Usted también puede lograr una gran carrera de radio

Para lograr las metas hay que soñar, pero también hay que trabajar. Y hay que potenciar algunas cualidades personales para lograr el éxito.

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1980: en este momento, todavía no sabía que la radio sería mi forma de vida...

Hoy voy a dejar la modestia aparte y voy a hablar de mí, y de cómo he logrado realizar una exitosa carrera de radio.

No quiero sonar pretencioso. Simplemente quiero poner un ejemplo en primera persona como incentivo para que usted, que probablemente apenas está comenzando su carrera en radio, se motive y se dé cuenta de que sí es posible triunfar en este medio y, al final de sus días laborales, poder retirarse tranquilo gracias a ella.

En 1975, a mis 20 años, todavía no tenía claro mi futuro en la ciudad colombiana de Medellín. Por una ‘amable sugerencia’ de mi papá me encontraba estudiando administración de empresas, luego de haber reprobado mi ingreso a arquitectura, aunque realmente quería estudiar publicidad.

Obvio, me encantaba la música pero no sabía tocar ningún instrumento, y aunque tengo un buen oído, mi voz no daba para ser cantante. Además sabía que, al menos en esa época, sería muy difícil hacer una carrera artística. Dos de mis hermanos ya lo habían intentado con éxito, pero la música nunca se convirtió en su profesión de la cual vivir.

Por otro lado, me encantaba el manejo del sonido. Construí por mi cuenta, de manera totalmente empírica, una consola en mi cuarto que me permitía, mediante interruptores y cables, encender las luces, desviar el sonido de mi tocadiscos a diferentes parlantes, activar mi grabadora de casetes y sintonizar mi radio desde la cabecera de mi cama.

Algunos de mis amigos me decían ‘Tito Cables’. Uno de ellos, Juan Felipe Ramírez, estaba haciendo un curso de electrónica, y al ver mis habilidades me propuso que construyéramos una emisora basada en los planos de un libro de Mecánica Popular.

Así empezó mi carrera en radio.

Hoy, 48 años después, pienso que alguien que tenga esas mismas inquietudes puede seguir mis pasos y llegar a convertir la radio en una profesión de la que pueda vivir el resto de su vida laboral e incluso jubilarse y seguir trabajando en ella, como lo he hecho yo.

¿Cómo? Hagamos un breve repaso:

  1. El valor de la amistad:

Mientras mi vecino me invitó a construir un transmisor de radio gracias a sus incipientes conocimientos en electrónica, otro vecino, Donnie Miranda, compartía conmigo el gusto por la música en inglés, Pop y Rock.

Por ser británico, Donnie tenía acceso a mucha música que no se conocía en mi país, y le agradezco que me haya contagiado de su buen gusto, todo esto sin saber que la radio se iba a convertir en nuestra pasión.

Apoyarse en alguien; compartir gustos; recibir críticas; aprender a trabajar en equipo; construir proyectos juntos. Es mejor trabajar con alguien que empezar solo.

  • Curiosidad e investigación:

Hay que cultivar la curiosidad, no ponerle frenos. Yo desbaraté una radiola, dos radios portátiles, una grabadora de casetes y una grabadora de carrete para tratar de entender cómo funcionaban. Afortunadamente mis padres nunca me regañaron por eso.

Pelando cables y soldándolos con un cautín, también hice saltar los fusibles de la casa un par de veces por malas conexiones, aprendí lo que significaba el sonido estéreo y a conectar los parlantes y los cables de grabación sin desfasar la señal.

Mediante prueba y error aprendí a inyectar el sonido del tocadiscos a la grabadora, y luego de varios experimentos, me inventé la forma de mezclar el micrófono con la música. Incluso encontré la forma de mezclar el final de una canción con el inicio de la siguiente simplemente tapando con una cinta adhesiva la cabeza borradora de la grabadora.

  • Creatividad:

Al principio sólo sonaba música en esa emisora pirata. Para ello, simplemente dejábamos rodar un disco, con los baches o silencios entre canción y canción. Sin embargo, yo quería que sonara como una emisora de verdad.

El destino quiso que una de mis emisoras favoritas, La Voz de la Música, trasladara sus estudios a mi vecindario. Allí vi por primera vez una consola mezcladora de audio y vi cómo cuadraban los discos al ‘cue’ para que empezaran a sonar en el punto exacto.

Inspirado en ella, y usando una tornamesa mía, otra de Donnie, y un viejo amplificador, armé un estudio de grabación sin usar una consola. Simplemente conectaba los cables que salían de los brazos de los tocadiscos, los pasaba por el amplificador y los llevaba hasta la grabadora de carrete.

Aunque no podía controlar el volumen de las tornamesas, sí podía abrir, cerrar y mezclar el sonido que llegaba desde ellas mediante interruptores. Todo de manera empírica y artesanal.

De esta forma, ya podíamos grabar nuestros programas, de forma que nuestros vecinos pudieran escucharnos presentar canciones a través de nuestra emisora pirata de 300 metros de cobertura (y en A.M.)

  • Insistir, persistir, resistir y nunca desistir:

Yo pensaba que sin haber trabajado en radio, nunca nos iban a prestar atención. Además me daba un poco de vergüenza llevar un producto sin saber si estaba bien hecho. Pero fue mi amigo Donnie quien insistió en que lleváramos nuestro programa a una recién inaugurada emisora de música Pop.

