Mi primera experiencia con internet

Un repaso, a partir de 1995, de mis primeros pasos por la recién descubierta red mundial.

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Su aparición abrió una inmensa serie de posibilidades inimaginadas a la radio...

¿Se imagina un mundo sin internet?

Bueno, así era mi mundo antes de 1995, y supongo que así lo era para la mayoría de las personas que están leyendo este artículo.

Sobra decir que internet cambió la forma de comunicarnos, de trabajar, de relacionarnos, de aprender, de divertirnos. Internet cambió al mundo hasta el punto de que hoy muchos nos cuestionamos si fuéramos capaces de vivir sin él.

¿Recuerda la primera vez que se conectó a la red? ¿Despertó en usted alguna sensación especial? ¿Fue una fecha memorable en su vida?

Para mí, sí. Mi vida se partió en 2: antes y después de internet.

Antecedentes

El 24 de febrero de 1987 viví una de las más simpáticas anécdotas de mi carrera en radio. Ese día se transmitía la ceremonia de entrega de los premios Grammy.

En el patio de atrás de la casa donde Veracruz Estéreo de Medellín tenía sus estudios -a 2 cuadras del Parque Lleras de El Poblado y frente al bar Niágara, más conocido como “7 puertas”- teníamos una aparatosa antena parabólica de 11 metros de diámetro que usábamos para bajar los videos que presentábamos en nuestro programa de Teleantioquia, ‘La Música de Veracruz’.

Antena parabólica para recepción satelital

Ese día nos pasamos toda la tarde escaneando el horizonte para encontrar algún satélite con la señal de CBS hasta que por fin lo localizamos. Sin embargo, alguno de nuestros compañeros disfrutaba buscando canales porno y nos descuadró la antena.

Al momento de iniciar la transmisión nos tocó mover de nuevo la parabólica para encontrar el satélite. Faltaba solo una hora para el inicio de la transmisión y entró el nerviosismo, pues la habíamos anunciado profusamente.

Procedimos a mover la antena pero, por un error de cálculo, esta se atascó entre las ramas de un árbol de aguacates que había en el patio. Inmediatamente llamamos al fabricante de la antena, Vicente Restrepo Montealegre, quien machete en mano se trepó al árbol, la desatascó y así pudimos cumplirle a nuestro público.

Desde esa época, e inspirados por Fernando Pava, pionero de transmisiones internacionales de premios por radio, entramos en una carrera para buscar eventos internacionales y traerlos a la audiencia de nuestro país, ya que no existían los canales de cable, obviamente no había internet, y las dos cadenas públicas de televisión existentes no estaban interesadas en traer esos eventos.

El descubrimiento

Años más tarde, en abril de 1995 y como director nacional de Radioactiva, me enteré a través de la revista New Musical Express de que, en Inglaterra, para celebrar la llegada del verano, se celebraban diferentes festivales musicales, entre ellos uno de los más legendarios: el Glastonbury Music festival.

Inmediatamente pensé que sería una magnífica oportunidad para presentar otro tipo de eventos musicales diferentes a las premiaciones y me di a la tarea de buscar información.

Un amigo, Juan Manuel Melo, me habló de internet, término del que había oído hablar pero que aún no asimilaba, y me dijo que tenía un experto en el tema, y que a través de él seguramente iba a encontrar información del festival.

Así conocí a Gustavo Rueda, un joven que trabajaba para la IBM. Gustavo llegó a mi casa con un portátil, me pidió que le prestara una conexión al teléfono, sacó un cable y se enchufó. Luego de escuchar los inolvidables ruidos y chasquidos producidos por el módem de su computador, finalmente se conectó a la red.

Módem para conectarse a internet a 14.4 kbps

Yo no entendía lo que estaba pasando. No me cabía en la cabeza que a través de un computador portátil y la misma línea del teléfono pudiera abrirme al mundo.

En esa época no existían los navegadores de internet. No es que no existieran Google ni Yahoo ni Altavista. Es que ni siquiera existían Netscape, Windows Explorer, Firefox ni Google Chrome. Para una búsqueda se usaba una herramienta llamada Gopher.

Gustavo escribió ‘Glastonbury festival’ y unos segundos después apareció, entre los resultados, el enlace al sitio oficial del festival.

