracias a la insistencia de su madre y amigos para que participara. Hoy, está a punto de cumplir 27 años en la radio, superando desafíos y aprendiendo constantemente en la ciudad más importante de la radio hispana en Estados Unidos.

Cuando Mayra ganó el concurso para convertirse en locutora, nunca imaginó que ese sería el comienzo de una exitosa carrera, formando parte de la famosa «Tropa Loca» junto al popular locutor «El Cucuy de la Mañana», quien ha sido un referente en la radio hispana durante los últimos 30 años. «Yo escuchaba a Rick Dees. Era una chavala que había crecido aquí y escuchaba música en inglés. Luego empecé a escuchar a Renán y me asombraba porque era muy chistoso. Lo conocí en un evento en un supermercado. Yo era cocinera de codornices y daba muestras a los clientes. Él llegó ahí, diciendo: ‘A ver, a ver, abran el espacio’, porque la gente se le acercaba mucho. Me regaló unos cassettes y así fue como empecé a escucharlo», recuerda Mayra.

Tras ganar el concurso, y sin tener experiencia en la radio, fue invitada a familiarizarse con el medio siendo locutora los domingos. María Nava, entonces Directora de Programación y locutora del mediodía en KSCA, le comentó que necesitaban una reportera de tráfico, y que Renán había quedado impresionado con ella. «No sabía quién era María durante el concurso, pero bromeamos, y creo que la química en esa cabina ese día explotó. Sin saber qué decir, abrí el micrófono por primera vez, y así comenzó toda esta aventura», relata Mayra.

Esa etapa junto a Renán Almendárez, «El Cucuy de la Mañana», duró 12 años. Mayra Berenice se divertía todas las mañanas, todo parecía fácil en la cabina. Sin embargo, un día esa etapa llegó a su fin. «La vida nos llevó por diferentes caminos. Me fui a La Invasora en Tijuana, donde estuve seis meses. Juan Carlos Hidalgo me colocó en esa empresa, pero no era lo mismo. Estaba embarazada y sufrí muchísimo. Conducía todos los días, y me decía a mí misma: ‘Dios mío, tengo que entrar a las 5 am’. Salía de casa a las 2 am para llegar a tiempo, y solo me daban un par de noches a la semana para quedarme en un hotel. Fue muy difícil. Valore tanto lo que tenía cerca: un programa en Los Ángeles con el locutor número 1 a nivel nacional. No tener que levantarme a las 2 am y conducir seis horas diarias. Llegaba a casa agotada, pero bendecida y agradecida porque esa empresa me dio seguro, tuve a mi bebé y todo salió bien», reflexiona Mayra.

En ese momento, la vida le ofreció una nueva gran oportunidad: regresar a Los Ángeles como locutora en la recién lanzada emisora El Gato 103.1 FM de Entravision. «Hace 15 años que llegué a esta empresa, y ahí sí comenzó lo más duro, porque cuando estaba con Renán éramos un equipo. Con ‘El Chon’ en La Invasora también trabajábamos en equipo y en tiempo real, pero no era lo mismo. Traté de adaptarme, pero llegaba a la cabina cansada de manejar tantas horas. Cuando llegué a El Gato, estaba sola. Me preguntaba: ‘¿Dónde están las risas? ¿Dónde están mis compañeros con quienes bromeaba?’. Lloraba muy seguido. Poco a poco me fui acostumbrando, pero me costó mucho porque era mi responsabilidad. Yo era la que estaba al frente, la que tenía que asegurarme de que los números estuvieran ahí, y fue muy difícil enfrentar esa soledad. En ese momento, dejé de jugar para enfrentarme a una realidad muy compleja. Y aquí sigo, aprendiendo», comparte Mayra.

¿Qué es lo que más aprendiste de Renán?

«Su constancia, porque aunque no era perfecto, era súper brillante. Estábamos ahí todos los días, no fallábamos. Con gripe, enfermos de cualquier cosa, cada 24 de diciembre recibíamos la Nochebuena para Navidad, y cada 31 era una manda estar en vivo en Año Nuevo. No importaba dónde estuvieras de vacaciones, tenías que regresar para estar con él esas dos fechas que eran muy importantes. Lloviera, tronara o relampagueara, teníamos que estar listos para entrar al aire a las 5 am. Nos decía que nadie debía pelear, que al cruzar esa puerta, todos debíamos sonreír. Nunca tuve problemas con Meño, Samuria, Dimas ni con nadie de quienes formaron parte de La Tropa Loca. No nos permitía estar disgustados, decía que la gente merecía lo mejor de nosotros, y que al entrar a esa cabina, todo lo demás se quedaba fuera. Eso es lo que más admiro de Cucuy, su constancia», responde Mayra.

Hablar de tu carrera es inevitablemente hablar de Renán, pero cuéntanos de esta nueva aventura en solitario. Llegas a Entravision, sin ese escudo protector, empezaste a superar obstáculos, y ahora eres una persona que se escucha en más de 30 ciudades en Estados Unidos. Desde que entraste a Entravision hasta hoy, ¿quién es Mayra Berenice?

«OMG, durante todo ese tiempo pensé que ya estaba lista, pero llegó un momento en que me di cuenta de que no era así. A mis 40 y tantos, todavía hay mucho que hacer y aprender. A veces queremos correr y decimos: ‘Ya quiero ser número 1, quiero estar en muchas ciudades’, pero no es así. La vida te va preparando, y ella se ha encargado de hacerlo conmigo por mucho tiempo. Ya no tengo esa prisa o angustia que tenía a los 30-35, cuando pensaba que si no tenía éxito en ese momento, me haría vieja y ya no cabría en la radio, porque solo contratarían a las jovencitas que se ven bien. Eso no es verdad. Lo importante es quién eres, cómo te entregas, cómo dices las cosas, cómo compartes, qué le transmites a la gente: ánimo, energía, positivismo. Eso es lo que importa. Ahora me siento como de veinte y todavía siento que tengo mucho por hacer», reflexiona.

Mayra, durante algunos años se ha hablado de que la radio está en decadencia, que ya no vende. Hay quienes dicen que la radio está a punto de morir. ¿Qué piensas al respecto?

«Fíjate que las plataformas de redes sociales nos han dado una apertura muy importante. Llegamos a rincones y espacios que nunca pensamos alcanzar. Recuerdo que cuando empecé en radio, estábamos en Los Ángeles y llegábamos hasta donde había señal. Después de eso, no había más. El internet recién comenzaba en el ’97. La primera página web que nos hicieron como La Tropa Loca era en blanco y negro. Ahora, las plataformas nos permiten estar en muchos lugares. Hay aplicaciones que puedes descargar en el celular para escuchar locutores de todo el mundo, y eso es muy importante. ¿Qué tan confiable o real es? No diré si es bueno o malo, porque no creo que eso exista. Simplemente, a veces es confuso. Creo que la gente confía mucho en la radio terrestre. Tengo una línea de productos que se anuncian en la radio, y conozco la efectividad de este medio. Pero también sé que debemos saber vender, hablar, convencer y motivar a la gente a probar los servicios y productos que anunciamos. No tienes que vender una marca, sino preocuparte realmente por el radioescucha. Creo que si lo hacemos así, lo aceptarán bien y seguirán escuchándote porque saben que eres sincero y te preocupas por su bienestar. Siempre tengo presente que mi gente se aliviane, que se empodere, que cambie, que reaccione, que despierte y haga las cosas que lo hacen sentir bien. Creo que mientras tengamos esa raíz interior que solo busca hacer un cambio positivo en la gente, ellos mantendrán viva la radio», sostiene Mayra.