El enlace de la emisora no funcionaba correctamente. De manera ocasional, 1 o 2 veces a la semana se bajaba el volumen y hacía difícil poder sintonizar la emisora. Llamábamos al técnico pero solo venía hasta el día siguiente, porque era un empleado externo. Además era muy perezoso.
Descubrimos que el problema se solucionaba si le pegábamos un pequeño golpe al equipo.
El problema se siguió presentando y el técnico no hacía nada por solucionarlo. Nos fuimos acostumbrando a darle golpecitos al equipo para que retornara a la normalidad, pero con el tiempo había que darle golpes más fuertes.
Un antiguo compañero de trabajo cuyo nombre no quiero revelar, decidió un día crear un momento de crisis para que al fin el técnico decidiera venir a arreglarlo de una vez.
Lo que hizo mi compañero fue agarrar un martillo y darle golpes fuertes al enlace. La caja era metálica y aguantaba muy bien los golpes, así que mi amigo decidió darle más duro. Estaba en esas cuando… ¡llegó el técnico!
Pillado con las manos en la masa, mi compañero no tuvo más remedio que aceptar el regaño, pero finalmente el técnico arregló el equipo que más tarde sería reemplazado por uno nuevo.
Yo no recomiendo este tipo de soluciones extremas a nadie. De hecho, debido a los martillazos estuvimos un par de días fuera del aire con las consecuencias comerciales, económicas y de audiencia que eso trajo. Incluso mi amigo pudo haber perdido su trabajo. Suerte que no pasó…
Lo cierto es que mi amigo también llegó a esa situación extrema por otras razones personales que probablemente comente en otro artículo más adelante.
Lo cierto es que cada emisora debe tener unos protocolos de comportamiento en cabina. No solo por temas de disciplina sino de simple convivencia, recordando que todos queremos trabajar en un ambiente agradable.
Recordemos que además del trabajo de programación, producción y actividades de marca, indudablemente lo más importante en una emisora es la forma como suena al aire.
Ese es el producto que entregamos a los oyentes. Es nuestro momento de verdad.
La radio crea hábitos de escucha en los oyentes, quienes esperan encontrar siempre lo que buscan. La gente sintoniza una emisora en horarios específicos porque sabe que va a encontrar a su locutor favorito.
De hecho, la mayoría de la gente siempre escucha una emisora a las mismas horas. Por esta razón, una emisora debe ser consistente en su presentación.
Para lograrlo debemos tener en cuenta lo siguiente:
- Los programas deben empezar y terminar siempre a la hora anunciada. Eso ayuda a que la gente cree el hábito de escuchar su emisora en horarios determinados. Además, facilita su recordación de escucha, lo que podría servir en el momento de la encuesta.
- Los horarios de los turnos deben permanecer inamovibles hasta donde sea posible, es decir, los locutores no deberían estar cambiando de horario. De esta forma el oyente sabe exactamente lo que va a encontrar cuando sintoniza su emisora.
- Si cambia el horario de un turno por una situación especial, quien lo reemplace debería decir al aire claramente que su presencia en esta hora es algo ocasional y mencionar a quien esté reemplazando.
- Se debe evitar al máximo interrumpir un turno, y más aún, un programa. Sabiendo que los turnos son fijos y los horarios claramente definidos, debe planificarse cualquier reunión en un horario que no afecte la puesta al aire.
- Si por algún motivo un locutor tiene que asistir a una reunión o salir de cabina durante su turno, deberá dejar grabadas sus intervenciones al aire, de forma que el oyente no note su ausencia.
Esas son unas reglas generales. Pero hay cosas más puntuales que todos aquellos que usan la cabina de locución de una emisora deberían entender, no solo el personal nuevo sino también los más veteranos.
De esta forma el ambiente de trabajo será más agradable, habrá una sensación de trabajo en equipo y se evitará que haya contenidos que puedan molestar a los oyentes de la emisora.
1. No coma ni beba en el área del estudio en ningún momento.
Esto representa una amenaza para los equipos y muebles en general. Si usted debe comer o beber durante su turno o programa, hágalo fuera del estudio, ya sea en la cafetería o en algún lugar adecuado.
2. Cuide su lenguaje.
Es probable que usted emplee algunos términos obscenos o de doble sentido con sus amigos o familiares. Sin embargo, recuerde que la audiencia de su emisora es muy variada. Aunque tenga un enfoque, es probable que lo escuchen menores de edad o personas adultas que pueden sentirse ofendidas.
Procure evitar mencionar cualquier situación que detalle gráficamente las funciones sexuales o que haga cuando va al baño. Para algunos puede ser chistoso pero para otros puede resultar ofensivo y vulgar. No arriesgue perder oyentes por hacerse el gracioso.
Si tiene alguna duda sobre lo que se considera obscenidad, pregúntele a su jefe para conocer su opinión. Si está al aire y no está seguro de si algo que está a punto de hablar califica como obscenidad, no lo haga.
3. No fume, no beba alcohol, no use drogas ilícitas en el estudio.
Usted se encuentra en una sala cerrada, seguramente con aire acondicionado. El humo del cigarrillo o incluso del incienso puede ser dañino para su salud y la de sus compañeros que usan la cabina.
Beber alcohol o usar drogas no solo podría afectar su comportamiento en cabina. Podría hacer que se distraiga y produzca algún daño o cometa algún error al aire, y lo peor: podría decir cosas de las que después podría arrepentirse.