Todo el proceso era realmente lento. Recordemos que el modem posiblemente no tenía una velocidad superior a los 9.6 kb/s.

Poco a poco, muy despacio, fue apareciendo ante mis ojos la imagen del logo del festival. Más tarde comenzaron a aparecer algunas fotos del evento del año anterior y finalmente vimos unos links para ver reseñas, el line-up de artistas invitados al festival de 1995, el valor de las entradas, dónde comprarlas y hasta un mapa de cómo llegar al lugar.

Yo no lo podía creer. Tuve –como está tan de moda decir ahora- una epifanía. Empecé a pensar en todo el potencial que esa nueva herramienta podría traer al mundo, y particularmente a la radio.

Gracias a ese descubrimiento pude viajar a hacer la cobertura del festival para Radioactiva, en un evento en el que participaron artistas como Oasis, Black Crowes, Soul Asylum, Sinéad O’Connor, Lightning Seeds, Live, Orbital, Jamiroquai, PJ Harvey, The Cure, Simple Minds, Tanita Tikaram, Page and Plant, The Prodigy, The Offspring, Weezer, The Shamen, Elastica, The Chemical Brothers, Massive Attack, Carl Cox, Portishead y veteranos como Al Stewart y Gilbert O’Sullivan, entre muchos otros (http://www.glastonburyfestivals.co.uk/history/history-1995/).

Pero a mi regreso del evento, lo que más me interesaba en ese momento era conocer más acerca de internet.

Internet y la radio

Hasta ese momento, ningún medio de comunicación en Colombia tenía un website, y mucho menos la radio, pero casualmente por esos días a Ricardo Alarcón, presidente de Caracol Radio, se le ocurrió crear un portal de internet al estilo de AOL. La idea le gustó tanto al Grupo Santodomingo que al final terminó volviéndose una empresa aparte. Así nació LatinoNet.

A finales de ese año, 1995, se abrieron algunas oportunidades de trabajo en esa empresa, e inmediatamente recomendé a Gustavo, quien se vinculó fácilmente gracias a sus conocimientos y espíritu innovador.

Mientras él trabajaba en LatinoNet, comenzamos a ver la opción de tener dentro del portal una página web para Radioactiva. Casi sin consultarlo, y sin que sus jefes de LatinoNet se enteraran, Gustavo y yo comenzamos a trabajar en la propuesta.

Para eso me contacté con nuestra agencia de publicidad, que por esos días nos había creado una campaña llamada ‘Radioactiva mueve tu mundo’, y basados en los diseños de los comerciales de televisión creamos el sitio.

Las imágenes de Caperucita, el lobo y muchos otros elementos de la campaña (https://www.youtube.com/watch?v=1EjV6kwF0mg) se convirtieron en íconos del portal. Gustavo y yo gestionamos la compra del dominio www.radioactiva.com.

El sitio quedó listo el 15 de febrero de 1996. Allí comenzamos a publicar algunas noticias de música, los datos de los disc-jockeys de la emisora y nuestro listado de éxitos. La actualización la hacíamos desde mi casa o desde la sede de LatinoNet en el barrio La Soledad de Bogotá.

Se trataba, junto a la Cadena Básica de Caracol, de las 2 primeras emisoras colombianas en contar con su propio sitio de internet, tal como lo reseña el periódico El Tiempo en un artículo llamado “Colombia se hace oír por internet” que se puede leer dando clic en este enlace.

Una copia de lo que se podía apreciar en la página de Radioactiva en abril de 1997 puede apreciarse dando clic en este enlace.

Audio por internet

Gustavo, un verdadero geek, se la pasaba todo el día buscando novedades para el sitio, y en una de esas búsquedas nos encontramos con una aplicación que permitía pasar el audio de la emisora por internet: el famoso RealAudio.

El tradicional logo de RealAudio

Gustavo bajó una demostración de prueba que permitía 5 conexiones simultáneas. Conseguimos un radio de FM para conectarlo al servidor, y desde ese momento nos convertimos en la primera emisora de Hispanoamérica en tener su audio por internet, tal como quedó registrado por esos días en la página de RealAudio.

Es que, para ese instante, únicamente 29 emisoras de todo el mundo podían transmitir su señal de streaming de audio en vivo por internet.

