Ya estoy viejo. En el momento de escribir estas notas estoy celebrando mi cumpleaños número 67. Y aunque muchos dicen que la edad no depende del físico sino del estado mental, la verdad es que el paso de los años nos va cobrando muchos de los errores cometidos.
Por ejemplo, en mi niñez y adolescencia tuve la fortuna de poder divertirme en las cálidas playas de Cartagena, Colombia, pues mi hermana vivía allí y nos hospedaba en su casa todas las vacaciones. También tuve algunos amigos que tenían piscinas en sus casas y me invitaban (o me hacía invitar) para disfrutar del agua y del sol.
Y en esa época yo pensaba que los bloqueadores solares eran solo para las personas delicadas o para las mujeres, y lo veía más como una moda que como una verdadera protección. Claro, no había tanta conciencia ecológica, no nos preocupábamos por el calentamiento global y mucho menos por los efectos cancerígenos de la exposición exagerada al sol.
Mientras más moreno llegara de mis vacaciones más orgulloso me sentía, porque era una muestra visible de que había estado divirtiéndome bajo el sol. Incluso me parecía chistoso arrancarme la piel seca y quemada que se despegaba por el exceso de sol.
Sí, era muy irresponsable.
Años más tarde, cuando tenía más de 35 años de edad, estaba un día en Medellín disfrutando de una piscina y mi señora vio que una pequeña gota de sangre brotaba de un lunar en mi espalda. Corrimos al dermatólogo quien me diagnosticó cáncer de piel y procedió a extirparme inmediatamente ese lunar.
Hoy, a mis 67 años, miro mis brazos y los veo llenos de manchas en la piel y soy muy cuidadoso a la hora de tomar el sol, aunque vivo a orillas del mar Caribe en la Riviera Maya mexicana. No quiero que ese cáncer, contraído hace más de 30 años, regrese a mi vida.
Algo parecido ha pasado con mis oídos. Desde muy pequeño he usado audífonos para disfrutar de la música, y cuando comencé a trabajar en radio en 1975, el uso de esos auriculares se convirtió en un hábito indispensable para monitorear mi voz al aire y en mis grabaciones.
Además, siendo un gran amante de la música, siempre acostumbré a escucharla a alto volumen para sentirla de verdad. Esto llevó a que, desde hace unos 5 años, sufriera de tinnitus o acúfeno, una condición de los oídos en la que siento un pito permanente que puede llegar a volverse realmente molesto y estresante.
Y si lo de la piel me ha alejado un poco de la diversión de estar al aire libre en una playa o en una piscina, el tinnitus me alejó también de la radio, justo cuando comencé a conducir “Voz Pópuli” en Blu Radio, el programa que acompaña el regreso a casa de muchos colombianos. Era tanta la molestia que tuve que dejar de trabajar al aire en vivo.
Y eso duele, no físicamente sino en el orgullo propio. Como usted sabe, la radio ha sido mi pasión por más de 45 años, y justo cuando tuve la oportunidad de conducir un programa de primer nivel ante una audiencia nacional en una cadena de emisoras de radio hablada tuve que abandonalo.
No poder estar al aire en vivo es como estar encarcelado…
Pero algo parecido puede llegar a suceder con la voz, nuestra principal herramienta de trabajo. Al menos todavía puedo grabar programas si no me extiendo por mucho tiempo en el uso de audífonos, pero a mi edad ya empiezo a sentir cansancio en la voz si la uso demasiado.
La verdad es que nunca hice calentamiento ni ejercicios vocales. Salía de fiesta y hablaba muy fuerte en bares o en conciertos, cantaba a todo pulmón en ambientes llenos de humo de cigarrillo, y nunca me mantuve hidratado, a no ser que alguien considere que beber alcohol toda la noche es ‘hidratarse’…
Además, mi dieta no es la más saludable. La verdad, me cuido muy poco e ingiero alimentos irritantes que me han producido gastritis y otros problemas estomacales. Quienes vieron a ‘Pito López’ en el programa “La Tele” de Santiago Moure y Martín de Francisco, saben a qué me refiero…
Solo hasta hace unos pocos años que empecé a escribir mis artículos me preocupé por investigar acerca de los efectos de esos malos hábitos en la voz y comencé a cuidarme. Supongo que lo hice muy tarde, pero al menos hoy hago el intento.
En varios artículos he comentado algunos de los errores que he cometido a lo largo de mi carrera, y lo hago simplemente para que ustedes los conozcan, procuren evitarlos y aprendan de alguien que sí los sufrió y se vio perjudicado por ellos.
