Lo difícil de mezclar la amistad con el trabajo

Mezclar la amistad con el trabajo es muy complicado, especialmente si uno de los dos es el jefe y el otro es su subalterno, y esta situación la viví al menos en cuatro oportunidades a lo largo de mi carrera.

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La amistad, la camaradería y el buen ambiente pueden llevar a situaciones complicadas.

El sábado pasado participé en una entrevista que reunía a algunos de quienes hicimos parte de Veracruz Estéreo de Medellín a mediados y finales de los años 80. Allí nos dimos cuenta de que, más que un trabajo, lo nuestro fue una reunión de amigos unidos por la música y por la radio.

No pensábamos en la fama. No pensábamos en el dinero. Casi que agradecíamos que nos dieran la oportunidad de estar al aire en esa emisora. Los resultados de audiencia fueron muy buenos. La emisora se convirtió en un ícono de la radio musical en Colombia, pero nunca nos dejamos cegar por el éxito.

Pero eso de conformar un equipo en el que todos sus integrantes terminan siendo amigos puede ser divertido y enriquecedor, pero también puede ser difícil de manejar, especialmente cuando surgen conflictos internos.

Y la primera situación difícil llegó al momento de tomar la decisión de despedir a John Jairo Muñoz, quien nos había acompañado a Donnie Miranda, Carlos Alberto Ríos y a mí desde nuestros inicios en radio, en La Voz del Cine en 1978.

Juntos habíamos pasado primero a Radio Disco ZH y, como era de esperarse, también pasó con nosotros a Veracruz cuando llegamos a esta emisora en 1984, a pesar de que, ante nuestra salida de Radio Disco ZH las directivas le ofrecieron quedarse dirigiendo la emisora.

Con John Jairo trabé una buena amistad. Compartimos mucho rato juntos, hablábamos de música y salíamos de fiesta a diferentes lugares. Su buen gusto musical fue un aliciente para reforzar esa amistad. John Jairo era querido por todos, muy colaborador y nunca tuvo problemas de disciplina.

Pero a nuestro gerente no le gustaba su desempeño y la orden había que cumplirla, a pesar de la defensa que hice de su trabajo y de la importancia que representaba para el equipo sólido que habíamos formado desde hacía 6 años atrás.

Afortunadamente él supo comprender y no se rindió, y es así como abrió nuevos caminos y se fue a otras ciudades, donde ha dirigido importantes emisoras de música. Y lo más importante: nuestra amistad y admiración mutua continúa incólume.

Pero luego, en 1995, llegó el momento más complicado. Con Alejandro Villalobos, una de las más grandes personalidades actuales de la radio, también me ha unido una amistad que va más allá de nuestro trabajo.

Hemos viajado juntos a diferentes eventos, hemos hecho fiestas, hemos compartido algunos momentos difíciles y hablamos de manera permanente de temas de actualidad, especialmente del rumbo de la radio, de la programación musical y de las nuevas tecnologías. Y compartimos chismes deliciosos de radio.

Con Alejandro me tocó solucionar una situación realmente complicada. A mediados de los años 90, Radioactiva era una cadena nacional de emisoras de música Pop enfocadas al público juvenil. Gracias al satélite logramos unir al país, pues todas las ciudades tenían participación y exposición al aire en diferentes programas, conservando además su sabor local.

Pero llegó el momento en que las directivas de Caracol decidieron nombrarme director nacional de emisoras musicales. Ahora debía responder por Tropicana, La Vallenata, Caracol Estéreo, Radio Recuerdos y, obviamente, por el sistema Radioactiva, entre otras.

Para mi reemplazo como director de programación de Radioactiva Bogotá hicimos el nombramiento más lógico, que era Villalobos, no solo por su inigualable olfato para descubrir los éxitos sino por su creatividad, su sagacidad y tácticas de promoción y eventos.

Infortunadamente para nosotros, justo al momento de su nombramiento 3 de los principales personajes de nuestro Morning Show fueron tentados por nuestro competidor, Súper Estéreo 88.9 -que más tarde cambió su nombre por ‘La Superestación.

La salida de Gabriel Delascasas, Guillermo ‘Memo’ Orozco y Juan Manuel Correal, ‘Papuchis’, fue un verdadero golpe al centro de nuestro corazón, y Radioactiva perdió el primer lugar de sintonía que gozaba hasta ese momento.

Pero lo peor fue que Súper Estéreo, que en ese momento pasaba por un momento difícil, se recuperó gracias a la llegada de estos 3 personajes, y su “Zoológico de la mañana” tuvo una inusitada resurrección.