En mayo de 1996 tuve la oportunidad de viajar a la Convención de la NAB en Las Vegas. Allí, junto a mi jefe Carlos Arturo Gallego, descubrimos el Skybox, un camión que tenía en la parte de atrás una especie de furgón, parecido al de los camiones que suben la comida a los aviones, que podía levantarse de manera mecánica.

El Skybox

Ese furgón tenía la forma de un ‘Boom-box’ o radiograbadora, tenía un equipo de amplificación y luces, y permitía realizar eventos masivos de una manera novedosa.

Pero en esa misma feria contacté a una naciente empresa gringa con una idea muy original: se encargaban de proveer contenidos de música para sitios web que no contaran con un equipo de producción –como nosotros. Adquirimos ese servicio y lo enlazamos a nuestra página.

Los contenidos eran en inglés, así que no eran muy atractivos, pero menciono esta opción porque en medio de esos contenidos pudimos presentar a nuestra audiencia, y al país en general, el primer videoclip en streaming en una página de internet en Colombia. Se trataba de “Smack My Bitch Up” de The Prodigy, que además acababa de ser vetado por MTV.

No creo que mucha gente haya tenido la oportunidad de apreciar el video en nuestro sitio. Todo era demasiado novedoso. Además, tardaba siglos en poderse reproducir. Pero queda el dato para la historia.

Interacción con la audiencia de radio

Otra de las novedades que presentaba la página de internet de Radioactiva era la posibilidad de enviar saludos. El usuario entraba, dejaba su nombre y escribía su mensaje.

Aunque la intención era buena, no tuvimos en cuenta que los primeros usuarios eran otros geeks, que encontraron allí la posibilidad de usar nuestra página como plataforma para hacer bromas pesadas.

Poco a poco, en lugar de saludos de los oyentes comenzamos a encontrar fotografías. Aunque no era una de las posibilidades abiertas para los usuarios, estos geeks sabían cómo colgar sus imágenes mediante el uso de lenguaje HTML. Y esto no hubiera sido problema si no fuera porque las fotos que subían eran de alto contenido pornográfico.

Recuerdo, además, que tuvimos que instalar una aplicación que filtrara algunas palabras y términos vulgares, aunque los usuarios siempre encontraron la forma de burlar esos controles. Al final, tuvimos que cerrar esa opción de envío de saludos.

Un año más tarde, y siguiendo con las grandes oportunidades que estábamos encontrando gracias a internet, tuve una simpática anécdota que quiero compartirles:

Colombia se preparaba para el Mundial de Fútbol de 1998. Todo el país estaba pendiente del desempeño de nuestra selección, y Caracol transmitía los partidos eliminatorios.

Entonces se nos ocurrió que podríamos retransmitir los partidos en streaming a través de Radioactiva, que por esa época todavía no tenía el formato de Rock, y con las voces de Hernán Peláez, Edgar Perea y todo su combo deportivo.

Con el fin de hacerle promoción a esa primera transmisión de un partido de fútbol por internet en Colombia, bajé a la Básica al mediodía y le pedí a Edwin Tuirán –que estaba al aire en ese momento- que me diera un espacio para promocionar la transmisión.

Me dio paso y comenté esa gran novedad, un partido de fútbol por internet. Al terminar me despedí de los oyentes y le agradecía a Edwin, que por esos días no estoy seguro de que hubiera oído hablar de internet, y él, muy amable, me preguntó al aire que cómo podía la gente sintonizar la transmisión.

Yo le dije que solo debían entrar a www.radioactiva.com. Él, sin entender de lo que estábamos hablando, pero con todo el ánimo de colaborar en la promoción de la transmisión, les dijo a los oyentes: “Ya saben, hoy pueden escuchar el partido de Colombia a través de Radioactiva punto con… con alegría, con entusiasmo… ¡con mucha emoción!”.

Conclusión

Todo lo que menciono arriba ya suena anticuado, arcaico y muy obvio. Internet es algo que, hoy en día, damos por hecho. No nos detenemos a pensar si existe o no. Hace parte sustancial de nuestra vida. Lo usamos para todo.

Pero siempre quedará en mi memoria esa primera conexión, esa primera página que lanzamos, esa primera transmisión en vivo, esa primera página de chat… esa entrada a un mundo desconocido que me mantuvo varias noches sin dormir imaginando todas las opciones futuras que podría brindar para la radio.

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