Donnie insistió, fuimos a la emisora, nos atendió el operador de consola porque el gerente no estaba, y le entregamos como demostración uno de los programas que pasábamos en nuestra emisora. Más tarde, el gerente nos llamó a decirnos que esa misma noche debutaríamos en una emisora de verdad.

  • Ganar experiencia:

Cuando empezamos a hacer radio, nunca hablamos de dinero. No era nuestro interés. Lo que nos gustaba era presentar la música y permitirle a nuestro público conocer una música diferente a la que sonaba en esa época.

Durante 3 años seguimos buscando dónde presentar la música que nos gustaba y así pasamos por varias emisoras, comerciales y culturales, hasta que se nos dio la oportunidad de trabajar como empleados de una estación de A.M. (todavía no existían las de F.M.).

Sí, allí nos ganamos nuestro primer sueldo en radio, pero eso no era lo que nos movía. La experiencia que conseguimos haciendo programas en las otras emisoras, sin ningún afán comercial y sin restricciones de formato, sirvió para que esta nueva emisora, de la que tuvimos la suerte de ser codirectores, se ubicara en los primeros lugares de audiencia de la ciudad.

  • Innovación ante todo:

El deseo de hacer radio nos llevó a conseguir la dirección de una emisora de F.M. Ésta se convirtió en un ícono de la radio en nuestra ciudad, una marca legendaria.

Si bien, parte del éxito se debió a la novedad de la banda F.M., lo que más influyó fueron factores como crear un estilo diferente de locución, joven, natural y divertido. Además, adoptar el uso de softwares de programación musical y rotar la música de una manera diferente.

Pero lo más exitoso fue la creación de un Morning Show en 1986, que partió en dos la forma como se hacía la radio musical en Colombia, hasta el punto de que, algo que en sus primeros días fue criticado por muchos, hoy en día es de uso obligatorio por todas las emisoras musicales.

  • Abrir la mente:

Gracias al éxito logrado allí, pasé a una emisora en la capital del país, que también ayudé a llevar al primer lugar de sintonía. Esto me valió ser contratado por las dos más grandes cadenas de radio del país como director nacional de emisoras musicales, primero en Caracol y luego en RCN.

Aunque siempre había trabajado únicamente con música Pop y Rock en inglés, no lo pensé ni un minuto antes de que me dieran la oportunidad de tener bajo mi cargo emisoras de música Tropical, Pop en inglés, Rock, Baladas Pop en Español y Tradicionales, Música Popular Colombiana y Vallenatos.

Incluso trabajé con una emisora infantil y con otra de Jazz, Clásica y New Age. Mi último proyecto en Colombia incluyó la creación de una emisora de Música Regional Mexicana.

Además de Colombia, tuve la oportunidad de participar en la creación y puesta en marcha de emisoras en Chile, Panamá, Costa Rica y Portugal, países de los cuales traje grandes experiencias y aprendizajes.

  • Convertirse en un verdadero profesional:

En algún momento comprendí que hacer radio era mucho más que sentarme frente a la consola, abrir el micrófono y entretener a los oyentes.

Entendí que la radio es un producto comercial, que pertenece a la gran industria del entretenimiento, que se disputa el tiempo libre del público con la televisión, los conciertos, el cine, los parques de diversiones, las plataformas de streaming y las redes sociales, entre muchas otras opciones.

También comprendí que para hacer buena radio hay que estudiar, leer, escuchar emisoras de otros mercados –nacionales y extranjeros-, entender cómo funcionan las mediciones de audiencia, investigar las preferencias del público, respetar e impulsar las carreras de los talentos y conectarse con los oyentes.

Y que hay que trabajar estrechamente con los departamentos comerciales, administrativos, financieros y de ingeniería, porque el trabajo en equipo es la base del éxito de cualquier empresa.

Conclusión

Hasta la fecha, he tenido bajo mi cargo a más de 200 emisoras, nacionales e internacionales. Ya estoy pensionado, pero sigo trabajando como consultor, fuera de mi país.

Gracias a la radio he podido mantener a mi familia, viajar por el mundo, conocer artistas y personalidades importantes, asistir a los más diversos festivales y conciertos, y ganarme el reconocimiento de mis colegas.

Usted lo puede lograr, también. Aunque la suerte ha jugado un papel esencial en mi crecimiento profesional, al hacer este recuento se podrá dar cuenta de que realmente ha sido mi visión, mi disciplina y mi pasión lo que me ha traído hasta este punto.

Agradezco ahora el poder compartir lo que he aprendido a lo largo de estos años, no sólo con mis artículos sino como consultor de una importante empresa radiofónica, y sólo espero que pueda servir de inspiración a las nuevas generaciones, para que la radio siga siendo el medio preferido por la gente de todo el mundo.

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1 comentarios

  1. Excelente nota , en la cual plasma su vivencias convertidas en experiencias, dentro de este mundo fascinante de la Radiodifusión.

    Cabe destacar que cada uno de nosotros , de manera intrínseca poseemos muchas cualidades y virtudes, que quizás al salir a flote, se convierten en nuestro proyecto de vida , las que nos va a permitir desarrollarnos como actividad profesional, me refiero al arte de hablar , en resumen la locución.

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