Habitualmente comparto mis experiencias en radio basado en algunos de los éxitos obtenidos, pero especialmente en los fracasos, en aprendizajes obtenidos luego de cometer varios errores.
Siempre pienso, “ojalá alguien me hubiera advertido que esto podría pasar” o “qué bueno que hubiera tenido la oportunidad de leer cómo solucionar o mejorar mi trabajo”, y en el fondo, eso es lo que pretendo con mis artículos: evitar que usted cometa los mismos errores que yo cometí.
Ya he contado en varias ocasiones las fallas de mis primeros programas de radio, las faltas que cometía, mis grandes equivocaciones, los desaciertos de algunas decisiones o acciones realizadas.
Pero mi aprendizaje no se dio solamente por esos errores. La verdad es que ellos me llevaron a hacer algo que no había querido hacer antes: estudiar, investigar, aprender de los que saben. Por eso me dediqué a buscar libros, revistas, blogs y portales donde escriben los que sí saben.
Y uno de ellos es Randy Lane.
Lane en un reconocido consultor de radio estadounidense. Luego de trabajar como director y gerente general de varias emisoras, creó su propia empresa en 1996, enfocada en ‘Morning Shows’, aunque además ha sido entrenador de talentos de radio y televisión, entre ellos nada menos que Ryan Seacrest y Jimmy Kimmel.
Además de consultor y entrenador, el señor Lane publica artículos en diferentes medios, y en uno de ellos encontré algunas excelentes recomendaciones para preparar los contenidos de un Programa de la Mañana, aunque aplican para cualquier otro tipo de programas de radio, incluyendo los pódcasts.
Y he querido compartir algunas de sus ideas con usted. Me identifico plenamente con lo que él dice. Lo he aplicado en mi trabajo y muy seguramente usted también podrá sacarles provecho a sus enseñanzas.
El factor “qué más”
Lo primero que dice Lane es que hay que tener en cuenta dos palabras que hacen que un programa deje de ser ‘bueno’ para convertirse en uno ‘grandioso’. Esas dos palabras son “¿Qué más?”.
Pero no es el típico saludo que usamos en Colombia, donde acostumbramos decirle a alguien “ve, ¿y qué más?” cuando nos encontramos de repente.
El concepto del señor Lane se refiere más bien a que cuando usted tenga una buena idea se haga la pregunta de “qué más” puede hacer para darle un mayor impacto.
Ejemplo: “Hoy entrevistaremos al ganador del concurso de canto en televisión”. Eso está bien. Es lo habitual. Pero ¿“qué más” van a hacer con él? ¿Lo harán participar en alguna sección? ¿Lo pondrán a leer el horóscopo del día? ¿A hacer alguna broma telefónica? ¿A hacer un karaoke?
Lista de pre-chequeo del programa
Siempre habrá ideas de cómo sacarles más jugo a las secciones habituales de su programa. Siempre existirá la posibilidad de llamar la atención, de sorprender al oyente y mantenerlo enganchado, pero para eso hay que preparar lo que va a hacer en el programa.
A mí me gusta la aviación y paso gran parte de mi tiempo libre sentado frente a mi computador con mi simulador de vuelo. Gracias a él he aprendido la importancia de las listas de chequeo.
Estas checklists son una serie de acciones que hay que realizar antes de encender el avión, carretear en la pista, despegar, ascender, llegar a la altitud de crucero, descender y aterrizar. Incluso hay una lista de chequeo para apagar el avión.
Gracias a estas listas de chequeo se garantiza que no se pasarán por alto acciones claves para garantizar un vuelo tranquilo, sin sobresaltos y con todas las medidas de seguridad.
Y lo mismo debería suceder con un programa de radio o un pódcast.
Muchas veces, el director y los integrantes del equipo del programa de la mañana caen en el error de no preparar lo que van a hacer allí. Simplemente llegan, abren el micrófono, saludan, se presentan, echan un par de chistes y comienza la improvisación.
Su salvación son los ‘saluditos’ de los oyentes y abrir las líneas para que pidan sus canciones.
