Opinión
Nos encontramos en una etapa histórica en los medios de comunicación, en muchísimos años no había existido una libertad tan grande para emitir comentarios sobre cualquier cosa, sin embargo, esa característica poco a poco se ha desvirtuado convirtiéndose en una falsa ‘libertad de expresión’. Algunos locutores que están al aire piensan que este derecho hace referencia a decir lo que sea, al precio que sea, afectando a quien sea, en cualquier momento, lo cual ha devenido en un hecho grave.
Recientemente me encontraba escuchando el noticiario de Carmen Aristegui, en la Ciudad de México, y se hablaba de que contrariamente el objetivo de los medios de comunicación el cual radica en informar e incluso servir como líderes para que las personas comprendan la realidad o un contexto específico, se está utilizando la ‘libertad’ para cumplir algunos intereses personales.
Lo último mencionado no es novedad, esto es de cierta forma ‘perverso’. ¿No cómo país deberíamos buscar el beneficio y la estabilidad del mismo? En México se habla en redes sociales de un mandatario que divide, sin embargo, en un análisis más profundo, realmente quien divide son muchos medios de comunicación, con encabezados tendenciosos, poniendo el dedo en el error y no en el progreso.
Justamente también ayer estaba reflexionando al respecto de este tema, y desafortunadamente llegué a la conclusión que gran parte de la gente no lee, no investiga, no va más allá, y se queda con lo que los comunicadores famosos le dicen. ¿Cómo podría realmente fluir una comunicación real si a la gente se le está dando información con una tendencia y finalidad de desprestigiar cualquier acción que se toma (TODAS)?
Esto anterior hace referencia al ámbito de los medios de comunicación noticiosos, principalmente, aunque también aplica para la radio musical. ¿Realmente los contenidos que creas aportan algo positivo a la vida de las personas? En lo absoluto quiero que este texto se entienda como una carta moralista- utópica de lo que debería ser; sin embargo, si estuviéramos más conscientes del bien o el daño que hacemos a nuestro entorno, mediríamos mejor nuestras palabras.
Se trata de tener rigor periodístico, ÉTICA, investigar y a la vez ser sensato, sin desestimar lo que realmente pasa. Nuestra profesión de comunicar requiere un equilibrio en el cual nuestra ideología no debe estar presente, a menos que sea un texto o espacio opinativo, como en el caso de estas letras plasmadas.
- Entender la repercusión que nuestras palabras tienen en la vida de los demás
En esta época de COVID-19 quedó claro qué tan importante es la radio en la vida de las personas como fuente de información y entretenimiento. Nuestras frecuencias se volvieron transmisoras de verdad, pero a la vez de calma, entendimos que gracias a lo que decíamos, las personas podrían entrar en caos o pasar una cuarentena más llevadera. Justamente de ese equilibro es del que hablo.
¿Qué huella estás dejando en la sociedad en la que vives?
Josh Méndez es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México y cuenta con una Maestría en Dirección de Empresas de Entretenimiento por la Universidad Anáhuac.