4. Evite el vandalismo en el estudio.
Esto incluye romper cosas, escribir cosas en las paredes u otras superficies, y cualquier otra cosa que implique una modificación no autorizada del entorno del estudio.
No importa si a usted le parece cool lo que escribió en una pared o el mural que quiso pintar. No a todo el mundo le gusta. Pero, además, está en una propiedad ajena, así que si hace algún daño podría verse en problemas de disciplina e incluso económicos.
5. Sea puntual.
Usted tiene el privilegio de hablar ante el público a través de un medio masivo de comunicación. Ese público probablemente sintoniza su emisora para escucharlo a usted y hace que mañana regresen a la misma hora.
Si usted llega tarde es probable que cambien de emisora o que crean que usted ya no trabaja más allí. Pero ante todo, es un irrespeto con los oyentes. Sí, ellos están dedicando parte de su tiempo para escucharlo a usted. Tenga consideración con ellos.
En general, una buena idea es llegar a la emisora al menos con 15 minutos de anticipación. De esta forma podrá acabar de alistar su turno, enterarse de si existe algún problema técnico, si hay que leer alguna mención especial, algún evento nuevo, etc.
Si tiene un conflicto, si va a llegar tarde o no puede asistir a su turno, llame a su jefe con la debida anticipación.
Si llega tarde por cualquier motivo, presente una disculpa tan pronto pueda hacerlo, de forma que la gente entienda que usted sigue allí y que muestra consideración hacia ellos.
Nunca abandone el estudio desatendido. Si el locutor que sigue no se presenta a tiempo, espere hasta que aparezca. Si no llega después de unos minutos, trate de comunicarse con él, y si definitivamente no aparece, comuníquele a su jefe esa situación para que la resuelva.
6. No se lleve elementos del estudio sin permiso.
Probablemente usted no quiere robar nada sino que quiere usar ese elemento en otro lugar de la emisora o tomarlo prestado por un tiempo para su uso personal o para alguna actividad.
Si usted no pide permiso, si no avisa a sus superiores o al menos a sus compañeros de trabajo, es posible que alguien que lo necesite se vea en problemas. Podría ser que lo necesitan para un programa que viene más adelante.
Sobra decir que el robo de una propiedad del estudio no solo podría resultar en el despido sino que podría enfrentar cargos criminales.
7. No altere la configuración o ajustes de los equipos.
No se meta con los equipos. No trate de instalar, desinstalar o reparar nada. Para eso está el departamento técnico. Recuerde que esos equipos no son de su propiedad y que la empresa seguramente tendrá unos protocolos para estos casos.
Eso es sentido común. Si usted no sabe lo que hace, fácilmente podría hacer un daño peor al que está tratando de corregir.
Si hay un daño o algún problema, comuníquelo de inmediato al departamento técnico. Si no acuden a repararlo, hable con su jefe para saber cómo actuar frente a ese problema.
8. No hable mal de sus jefes o de la empresa al aire.
Si usted no está contento con su trabajo o con el desempeño de sus jefes, no use la emisora para desahogarse. Esa no es una buena idea. Usted no sabe quién podría estar escuchando ni las consecuencias que sus comentarios podrían tener.
Hable con su jefe. Cuéntele qué le preocupa o en qué se encuentra en desacuerdo, siempre con argumentos y de la mejor manera. Y si no le resuelven sus inquietudes, renuncie.
9. Deje el estudio ordenado y limpio.
Limpie cualquier desorden en el estudio cuando haya terminado. Vuelva a poner todo donde lo encontró. Limpie la mesa de trabajo. Recoja los papeles que imprimió. En pocas palabras, deje el estudio tal y como le gustaría encontrarlo cuando usted regrese a trabajar allí.
10. Evite visitas en la cabina.
La cabina es el templo sagrado de la radio. Aunque usted está solo allí, recuerde que les está hablando a cientos, tal vez a miles de personas. Dedique toda su atención a sus oyentes.
Las visitas en cabina causan distracción y hacen que usted pierda el hilo de lo que está presentando. Además, es posible que hagan ruidos molestos o indeseados.
Evite realizar tareas diferentes a las que hacen parte de su trabajo al aire en ese instante. No es el momento para desatrasarse en una tarea, en un trabajo. Tampoco lo es para cuadrar sus cuentas bancarias o para resolver problemas familiares.
Evite que entren compañeros de otras áreas. Si es un tema comercial, hable con el ejecutivo antes o después del turno. Lo mismo si se trata de un tema administrativo.
Tampoco es buena idea dejar entrar a otros compañeros de la emisora, así sean locutores. Es probable que usted se ponga a conversar con ellos, a comentar diferentes situaciones de la emisora, a hablar de temas que le quiten su concentración al aire.
11. Llene su libro de guardia.
Todas las emisoras deberían tener un libro de guardia para anotar cualquier novedad que se presente durante el turno.
Anote claramente qué problemas se presentaron, a quién llamó y qué hizo para solucionarlos. De esta forma no solo quedará una constancia sino que sus compañeros, al recibirle el turno, sepan con qué novedades se van a encontrar.
Conclusión
Cada empresa tiene su reglamento de trabajo, pero las situaciones que describo arriba podrían aplicar para cualquier emisora, hablada o musical, grande o pequeña.
El ambiente de trabajo será mucho más agradable si todo el personal cumple con estas sencillas reglas. Recuerde: no le haga a los demás lo que no les gustaría que le hicieran a usted.