Demóstenes pasó a la historia como el más grande de los oradores griegos. Quería convertirse en una gran figura pública, pero tenía varios defectos físicos que tuvo que superar. Su salud era muy frágil y constantemente estaba enfermo.
Pero lo más grave es que padecía de tartamudez. Sin embargo, con perseverancia y trabajo, finalmente encontró la manera de que su voz y su pensamiento fueran reconocidos y pasaran a formar parte de la historia.
Se dice que siendo muy joven intentó dar su primera «conferencia» y esta fue un fiasco. Durante ese primer discurso fue abucheado por el público porque era tartamudo. Las palabras se atropellaban en sus labios y no lograba hacerse entender.
Se dice que alguien del público le gritó: “¡Ponga el aire en sus pulmones y no en su cerebro!”. Esto le impactó fuertemente, pero asumió las burlas y las críticas como un desafío a su carácter.
Cuenta la historia que Demóstenes se impuso un severo régimen para superar sus dificultades. Lo primero que hizo fue raparse la cabeza. En aquel tiempo era muy mal visto que alguien se dejara ver si no tenía pelo.
Su propósito era obligarse a quedarse encerrado para dedicarse por completo a trabajar en su objetivo. Practicaba la oratoria hasta el amanecer.
Cuando salían las primeras luces del sol, Demóstenes iba a la playa. Allí le gritaba al astro rey con todas sus fuerzas. Su objetivo era fortalecer los pulmones. Había aceptado el consejo de aquel personaje anónimo que se había burlado de él.
Después de realizar ese ritual, volvía a su casa a practicar. Lo hacía de una forma muy particular. Se echaba un puñado de piedras en la boca y se ponía un cuchillo entre los dientes. Así se obligaba a hablar sin tartamudear.
Después de varios años con esta disciplina de entrenamiento, Demóstenes logró hablar normalmente. Desde entonces, participó activamente de la vida legal y política de su ciudad. Se dice que sus discursos eran ovacionados por miles de personas.
No solo fue el mejor orador, sino también un excelente escritor. Tanto que hoy, más de 2.000 años después, aún figura entre los personajes más destacados de la historia.
Técnicas vocales
Al igual que Demóstenes, un buen locutor debe adoptar técnicas vocales que le permitan mejorar su dicción. Si bien es cierto que hoy en día es más importante lo que se dice que cómo se dice, quien logra decir cosas relevantes con un excelente manejo de voz sobresaldrá por encima de los demás.
Y una de esas técnicas tiene que ver con el calentamiento vocal, que es importante para las personas cuya carrera depende de su voz (cantantes, actores, presentadores de radio y televisión), para usuarios de voz ocupacional (maestros, vendedores) y para cualquier persona que se esté preparando para dar una presentación o un discurso.
Cuando usted habla, produce sonidos desde su laringe (caja de voz) con sus cuerdas vocales. El calentamiento estira los pliegues vocales y aumenta el flujo sanguíneo a la laringe y otras partes del cuerpo, incluidos los pulmones, los labios y la lengua.
Esto reduce la fatiga vocal y la ronquera al usar su voz durante largos períodos. También le permite alcanzar un rango más amplio de tono, que es importante para enriquecer el sonido de su conversación.
Antes de entrar en materia, le recomiendo mirar este video. Aunque el presentador habla en inglés, sus instrucciones son muy claras y fáciles de entender:
En este artículo le contaré por qué el calentamiento vocal es importante y le mostraré varios ejercicios vocales que usted puede usar antes de comenzar su turno al aire o de hacer una presentación en público.
Estos ejercicios deben durar al menos 15 minutos para lograr un calentamiento completo. Recuerde mantenerse bien hidratado durante los ejercicios.
¿Por qué es importante el calentamiento vocal?
La comunicación verbal efectiva depende no solo de lo que uno dice, sino de cómo lo dice. El contenido de lo que uno dice podría perderse si esa presentación suena aburrida y monótona.
Cuando realizamos actividades físicas, un calentamiento puede prevenir lesiones y daños a largo plazo en nuestros cuerpos. Lo mismo pasa con la voz: un breve calentamiento vocal mejora el rendimiento de los músculos individuales del tórax, la laringe y el tracto vocal superior (garganta, boca).
Esto mejora la calidad del sonido que se entrega y ayuda a que el tono fluya de forma más natural. También ayuda a prevenir lesiones vocales cuando usa su voz a menudo.
Un calentamiento vocal equilibra la presión de aire que está enviando a sus cuerdas vocales, lo que facilita hablar a través de sus diferentes registros vocales (voz desde el estómago, voz desde la garganta y voz mixta).
El calentamiento construye un puente entre estos registros vocales, lo que le permite alcanzar una gama mucho más amplia de tonos al hablar.
9 ejercicios de calentamiento vocal:
Preste atención a su postura mientras hace estos ejercicios. Una postura relajada es importante para un rango de movimiento completo y fácil de los músculos y para apoyar completamente su respiración.
Calentamiento #1: Relajación de la mandíbula
Este ejercicio reduce la tensión en el área de la boca y de la mandíbula mientras usted habla.
