Esta semana fui invitado a participar en “El Zoológico Pódcast”, un programa realizado por los antiguos talentos que formaron parte de la legendaria estación bogotana La Superestación y que logró un éxito imborrable a finales de los años 80 y durante la siguiente década con su Morning Show “El Zoológico de la Mañana”.
El pódcast lo pueden escuchar dando clic en este enlace: https://www.spreaker.com/show/el-zoologico-podcast
En medio de la conversación recordábamos cómo habíamos creado ese programa y cómo fueron llegando, uno a uno, los personajes que participaban en él, hasta que llegó el turno de hablar acerca de ‘Papuchis’.
‘Papuchis’ representaba al aire al estereotipo del nerd, un personaje con ocurrencias muy divertidas y frases contagiosas que mucha gente comenzó a utilizar en su conversación diaria.
Y su llegada fue muy curiosa: Alejandro Villalobos era uno de los disc-jockeys de esa emisora, y todas las noches hacía un recuento de las canciones más solicitadas del día. El programa se llamaba “Los 11 Superéxitos”.
Allí, Villalobos acostumbraba regalar entradas a conciertos, obsequios de los anunciantes, discos, CD’s, calcomanías y demás merchandising de la emisora, y siempre sacaba llamadas al aire de los oyentes que querían concursar.
Su primo, Juan Manuel Correal, estaba recién llegado de Cúcuta, otra ciudad colombiana, y estaba viviendo en la casa de Villalobos mientras estudiaba en la universidad. Siendo de la misma edad y compartiendo muchas de las experiencias de ser jóvenes, habían creado una amistad muy cercana, más allá de lo familiar.
Juan Manuel es de esas personas que siempre está tratando de sacarle una sonrisa a alguien, y Villalobos encontró en él una buena disculpa para tener un personaje al aire en medio de los concursos.
De esta forma, entre las muchas llamadas que recibía en el programa, siempre tenía la de Juan Manuel, que bajo el seudónimo de ‘Papuchis’ decía con una voz chillona y destemplada una frase que se volvió viral en ese momento, a pesar de que no había redes sociales ni internet.
Su frase de batalla era “¡Yo quiero participar!”
Esas intervenciones esporádicas sirvieron para conocer un poco más de su personalidad al aire, tanto que, más adelante, cuando Villalobos pasó a Radioactiva y realizaba un programa nocturno de los fines de semana llamado ‘Megafiesta’, lo primero que hizo fue llamar a ‘Papuchis’ para que lo acompañara allí.
Y su éxito fue tan rotundo que luego pasó a formar parte del Morning Show de la emisora y no solo se convirtió en uno de los personajes principales, sino que le sirvió para crear una marca de la que aún hoy en día disfruta y sobre la cual ha cimentado una gran carrera.
Y es que mucha gente de la radio encuentra talentos en áreas no tradicionales. La clave está en encontrar gente interesante y entretenida que esté dispuesta a aprender cómo crear una personalidad dinámica de radio.
En lugar de estar atacando emisoras pequeñas o de la competencia para encontrar talento, lo ideal es hacer un esfuerzo mayor y buscar en otros lugares no tradicionales.
¿Existe un buen humorista o celebridad que viva en su área? ¿Qué tal un conductor de bus o de taxi? ¿Conoce un mesero que se conecta con el público y hace una buena presentación? ¿Tiene un amigo que siempre es el alma de la fiesta? Uno nunca sabe dónde puede encontrar personalidades interesantes.
Características de un gran personaje de radio
El éxito al aire se debe más a una función de ser consistente con el sentido común que en ser un genio creativo. La mayoría de las personalidades son muy complicadas.
¿Entonces cuáles son los elementos clave para lograr un buen programa? Existen tantos tipos de personalidades como personalidades en sí. Pero existen características comunes para muchos programas ganadores.
A continuación, presento una lista de características que buscan muchos directores de emisora para sus programas de la mañana:
- No son falsos.
Los mejores programas dan la impresión de que los oyentes están espiando una conversación, y a menudo participan en ella. Es imperativo que los protagonistas del programa se conozcan bien y se caigan bien entre sí. Debe ser algo natural. Esto es contagioso y el oyente se siente parte del “club”.
Usted no puede realizar 240 programas al año, con más de 1.000 horas de material, y engañar al público fingiendo una personalidad que no es la suya con éxito. La verdadera personalidad de ese talento aflorará tarde o temprano y la audiencia se dará cuenta del engaño.
- Son ‘gustadores’.
El sarcasmo y el cinismo pueden caber en algunos programas, pero pocas veces deben ser éstos los atributos principales.
La mayor parte del humor debe evitar burlas a personas reales, más aún en los tiempos actuales, cuando hay tanta sensibilidad y la gente está atenta a cualquier detalle negativo para atacar en sus redes sociales.