Entonces le hago una pregunta: ¿sabe usted cuidar su voz y evitar las causas más habituales de daño vocal? Así como un músico aprende a tocar un instrumento y a cuidarlo, usted debería aprender a usar y a cuidar su voz de manera apropiada.
Y hay una lista de errores que son muy fáciles de cometer si no nos cuidamos. Y especialmente, cuando somos jóvenes, creemos que nada nos va a pasar. Se nos olvida que algún día llegaremos a viejos –como yo- y ese descuido nos va a pasar su cuenta de cobro. Se lo digo por experiencia. Créame.
A continuación presento 10 malos hábitos que pueden arruinar su voz:
Error # 1: Demasiado ruido
El primer paso para cuidar su voz es observar el entorno en el que usa su voz para hablar. Probablemente haya notado que los entornos ruidosos hacen que usted tenga que aumentar el volumen y hacer más esfuerzos para elevar su voz por encima del ruido.
Esto se conoce como el “efecto Lombard” o “reflejo Lombard”.
El efecto Lombard es la tendencia involuntaria a incrementar el esfuerzo vocal cuando se habla en un lugar ruidoso para mejorar la audibilidad de la voz. Estos cambios no solo afectan a la sonoridad. También incluyen otros factores como el tono, la frecuencia y la duración del sonido de las sílabas.
Todos hemos estado en conciertos, fiestas ruidosas o en restaurantes donde sentimos que nuestra voz se ahoga y luchamos por ser escuchados. Lo mismo sucede cuando alguien que tiene problemas de audición intenta hablar con usted.
Hablar durante mucho tiempo en un entorno ruidoso puede provocar fatiga o tensión vocal. No es muy fácil controlar esto porque el reflejo Lombard es, en gran parte, una reacción involuntaria.
Para prevenir el efecto Lombard siga estos consejos:
- Sea consciente de proteger su voz en entornos ruidosos.
- Evite hablar durante períodos prolongados en estas condiciones.
- Busque alternativas. A veces, esto puede ser tan simple como cerrar una puerta, una ventana o mudarse a una habitación diferente. Si está en un restaurante o en un lugar público, considere cambiarse a otra mesa.
Error # 2: Demasiado volumen
La capacidad de gritar es una condición natural que nos sirve a los animales en general y a los humanos en particular para poder sobrevivir ante una amenaza. Sin embargo, algunas personas gritan todo el tiempo, ya sea en casa para llamar la atención de la gente, en partidos deportivos para apoyar a su equipo, cuando juegan o cuando trabajan.
Algunos trabajos (entrenadores deportivos, profesores, actores o locutores) implican hablar con grandes grupos de personas o hablar en grandes espacios abiertos. Este tipo de trabajos conlleva una verdadera tentación de gritar.
Gritar es como levantar pesas con sus músculos. Es un acto muy enérgico y extenuante para su voz. Cuando usted grita eleva el tono de su voz, aumenta la presión del aire y contrae o aprieta los músculos de la garganta.
Dependiendo de su nivel de entrenamiento, su voz podrá aguantar más o menos este esfuerzo. Otras circunstancias que pueden influir negativamente cuando usted grita o se esfuerza demasiado en ser escuchado son algunos factores genéticos y también su nivel general de salud.
Si bien existen formas «más seguras» de gritar, los gritos prolongados son una forma segura de forzar o lesionar la voz y algunas de esas lesiones pueden ser bastante graves, entre ellas:
- Hemorragia de las cuerdas vocales, mediante la cual se rompe el revestimiento de las cuerdas vocales, causando sangrado.
- Nódulos, pólipos y quistes
- Fibrosis (engrosamiento del revestimiento de las cuerdas vocales)
La mejor manera de no arruinar su voz es encontrar alternativas al gritar, como:
- Acercarse al oyente o usar la proximidad física para evitar la necesidad de gritar.
- En transmisiones remotas, eventos, conciertos o transmisiones deportivas, donde hay aplausos, gritos y silbidos, no grite. Para eso tiene un micrófono al que le puede regular el volumen.
- Cuando tiene que hablar en espacios grandes o frente a grupos grandes de gente, use un sistema de amplificación o un sistema de megafonía adecuados para cuidar su voz.
Error # 3: Demasiado suave
Hablar demasiado alto no es el único problema de volumen para su salud vocal. Si alguna vez ha tenido un fuerte resfriado, laringitis o fatiga su voz, su primera reacción podría ser tratar de «salvar» su voz susurrando o hablando muy bajo.