Hoy en día, existiendo tantas plataformas, redes sociales y otras emisoras tratando de robarnos nuestros oyentes, se hace necesario tener claro qué es lo que vamos a hacer a lo largo del programa.
Las 6 recomendaciones
Por lo anterior es clave realizar, antes del inicio -y al igual que un buen aviador- una lista de chequeo de todo lo que va a pasar en el programa. Para ello, estas son las recomendaciones:
1. Las 4 premisas principales: El contenido de cada sección del programa debe contener al menos una de estas premisas:
- Humor: El humor supera todos los demás contenidos.
- Historias: Cautivan a la audiencia y se vuelven memorables.
- Conflicto: ‘Pero’ es la palabra que lleva a un conflicto. (Ejemplos: “Mi esposo quiere un perro, pero yo no”. “Dicen que lo más recomendable es no tomar bebidas gaseosas, pero a mí me encantan y siempre las tomo”).
- Drama: Debería haber una conexión emocional con la audiencia, o alguien mostrando emociones a través de su voz. Mostrarse vulnerable también crea dramas.
2. La entrada y la salida: El despegue y el aterrizaje son los dos momentos más críticos del vuelo en un avión. Esto también es cierto para los contenidos de cada sección de un programa. ¿Qué tal están sus ‘despegues’ y ‘aterrizajes’?
- El enganche de los 8 segundos: Planee un titular que llame la atención de forma que enganche a su audiencia en los primeros 8 segundos de la sección (que, según Microsoft, es el promedio del tiempo de atención que tiene la gente). Ejemplo: “¡Mi esposo y yo casi nos matamos en estas vacaciones!”
- La salida impactante: Incluso para los programas más exitosos, la parte más difícil de ejecutar contenidos es una salida memorable. Hay que cerrar la sección con una nota alta (la resolución de un conflicto, una carcajada sonora, la conclusión de una gran historia). Para esto se requiere intuición y juicio agudo. Muchos programas no caen en cuenta y se alargan en sus comentarios, haciendo que la sección se desvanezca.
3. Contenidos que sirvan para múltiples secciones: ¿Este contenido podría extenderse a una segunda o tercera sección del programa, de forma que incremente el tiempo de escucha? Haga que su audiencia tenga que escuchar la siguiente sección dejando unos ‘ganchos’, ‘carnadas’, trivias o avances provocativos de lo que viene más adelante.
4. Contenido serial: Cree un tema que funcione HOY y que cree un misterio que tenga que ser resuelto mañana a la misma hora.
5. Cree un video que potencialmente se vuelva viral: Hoy, más que nunca, es clave crear videos divertidos que llamen la atención y que creen recordación de marca. El impacto de TikTok, YouTube, las ‘historias’ y los ‘reels’ de las redes sociales así lo demuestran.
6. Elementos complementarios: Vuelva a enganchar la atención de su audiencia realizando elementos de producción que sirvan para complementar la conversación. Ejemplos:
- Audio: Segmentos de sonido, extractos de cine o televisión, efectos de sonido, música temática, etc.
- Interacción telefónica o de WhatsApp: Oyentes que participan en la discusión, frases divertidas, opiniones, juegos interactivos en los que la audiencia pueda participar.
- Invitados: Expertos que puedan dar luz sobre algún tema.
- Posturas o frases controversiales: Comentarios de algún integrante del programa o de un oyente que creen polémica.
- Pausas dramáticas: Silencios que sirvan para acentuar puntos de vista.
- Remates chistosos: El puntillazo final, la frase inesperada, el golazo de cierre.
- Retos: Entre los presentadores del programa, invitados, oyentes.
Conclusiones
Nunca se detenga ante una buena idea. Enloquezca a su equipo preguntando continuamente “¿Qué más?”, forzándolos a llevar los límites más allá.
Continúe haciendo siempre la pregunta de “qué más” pueden hacer usted y su equipo para potenciar el programa, la sección, el comentario, y así descubrirá nuevas formas de crear contenidos únicos, relevantes y que mantengan al oyente enganchado.