Esta situación me dejó claro que, probablemente, por estar más preocupados en mantener un Morning Show exitoso probablemente descuidamos la música o nos equivocamos en su programación, aunque también es cierto que cuando una emisora tiene un programa tan exitoso, este puede opacar el resto del día.

Para acabar de complicar las cosas, tan solo un año atrás había sido lanzada La Mega de RCN, que con su propuesta de música “cross-over” venía creciendo fuertemente en audiencia y también nos sobrepasó. Su formato mezclaba Pop en español e inglés, rock, baladas y hasta canciones de música tropical, muy de moda por esos días.

A pesar del refinamiento en la programación musical y el intento por mejorar nuestro programa de la mañana, los resultados de Radioactiva no funcionaron como se esperaba, así que tuvimos que tomar una decisión drástica y muy dolorosa para mí: sacar de la dirección de Radioactiva a Villalobos y contratar un reemplazo que le diera una nueva dirección a la emisora.

De esta forma nos trajimos a Alejandro Nieto, el cerebro y director de La Mega, que siempre había soñado con trabajar en Caracol. De hecho, su interés fue tan grande que con el paso del tiempo llegó a ser nada menos que director nacional de la cadena SER de España y gerente general de Univisión Radio en Estados Unidos.

Con esta medida no solo nos trajimos a un gran talento sino que frenamos el crecimiento de La Mega, al menos por un tiempo…

Y siguiendo con nuestra estrategia de defender a Radioactiva, que por esos días era la joya de la corona de Caracol en cuanto a emisoras musicales, quisimos aprovechar las cualidades de Villalobos en el reforzamiento de Tropicana Estéreo, que no había dado los resultados esperados con su formato “cross-over” y que pretendía detener el avance de La Mega.

Alejandro transformó a Tropicana. Le cambió su formato aprovechando el buen momento que pasaba la denominada ‘salsa romántica’, interpretada por una nueva generación de cantantes como Rey Ruiz, Jerry Rivera y Marc Anthony, así como las nuevas fusiones del merengue con el house y el hip-hop.

Sin embargo, y a pesar del crecimiento logrado con estos cambios, era claro que Villalobos no estaba contento con ese nuevo cargo. Además, La Mega se había quedado acéfala por la salida de Alejandro Nieto, así que no tuvo que pensarlo mucho cuando le hicieron el ofrecimiento de dirigir la cadena juvenil de RCN.

Desde esa época, 1996, Alejandro Villalobos sigue siendo el director de La Mega a nivel nacional, y también apoya otros formatos musicales en RCN.

Y, afortunadamente, nuestra amistad sigue fuerte y muy cercana.

Más adelante tuve que enfrentar otra situación difícil con otro gran amigo de la radio, Gabriel Posada. Gabriel sufrió una situación parecida a la de Villalobos, pero esta vez en Radioacktiva Medellín.

Transformada ya al formato de ‘Planeta Rock’, Posada, que venía de trabajar en Manizales y Bogotá, ahora por fin había tenido la oportunidad de dirigir la emisora en la segunda ciudad más importante del país.

La emisora contaba con muy buena audiencia pero, al parecer, igual que en Bogotá, dependía demasiado de su Morning Show, en el que contaba con un equipo de comediantes muy talentosos llamado Zape Pelele.

Infortunadamente para nosotros esos comediantes fueron llamados para hacer parte de Veracruz Estéreo, el principal competidor de Radioacktiva en Medellín, y como era de esperarse, el programa de la mañana se fue al suelo, arrastrando la pérdida de audiencia al resto del día.

Y aunque de cierta manera la culpa también fue mía, por no haber aprendido la lección de lo que nos había pasado años atrás en Bogotá, el caso de Gabriel fue un poco más complicado, puesto que, a diferencia de Villalobos, no había otra emisora donde pudiéramos trasladarlo como director en ese momento.

La única solución hubiera sido mantenerlo como disc-jockey, pero las leyes laborales no permiten degradar el cargo de un empleado. Además, su salario, luego de haber estado en Bogotá, era mucho más alto que el de los otros directores de Medellín, y ya no había forma de justificarlo antes las directivas.

Gabriel tuvo que salir de la empresa y su carrera de radio se vio truncada por esa decisión. Afortunadamente hoy, después de pasar por algunos momentos difíciles, ha labrado su propio camino como experto en comunicaciones, bloquero, podcastero y productor de radio.