Susurrar, que es lo que hacemos cuando queremos contar un secreto, es bastante agotador para la voz. Cuando susurramos alteramos la forma en que nuestras cuerdas vocales se unen, a menudo manteniéndolas rígidas o creando espacios. Cuando se fuerza el aire a través de este tipo de configuración, puede resecar, irritar y causar fatiga vocal.
Puede parecer que está cuidando su voz, pero susurrar requiere más esfuerzo que usar la voz a un volumen regular. Es mejor que use su voz suavemente a un volumen normal en lugar de susurrar.
Si está enfermo, tiene dolor de garganta o laringitis, trate de minimizar el uso de la voz.
Error # 4: Demasiado largo
Todos sabemos que cuando hacemos ejercicio de manera vigorosa, nuestros músculos se fatigan. Lo mismo pasa con su voz. Cualquiera que exija mucho su voz puede experimentar fatiga vocal.
La fatiga vocal es un término que describe la tensión, el cansancio o la debilidad en la voz que se produce al usarla durante demasiado tiempo. Puede ser causada por problemas médicos en la voz o por la forma en que la usa (malos hábitos o mala técnica vocal).
Pero la forma más común de experimentar fatiga vocal es cuando se exagera el tono de la voz y cuando se habla demasiado tiempo sin descansar.
La fatiga puede convertirse en un círculo vicioso, ya que puede ocurrir que usted trate de hacer un esfuerzo excesivo para tratar de compensar la fatiga.
La fatiga vocal se refleja más claramente cuando uno está enfermo o sufre de laringitis. Entonces, ¿qué se puede hacer para evitarla?
Siempre es mejor prevenir que curar cuando se trata de cualquier forma de fatiga muscular. La fatiga vocal debe considerarse una señal de advertencia temprana. Si usted no le presta atención a las señales de advertencia podría tener más rápidamente problemas más graves y duraderos.
Usted puede prevenir la fatiga vocal durante el día tomando una “siesta vocal”, es decir, tomando un período corto de descanso de su voz (de 5 a 20 minutos). Trate de hacer un uso efectivo de esos tiempos de descanso para cuidar su voz.
Además, varíe su carga de trabajo para que pueda encontrar otros períodos cortos a lo largo de su jornada laboral, y no haga todo su trabajo vocal intensivo a la vez.
Error # 5: Demasiado frío
Si usted quiere entrenar y mejorar su voz, lo mejor que puede hacer es acercarse a su voz de la misma manera que un atleta se acerca a sus piernas. Los atletas que quieren lo mejor de sus cuerpos conocen el valor del calentamiento.
Los locutores que usan una rutina de calentamiento regular aseguran, casi que de manera unánime, que logran tener una mayor sensación de facilidad vocal, un mejor control de su voz y menos problemas de salud vocal a largo plazo.
Al igual que con los calentamientos físicos, los calentamientos vocales deben ser suaves y concentrarse en hacer que todo fluya con facilidad.
Hay muchas opciones para calentar la voz. Como regla general, la mayoría de las rutinas de calentamiento implican estar conscientes de nuestro cuerpo (liberar tensiones y encontrar una buena postura), concentrarse en la respiración (respiración lenta y profunda), “planear” con la voz (deslizarse suavemente hacia arriba y hacia abajo a través del rango vocal completo) y desarrollar resonancia.
Error # 6: Demasiado alto
La voz humana es capaz de producir tonos de entre 2 y 3 octavas con relativa comodidad. A lo largo del tiempo, muchos locutores han preferido tener voces graves pero más recientemente la situación ha cambiado y, especialmente para las emisoras juveniles, se ha puesto de moda usar voces de tonos más altos.
Instintivamente sabemos que las notas altas requieren de mucha habilidad para producirlas y ser capaces de sostenerlas. Esto es más notorio en los cantantes, que dan más dramatismo con las notas más altas a sus canciones, pero también en los locutores deportivos o en los disc-jockeys.
Un locutor puede tener problemas cuando intenta imitar, por ejemplo, a esos narradores de fútbol que acostumbran hacer locución y gritar el gol con tonos muy altos y sostenidos. También hay otros que tratan de sonar más ‘animados’ o ‘juveniles’ usando un tono alto de voz.
El problema es que usted podría lesionar su voz si intenta hablar en tonos fuertes sin conocer una técnica apropiada, sin entrenar primero o sin aprender a desarrollar fuerza en su voz.
