En muchas emisoras de radio se tiene la idea de que mientras más rayos láser, explosiones y otros efectos de sonido tenga, mejor es la producción. Además, procuran tener voces potentes, agresivas y adornadas con stutters, ráfagas, ecos, delays y toda clase de distorsiones.
Yo lo sé: es muy fácil caer en esa trampa. Cualquiera que se haya sentado a editar una cuña, una promo, una identificación, un separador y tiene a la mano una librería de efectos, se siente tentado a adornar sus producciones para parecer la banda sonora de la Guerra de las Galaxias.
Sin embargo, una cosa es lo que piensa el productor en su estudio y otra cosa es lo que esperan los oyentes. Y una cosa es crear una producción llena de efectos de sonido y otra cosa es entregar un mensaje claro y directo que realmente “venda” los beneficios de la emisora.
Muchos de quienes trabajan en radio creen que los oyentes sintonizan una emisora para escuchar la producción, pero lo cierto del caso es que la gente escoge y se queda en una estación por su música y los contenidos que llenan sus necesidades de información y entretenimiento.
La producción no es la razón por la que alguien prefiere una emisora. No es por ella que la escuche. Los elementos de producción son un adorno, un ‘vestido’, son el refuerzo de la marca.
No quiero decir con esto que una producción impactante y bien elaborada no sea importante. ¡Claro que sí lo es! Pero la forma como se realiza esa producción debe obedecer a una razón de ser, a una estrategia de comunicación, a buscar la forma más efectiva y contundente de transmitir el mensaje que se quiere entregar.
Una gran producción puede ayudar a crear una imagen de la marca de un programa, hacer que secciones habituales sean más memorables y puede ayudar a generar más emoción. Pero como cualquier herramienta afilada, la producción a veces hace más daño que bien.
Jeff McHugh es un consultor de radio estadounidense conocido por desarrollar talentos muy reconocidos que trabajan en programas de la mañana y la tarde en su país, y publicó recientemente una lista de cinco puntos de control que ayudan a evaluar si un programa de radio o podcast está utilizando la producción de manera efectiva.
Aquí están esos 5 puntos:
1. Use cortinas o camas de música con una intención clara
Usar camas de música genéricas mientras se habla es algo habitual y todos sabemos que sirve para aumentar la energía y mejorar el ritmo. Sin embargo, esas cortinas pueden crear una barrera entre usted y la audiencia.
Más bien, elija música que esté acorde con su tema de conversación. Por ejemplo, si va a hablar de la separación de Shakira, use su música como referencia.
Sin embargo, procure mantener el volumen bajo de esas camas musicales. Es preferible dejar de lado sonidos de percusión muy fuertes, solos de guitarra o sesiones de vientos demasiado sonoros, que podrían distraer al oyente y alejarlo del tema que están discutiendo al aire.
2. Al inicio del programa, vaya directo al grano
Anteriormente, lo habitual era crear grandes, largas y pomposas presentaciones para los programas. Por ejemplo, recuerdo que para nuestro morning show “La Locomotora” de Radioactiva a inicios de los 90, usábamos una parodia de la canción de ‘Los Picapiedra’ que duraba 1 minuto y 22 segundos.
Titolopez · Jingle – La Locomotora
Pero los tiempos han cambiado. Por ejemplo, es muy probable que usted acostumbre apretar el botón de “omitir intro” cuando está viendo una serie de Netflix. Bueno, el oyente también piensa igual. Esas largas presentaciones ya no llaman la atención. La gente quiere ir directo al grano.
Recuerde, además, que un oyente normal no escucha su programa de principio a fin. No todo el mundo comienza a escuchar su programa a la misma hora. La gente va entrando y saliendo de su sintonía a lo largo del show.
Cada vez más, una presentación larga de su programa tiene menos sentido. Si la quiere hacer, asegúrese de que sea corta y de gran impacto, y más bien empiece a hablar con su tema más impactante para enganchar al oyente que, como todos sabemos, tiene muchas otras opciones de entretenimiento.
3. Sea breve entre canciones
La primera vez que viajé a Ciudad de México, en 1991, recuerdo haber escuchado la emisora WFM, dirigida por Mario Vargas y con voces tan reconocidas como las de Alejandro González Iñárritu, Charo Fernández, Martín Hernández, Martín Delgado y Martha Debayle.
La emisora era reconocida no solo por su música sino por su producción. Tenía un equipo creativo de primera línea, encabezado por el ganador del Oscar, González Iñárritu. Sus promos e identificaciones parecían radionovelas cortas, con mucho sarcasmo, ingenio y humor negro.
Por esos días, Billy Joel se presentaba en concierto en esa ciudad y la emisora creó una promoción para entregar entre sus oyentes el piano del cantante. Yo escuché esa producción y quedé asombrado. Nunca había escuchado nada igual.
Sin embargo, ese tipo de promociones largas y muy elaboradas ya no funcionan con la audiencia. Los tiempos han cambiado. Se ha comprobado que mucha gente se cambia de emisora incluso al escuchar una promo de solo 10 segundos.