Y también mantenemos una gran amistad y admiración recíproca.

Finalmente hablaré de una mala decisión mía, y que también terminó afectando la carrera de otro personaje importante de la radio, esta vez en Costa Rica.

No es ningún secreto que Los 40, esa cadena de radio juvenil del Grupo Prisa, y que antes se llamaba Los 40 Principales, no la ha tenido fácil fuera de España.

Si bien en ese país sigue siendo supremamente poderosa, con altísimos índices de audiencia y siendo superada únicamente en las encuestas por su emisora hermana, la Cadena SER, en Latinoamérica son pocos los triunfos que se puede atribuir, tal vez con las grandes excepciones de México y Ecuador.

En medio de los altibajos que se presentan en los resultados de audiencia, estando en Costa Rica tomé la decisión de nombrar en la dirección de programación de esta emisora a Hanzel Carballo, más conocida como ‘La Naca’.

Su personalidad arrolladora, su forma de enganchar al público, su fortaleza al aire y su liderazgo fueron suficientes para convencerme de que había tomado la decisión correcta que, además, fue aceptada y aplaudida por sus compañeros de trabajo, que siempre la han querido y admirado.

Hanzel era muy divertida. Entraba a mi oficina y siempre tenía algún apunte que me hacía reír. Era invitada habitual a las fiestas y reuniones familiares en mi casa, y entablamos una amistad muy bonita con ella, incluyendo a mi esposa y a mis hijas.

Yo estaba recién llegado a ese país y no había tenido tiempo de conocer otras facetas de su trabajo, pero había que tomar una decisión apurada porque la emisora se encontraba acéfala. Estoy hablando del año 2006, probablemente.

Hanzel fue nombrada en propiedad y su salario fue ajustado conforme a su cargo. El problema es que el trabajo de programación y de liderazgo para realizar eventos y activaciones no estuvo a su altura.

Eso no demerita para nada su talento ni su trabajo. Por el contrario, siempre admiré su decisión de apoyarme en ese reto, sabiendo ella misma, seguramente, que tenía falencias en esos campos.

El caso es que la emisora no despegó y, por el contrario, continuó perdiendo audiencia.

Yo no quería perderla. Me hubiera encantado haber seguido contando con su talento al aire en la emisora. Al fin y al cabo, era nuestro personaje más reconocido y se había convertido en una gran personalidad en todo el país. Sin embargo, al igual que con Gabriel Posada, las regulaciones de contratación no permitían degradar a nadie de su cargo.

A pesar de mis ruegos frente a los socios, la decisión no tenía reversa: ella no podría continuar en la empresa porque no podíamos devolverla a su trabajo de disc-jockey y animación.

En este caso se trató de un error gerencial de parte mía y una demostración de que no supe aprovechar un error que había cometido tiempo atrás para prevenir una situación similar. Aunque siempre he dicho que de los errores siempre se aprende, esa no fue mi situación. Y lo lamenté mucho.

A pesar de lo anterior, ‘La Naca’ sabe que la quiero mucho, que admiro su talento y que hice todo lo posible por retenerla en la emisora, y que al nombrarla en la dirección solo quería hacerla crecer en su carrera profesional.

Hanzel ha desarrollado una exitosa carrera como cantante de música cristiana en su país, y sigue siendo una gran personalidad. Y hoy en día, en la distancia, seguimos conversando ocasionalmente, sin rencores.

Aprendizajes

Justamente este lunes 14 de agosto, el conocido consultor estadounidense de radio Mike McVay publicó un artículo en el portal RadioInk llamado ‘Contratar para evitar despedir’.

En él profundiza acerca de estos tipos de casos cuando dice: “Es raro que un gerente no sienta angustia cuando tiene que despedir a alguien. Muchos no dormimos bien la noche anterior. Eso siempre ha sido algo que he experimentado.

Sin embargo, siempre trato de mirar la realidad y aceptar que mi angustia no es nada en comparación con lo que esta persona experimentará y pasará después de su terminación. Ellos son los que lo tienen difícil. Verdaderamente difícil”.

Y continúa diciendo: “Cuando vaya a contratar a alguien, contrate para evitar el despido. Cuando despide a alguien, está despidiendo al empleado y a su familia. Está impactando la vida de más de un empleado.

Es posible que los esté colocando en una posición en la que tengan que mudarse. Los niños tienen que cambiar de escuela. Usted impacta vidas ahora y posiblemente a largo plazo. Si despide a alguien que contrató, usted es quien falló. El fracaso es tanto suyo como del empleado”.