El daño no ocurre porque el tono sea alto sino debido a la fuerza de choque de las cuerdas vocales, al número de choques que tienen que soportar y al trabajo que tienen que ejercer otros músculos para tratar de producir esas notas altas.
Como cualquier otro músculo de su cuerpo, las cuerdas vocales no pueden alcanzar el nivel de flexibilidad y fuerza necesario para alcanzar esas notas altas en una sola sesión. Se necesita tiempo, práctica y técnica correcta para aprender a alcanzar notas altas.
Sí, los ejercicios de locución y las lecciones vocales pueden ayudar a aumentar el rango de su voz al hablar. Usted puede expandir su rango superior e inferior desarrollando su técnica y su flexibilidad vocal.
Error # 7: Demasiado bajo
Así es. El problema no son solo las notas altas. Tratar de usar su voz de manera repetida por fuera de su rango normal puede fatigar o forzar su voz. Y esto es especialmente cierto cuando usted trata de forzar su voz para emitir notas que son demasiado bajas.
Para hacerlo, usted necesita fuerza en la parte inferior de su rango o en el registro de su pecho para que sus cuerdas vocales se cierren de manera eficiente y resistan el aire. Esto produce potentes tonos bajos y una base sólida para su técnica de locución.
Si bien esto es cierto para cualquier locutor, es particularmente relevante si usted es mujer y encuentra que sus notas bajas suenan entrecortadas y no puede obtener suficiente potencia la hablar.
La falta de fuerza en el fondo de la voz hace que los locutores presionen más de lo necesario para producir un sonido claro. Además, hace que hablar en tono bajo se sienta más esforzado de lo necesario.
Otra forma en que los sonidos bajos pueden dañar su voz es hablando de manera monótona o manteniendo una voz baja como de ultratumba. Cuando su tono al hablar es demasiado bajo y el flujo de aire es ligero, se produce un sonido llamado “fritura vocal”.
Esa “fritura vocal” es un término usado en el mundo de la música que se utiliza como efecto en muchos estilos de canto y que se cree que no es un problema en este contexto. Sin embargo, los terapeutas del habla actualmente no se ponen de acuerdo en que este sea un problema real del habla.
Lo que sí es cierto es que nada en nuestro cuerpo funciona mejor si uno bloquea y restringe su movimiento. Por esto, el mejor rango para la voz debe ser algo dinámico, en el cual las cosas se muevan de manera libre y natural.
Error # 8: Demasiado seco
El agua es la sustancia más importante para el cuerpo humano. Uno podría puede sobrevivir durante un mes o más sin comida, pero moriría en cuestión de días si no toma agua.
Además de contribuir a nuestra salud en general, el agua juega un papel importante en nuestro trabajo de locución. El acto de hablar de manera profesional, especialmente en programas de radio, implica pequeñas colisiones repetidas de las cuerdas vocales. Estas colisiones producen fricción, calor y desgaste en nuestros órganos vocales.
Así como un automóvil usa aceite para lubricar las partes móviles contra la fricción, también nuestro cuerpo debería usar el agua para producir una mucosa delgada que recubra y lubrique nuestras cuerdas vocales.
Si nos deshidratamos, la mucosa acuosa que recubre nuestro tracto vocal puede volverse espesa y producir la sensación de flema o mucosidad en la garganta. Esto a su vez provoca la necesidad de toser, carraspear o aclarar la garganta.
Error # 9: Demasiado irritante
La forma más sensata en que puede cuidar su voz es evitar cualquier cosa que se sepa que es irritante o abrasiva para la voz. Esto aplica especialmente para cualquier cosa que inhale, ya que el aire que ingresa a sus pulmones es filtrado inicialmente por sus cuerdas vocales.
Fumar cigarrillos normales o electrónicos, pipa, puros, vapear o consumir estupefacientes fumados conlleva muchos riesgos para la salud, pero es clave saber que las partículas de humo, en especial, son particularmente dañinas para su voz.
El extremo encendido de un cigarrillo se calienta a más de 200 grados centígrados. Para cuando el aire y las brasas encendidas viajan por su garganta se ha enfriado solo un poco y quemará e irritará directamente sus cuerdas vocales.
Además, el alquitrán y otras sustancias químicas del humo del cigarrillo provocan hinchazón y exceso de moco. Esto aplica también al tabaquismo pasivo o de segunda mano.
Los entornos secos, con humo o con aire excesivo también pueden irritar su voz y reducir su resistencia vocal.