Cuando tenga que empatar una o varias canciones, no detenga la música para pasar un separador largo. Procure mantener muy corta su producción. Si puede, use ‘pisadiscos’, es decir, frases muy cortas sobre los intros de las canciones.
4. Sea breve en la introducción
En un artículo anterior comentaba que, en 2015, una investigación de Microsoft determinó que la capacidad de atención promedio de los humanos se había reducido a 8 segundos, más corta que la de un Goldfish, esos lindos peces dorados que vemos en los acuarios y cuya memoria solo dura 9 segundos.
Teniendo en cuenta lo anterior, lo ideal es vender la marca del programa con una producción espectacular y de corta duración. Reduzca sus separadores a 4 o 5 segundos y empiece a entregar los contenidos de la sección inmediatamente, comenzando siempre con algo que llame la atención.
5. Siempre use los nombres de los integrantes del programa o pódcast
En Colombia, el periodista Julio Sánchez Cristo creó el programa “Viva FM” por Caracol Estéreo de Bogotá. Cuando se fue a RCN a montar La FM, su audiencia se fue detrás de él, a pesar de que Caracol trató de mantener su programa durante varios años, fracasando en su intento.
Años después, en 2003, Sánchez regresó a Caracol para crear La W con mucho éxito. Nuevamente arrastró a sus oyentes detrás de él. RCN no ha podido superar el golpe recibido por su ausencia.
Los oyentes se relacionan más fácilmente con los talentos que con el nombre del programa. De ahí la importancia de incluir el nombre de los personajes principales en el nombre del programa.
Si su programa se llama “El Desayuno” y sus presentadores son Juan y María, procure que toda la producción del programa gire alrededor de los nombres de los presentadores. En este caso, diga: “El desayuno, con Juan y María”.
Qué hacer y qué no hacer al usar camas musicales:
Comencé hablando de las ‘cortinillas’ o ‘camas musicales’ que usamos para hablar encima cuando estamos haciendo alguna presentación o estamos hablando de algún tema.
McHugh nos dijo en el primer punto que usar música de fondo genérica debajo de las conversaciones debería aumentar la energía y el ritmo de los segmentos de contenido, y que aquella que no guarda relación con el estado de ánimo o el tema crea una barrera entre usted y la audiencia.
Los programas de radio y los pódcasts que saben usar la música de fondo para establecer un estado de ánimo y acompañar adecuadamente el tema, crean una experiencia emocional para el oyente, pero esto no siempre se logra.
Veamos algunos casos en los que las camas musicales mejoran o restan valor a la ejecución del contenido.
1. Muchas emisoras de éxitos actuales acostumbran usar música de fondo en todos los segmentos de contenido en los que hablan sus presentadores. Si bien esto puede ayudar con el ritmo y agilidad del programa, lo cierto es que cuando no se usan cortinillas de fondo los presentadores suenan más reales, íntimos y cercanos al oyente.
2. Si va a hablar de un cantante, es preferible poner un pedacito de la canción para contextualizar la charla, de forma que el oyente sepa de quién están hablando.
Esto es preferible que dejar la canción de fondo, porque el oyente podría concentrarse más en escuchar la canción y tratar de cantarla en su mente que en escuchar la información o anécdota que se quiere contar.
Ese pequeño corte de música es más efectivo, además, porque tener una canción con voces sonando bajo una conversación no solo distrae, sino que también podría tapar las voces de los presentadores.
3. Evite usar cortinillas musicales cuando saque llamadas de los oyentes al aire. Recuerde que, en general, el sonido de los teléfonos no es el mejor, especialmente el de los celulares, y ese ruido de fondo puede opacar la voz y el contenido de quien llama.
4. Como se mencionó arriba, evite las camas de música que contengan sonidos muy fuertes de batería, punteos de guitarra y trompetas. Estos sonidos pueden hacer perder concentración sobre lo que se habla y crear confusión, distrayendo la atención de la audiencia.
5. Es importante crear presentaciones muy cortas de cada sección, pero con sonidos únicos y muy llamativos. De esta forma, los oyentes sabrán fácilmente que va a comenzar una buena sección del programa.
Para ello, y dependiendo del ambiente que se maneje en esa sección, busque música y efectos que metan al oyente en el ambiente.
Esto lo hacía muy bien, hace décadas, la “Cabalgata Deportiva Gillete”, que usaba un jingle distintivo en forma de marcha, perfectamente adaptada para crear un ambiente deportivo.
Para recordar esa introducción, dé clic en este enlace: https://www.youtube.com/shorts/nqUg-6QXnME
Si no dispone de un jingle, procure buscar música, ritmos y ambientes que combinen perfectamente con el tema de la sección del programa, ya sea de humor, noticioso, deportivo, de suspenso, hogareño, al aire libre o lo que sea. Esto creará un lazo más especial con el público.
Conclusión
Tal como dije arriba, no deje que su emisora o pódcast tenga un ‘vestido’ determinado simplemente porque a su productor le encanta usar música estridente y efectos de sonido.
Piense qué quiere comunicar. Cree el ambiente para que el oyente entienda perfectamente de qué se trata su programa o la sección que va a presentar. Y recuerde hacer sus piezas cortas y distintivas para llamar la atención y retener al oyente por más tiempo.