Y para evitar este gran error, McVay hace estas tres recomendaciones:

  1. Piense mucho antes de contratar a alguien, porque si no funciona, el fracaso y la crisis son suyos. Mi consejo para los ejecutivos que tienen poder para contratar y despedir es que contraten sabiamente para que nunca tengan que despedir al candidato. Sea diligente en su investigación del candidato.
  2. Recuerde que cuando despide a alguien, lo está despidiendo a él, a su compañera de vida y a sus hijos e impactando negativamente a quienes dependen de él. La gente tiene que mudarse. Los niños tienen que cambiar de escuela. Piense en el elemento humano antes de contratar.
  3. No cree falsas expectativas. Entienda que es posible que el candidato ya se está desempeñando a su máximo nivel y podría no pasar de ahí. Luego, si excede sus expectativas, recompénselo. Es un ganar-ganar. Nunca contrate a alguien con la creencia de que puede mejorar. Eso es fijar una expectativa muy alta y, a menudo, es posible que no lo logre.

¿Cómo mantener la distancia con sus amigos en el trabajo?

Es muy probable que usted, como director o gerente de una empresa de radio (o de cualquier otro tipo) tenga que enfrentar una situación en la que su amigo termine siendo su subordinado. ¿Cómo manejar esta situación? Aquí presento algunos consejos, basado en mis propios errores:

  1. Establecer límites claros:

Desde el principio, ambos deben entender que, en el entorno laboral, su relación es principalmente profesional. Definir límites claros sobre cuándo y cómo discutirán asuntos laborales y personales.

  1. Comunicación abierta:

Fomentar una comunicación franca y abierta es esencial. Ambos deben sentirse cómodos para expresar sus opiniones, preocupaciones y expectativas.

  1. Igualdad y trato justo:

Es crucial que el jefe trate a su amigo subalterno con igualdad y justicia en todas las situaciones laborales. Evitar mostrar preferencias especiales o ventajas debido a la amistad.

  1. Mantener la confidencialidad:

Respetar la confidencialidad de asuntos laborales y personales es fundamental. No divulgar información delicada sobre el rendimiento o la situación personal del subalterno.

  1. Separar trabajo y amistad:

En el trabajo, deben centrarse en objetivos laborales y no llevar asuntos personales a la oficina. Evitar discutir temas personales durante las horas de trabajo.

  1. Abordar el desempeño de manera profesional:

Si es necesario corregir o sancionar al subalterno, hacerlo de manera justa y profesional, siguiendo los protocolos establecidos. Separar la amistad de las responsabilidades laborales.

  1. Aceptar críticas constructivas:

Ambos deben estar dispuestos a aceptar críticas constructivas y aprender de ellas, sin que afecte negativamente su amistad.

  1. Desarrollo profesional:

Asegurarse de que el subalterno tenga oportunidades de crecimiento y desarrollo profesional independiente de la relación de amistad. Evitar obstaculizar su progreso.

  1. Apoyo mutuo:

En situaciones desafiantes, como cuando el jefe debe sancionar al subalterno, es importante que ambos entiendan que el propósito es mejorar el rendimiento y el ambiente laboral, no dañar la amistad.

  1. Reflexionar y adaptar:

Periódicamente, ambos deben reflexionar sobre cómo están manejando la relación jefe-subalterno y estar dispuestos a ajustar su enfoque si surgen problemas.

Conclusión

Mantener una relación saludable entre un jefe y un subalterno que también son amigos requiere una comunicación abierta, profesionalismo y respeto por los roles laborales. Es fundamental mantener un equilibrio entre la amistad y el trabajo, y ambos deben estar comprometidos a separar ambos aspectos de sus vidas.

Si ambos son capaces de mantener estos principios, pueden mantener una relación de amistad sólida mientras cumplen con sus responsabilidades laborales de manera efectiva.

Tito López hace radio desde 1975 y ha creado formatos radiofónicos exitosos en Colombia, Portugal, Chile, Panamá y Costa Rica. Es coach de talentos, intérprete de investigaciones de audiencia, productor, blogger, libretista y conductor de programas de radio. Lo puede seguir en Facebook como Oscar.Tito.Lopez y en Twitter como oscartitolopez.
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1 comentarios

  1. Tito, me gusta mucho tu comentario y reflexiones sobre trabajar como jefe y la amistad con compañeros cuando hay que tomar desiciones.
    Un cordial saludo
    Rodrigo Fletcher

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