Una forma común en la que las personas irritan las cuerdas vocales es cuando aclaran la garganta. Ese carraspeo, ese sonido «ejem» es en realidad el rechinar de los bordes de las cuerdas vocales entre sí, lo que provoca hinchazón e irritación.
Hacerlo de vez en cuando probablemente no causará demasiados problemas, pero las personas que adquieren este hábito y lo hacen repetidamente pueden tener graves problemas en su voz.
Por mucho que usted sienta que está «limpiando» la mucosidad o la suciedad de sus cuerdas vocales, todo lo que está haciendo en realidad es moverla hacia un lado. Esa mucosa finalmente regresa al borde vibratorio. Esto da comienzo a un círculo vicioso de carraspeo constante.
Evite el carraspeo tomando agua y manteniendo humectada su garganta. Otra opción es la que los profesionales llaman “La tos silenciosa” que, a diferencia del carraspeo suave, no se asocia con el contacto de las cuerdas vocales.
Para realizar la tos silenciosa hay que inhalar aire y luego exhalarlo con fuerza, lo que resulta en un sonido “h” exagerado, como un jadeo. Se cree que esa fuerte exhalación de la “tos silenciosa” es suficiente para quitar el moco irritante de sus cuerdas vocales.
Error # 10: Demasiado ácido
Aunque usted no lo crea, una de las sustancias más irritantes para su voz proviene del interior de su cuerpo.
Su estómago secreta ácido y enzimas para ayudarlo a digerir sus alimentos. Si la válvula en la parte superior de su estómago funciona mal, esos fluidos digestivos pueden devolverse hacia el esófago causando una condición conocida como reflujo gastroesofágico (ERGE), ardor de estómago o simplemente reflujo ácido.
El reflujo ácido puede causar grandes problemas a quienes vivimos de la voz. El ácido del estómago es muy corrosivo. Si sube más y entra en contacto con la garganta o las cuerdas vocales, se le llama reflujo laringofaríngeo.
El reflujo ácido puede causar una variedad de síntomas vocales no deseados que incluyen voz ronca, laringitis, fatiga vocal, sensación de que hay un bulto o exceso de moco en la garganta, goteo posnasal, ardor, sabor amargo en la boca o malestar general.
También puede ralentizar la curación de otras lesiones vocales. Si el reflujo persiste durante un período prolongado, pueden surgir afecciones más graves, como tumores y cánceres.
El reflujo ácido también puede ser un problema cuando no hay síntomas obvios de acidez estomacal, y esta condición a veces se conoce con el término de “reflujo silencioso».
El reflujo puede ser causado por factores asociados a su estilo de vida, como comer demasiado, tener sensibilidad a algunos alimentos, comer alimentos picantes o comer demasiado tarde por la noche antes de acostarse. También el estrés y la ansiedad son un factor.
En mi caso personal, y probablemente por descuido al comer, por ingerir bebidas gaseosas y comidas grasosas o por el mismo envejecimiento, sufro de reflujo gástrico y soy consciente de que mi voz se ve afectada por esa condición.
Pero incluso si usted nunca ha experimentado síntomas de reflujo, debe ser consciente de que es un problema potencial. Un episodio de reflujo mal programado antes de salir al aire en un programa o en una aparición en público puede tener un gran impacto en la calidad de su voz.
Si sospecha que está sufriendo de reflujo debe hablar con un médico para que le brinde un tratamiento médico efectivo.
Conclusión
Ante todo, hago una advertencia: yo no soy médico ni experto en salud, así que para obtener los mejores resultados le recomiendo consultar a un profesional de la voz y aprender una rutina vocal personalizada desarrollada para usted.
Las cuerdas vocales son un instrumento increíble. En una persona adulta, estas cuerdas vocales solo miden entre 15 y 17 milímetros de largo, es decir, menos de dos centímetros. Sin embargo, son capaces de vibrar en un rango de cinco octavas y, en el transcurso de la vida de una persona, pueden soportar fácilmente millones de colisiones necesarias para hablar y cantar.
La voz humana es extremadamente fuerte y resistente a las lesiones. Sin embargo, a veces se producen lesiones. Ser un locutor que se toma en serio su desarrollo vocal significa que necesita saber cómo cuidar su instrumento.
Y a veces tenemos que ir más allá de lo obvio. Por eso es clave tener en cuenta los consjos que he presentado en mi artículo, evitando al máximo los extremos: hablar demasiado fuerte/demasiado suave, demasiado largo/demasiado corto y demasiado bajo/demasiado alto.