Es preferible un personaje que sepa reírse de sí mismo. Y, en último caso, hacer bromas, imitaciones y parodias de celebridades del entretenimiento, el deporte o la política, pero nunca de personas con algún tipo de discapacidad o tendencia personal.
- Son bien balanceados.
La consistencia es su virtud. La audiencia se cansa de una dieta permanente de la misma rutina. Los grandes programas unen diversidad y creatividad en una misma personalidad. Presentan una buena cantidad de material consistente con su carácter y evitan así la predictibilidad, sorprendiendo a cada instante al oyente.
- Son creíbles.
Se mantienen fieles a su personalidad y a las posiciones que representan. Los programas ganadores saben qué es lo que su audiencia espera de ellos y llenan sus expectativas. Nunca violan la confianza de sus oyentes.
De hecho, y como ejemplo, en algún momento Juan Manuel Correal se vio abrumado por su personaje ‘Papuchis’. Se envolvió tanto con su personaje que mucha gente creía que él era así en la vida real, hasta que llegó un momento en el que prefirió dejar de interpretar a ese personaje, que lo estaba encasillando y afectando en su vida personal y profesional.
- Son entretenidos.
No son siempre chistosos, pero sí divertidos. Y esto es muy importante: se gastan horas preparando su programa. Suenan espontáneos, pero es el resultado de horas interminables de planeación y lluvias de ideas.
Claro, hay talentos que pueden improvisar muy bien, ser repentistas, pero se puede prestar a que algunas veces sus apuntes salgan bien, pero otros no tanto.
Y esto, además, puede traer un problema común en la radio: cuando alguien es chistoso por naturaleza y siempre está improvisando su humor, puede hacer que sus compañeros crean que tienen las mismas habilidades, generalmente con resultados terribles.
- Son interesantes.
Nunca son aburridos. Hacen cosas que llaman la atención. Planean formas de darle nuevas facetas a rutinas viejas que dan de qué hablar. Tienen claro que esto es el negocio del entretenimiento. Y no se quedan en contar chistes flojos. Le imprimen un sello a su personalidad.
Además, siempre están atentos a lo que está sucediendo a su alrededor. Están al día con las noticias y tendencias, y buscan así material para sus rutinas.
- Son visibles.
Entran en contacto con sus oyentes, les dan la mano. Escogen eventos y apariciones cuidadosamente donde puedan lograr el máximo impacto. No hay espacio para la pereza.
Saben manejar las redes sociales. Responden a los mensajes que les envían. Se preocupan e invierten parte de su tiempo en interactuar con su público para tener una mayor cercanía.
Eso lo saben muy bien los políticos, y lo aprovechan a su favor. Convertirse en una personalidad ganadora es como aspirar a un cargo público.
Usted tiene que reunirse con sus electores, la gente que le dará su “voto”. Si usted besa suficientes bebés y da la mano a mucha gente, usted podrá ganar las elecciones.
Lo mismo sucede con los personajes triunfadores de la radio.
- Son humildes.
En las promociones un talento puede ser una estrella y el centro de atención. Pero al aire, es un amigo. Los egos que se salen de control generalmente espantan a los oyentes. Entienden la idea de ser importantes y no les molesta que otros compañeros también hagan parte del show.
Y a la hora de entrar en contacto con su público, ya sea en redes, en una transmisión en vivo por internet o en un evento callejero, siempre están abiertos a saludar, a firmar autógrafos, a tomarse fotos con la gente.
- Tienen un propósito.
Es su misión entregarse a la audiencia. Es más que ganar un excelente sueldo o un bono por buenos ratings. Es tener una pasión y un deseo interior que los mueve.
Conclusión
Antes de que pueda identificar su personaje ganador, usted primero tiene que entender su Emisora.
Un director de cine nunca escogerá los actores sin haber leído el libreto. Lo mismo debe pasar para escoger los personajes que necesita para su programa. ¿Cómo puede escoger sus nuevas personalidades si no conoce bien su emisora y no tiene claras sus metas?
Para que funcione, un talento debe tener una apreciación y un entendimiento de las metas de la estación, y la dirección debe ayudarle al talento a alcanzar las metas de su carrera.
Escoger mal los talentos de un programa dañará todo su proyecto.
Cuando usted conozca bien su emisora, conozca luego su público objetivo. Entienda sus valores, estilos de vida, actitudes y opiniones. ¿Cuál es su punto de vista? ¿Cuáles características únicas de su emisora son las que atraen a su audiencia? ¿Cómo encaja el personaje en su estilo de vida?
Y lo más importante: ¿Qué recuerdan los oyentes de su emisora? Cuando tenga una visión clara de lo que ellos representan, usted podrá comenzar a definir cómo deberán sonar esos personajes.