- Ponga las palmas de las manos a los lados de la cara y masajee lentamente los músculos de la mandíbula y las mejillas con pequeños movimientos circulares lentos.
- Continúe masajeando mientras baja y levanta la mandíbula.
- Pronuncie el sonido «mamamama» con un contacto de labios muy ligero para la «m».
- Cambie a «wawawawa» sin abrir mucho la boca, de forma que la “w” suene un poco distorsionada.
Calentamiento #2: El soplo constante
Este ejercicio libera la tensión de los labios y conecta su respiración y su habla.
- Junte los labios sin apretarlos y libere aire en un flujo constante, como si estuviera inflando un globo.
- Primero, trate de no pronunciar ninguna letra. Solo deje salir el aire. Luego intente pronunciar la letra “b” mientras exhala el aire.
- Mantenga el sonido estable y haga que el aire siga pasando por los labios.
- Luego, trate de repetir este resoplido haciendo lentamente una curva musical.
- No suba o baje más allá de su comodidad. No hay que forzar la voz.
Calentamiento # 3: Vibración de la lengua.
Este ejercicio relaja la lengua e involucra su respiración y su voz.
- Ponga suavemente la punta de la lengua detrás de los dientes superiores y exhale mientras vibra la punta de la lengua, lo que producirá un sonido como el de una “erre”.
- Mantenga el sonido estable y la respiración conectada.
- Ahora, trate de variar el tono hacia arriba y hacia abajo, como una curva musical, haciendo el mismo sonido.
- Recuerde: no es necesario tratar de subir o bajar más allá de lo que le parezca cómodo y natural.
Calentamiento # 4: Escalas de dos octavas.
Este ejercicio estira sus cuerdas vocales.
- Haga una curva musical. Tome aire con su estómago. Comience en un tono bajo y suba lentamente pronunciando la letra “a” con la boca bien abierta.
- En un principio, no intente bajar o subir rápidamente su tono más allá de su rango natural. Luego, trate de subir o bajar de tono poco a poco, hasta alcanzar lo máximo posible.
- Repita este ejercicio varias veces y luego invierta la dirección, pasando del estómago a la garganta. Repita con otras vocales.
Calentamiento # 5: Zumbido de labios
Este ejercicio mejora la resonancia del sonido y trabaja el estiramiento máximo de las cuerdas vocales.
- Ponga sus labios sueltos y exhale haciéndolos vibrar.
- Asegúrese de mantener la lengua relajada mientras exhala.
- Repita la inhalación y vocalice al exhalar mientras hace vibrar sus labios.
- Repita de nuevo, suba el tono y luego bájelo.
- Si siente cosquillas en sus labios y nariz es señal de que lo está haciendo correctamente.
Calentamiento # 6: Susurros
Este ejercicio resalta diferentes vibraciones de sus labios, dientes y huesos faciales.
- Comience con los labios suavemente cerrados y la mandíbula suelta y relajada.
- Respire hondo y exhale mientras susurra «mmmm».
- Repita e intercale «mmmm» con «aaaaaaa» mientras exhala.
- Trate de no cambiar nada con excepción de la apertura de la boca.
Calentamiento # 7: Sistema del soporte respiratorio
- Después de una inhalación lenta y profunda, expulse bruscamente contrayendo los músculos abdominales con fuerza con un fuerte «uh», casi como una tos desde el estómago.
- La laringe y la garganta deben permanecer relajadas y abiertas.
- Este es un ejercicio difícil y usted debe concentrarse en separar las contracciones abdominales y mantener la vía aérea superior relajada.
- A medida que mejore su capacidad para realizar esto correctamente, aumente la velocidad y las repeticiones.
Calentamiento # 8: Flujo bajo
- Asuma una postura correcta, con los hombros sueltos y relajados.
- Inhale lenta y profundamente (pero tenga cuidado de no bloquear los hombros en la parte superior de la inhalación)
- Al exhalar el aire, diga «hola» lentamente, expulsando poco aire cada vez.
- Coloque la palma de su mano delante de sus labios para que pueda sentir el aire expulsado.
- No intente controlar el tono, no fuerce la respiración.
- Experimente variando el tono mientras repite el ejercicio
Calentamiento # 9: Enfriamiento
- No olvide el enfriamiento vocal después de una conversación o una presentación muy larga. Los susurros son una excelente manera de enfriar la voz.
- Susurre suavemente el sonido «m», enfocándose en la vibración y el sonido en los labios.
- Realice esto durante un par de minutos para enfriarse.
Conclusión
Estos ejercicios de calentamiento de la voz aplican para TODOS los locutores. Sí, aún para aquellos que apenas comienzan, que tienen turnos cortos o que no son muy reconocidos.
Hay que dejar la pereza a un lado. Si usted quiere sacarle el mayor provecho a su voz, si piensa vivir de ella por algún tiempo, cuídela.
Si usted ve que otros locutores no practican estos ejercicios, no se deje contagiar por la pereza. No le dé vergüenza hacerlos. No tenga miedo de ensayarlos. Poco a poco los irá entendiendo y se dará cuenta de lo valiosos que son.