¿Cómo estuvo su turno al aire?

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Un turno al aire es mucho más que pasar canciones y abrir el micrófono. Usted, como locutor, tiene la responsabilidad de mantener al oyente la mayor cantidad de tiempo posible pegado a la emisora.

Eso no significa que tenga que hablar y hablar. Ni mucho menos. Pero sí debe asegurarse de que lo que presente lo haga de forma fluida, entretenida, con buen ritmo, con información valiosa, entretenida y corta.

Y también tiene que preocuparse por vender los beneficios de escuchar su emisora y, especialmente, las diferencias que la hacen única.

A continuación presento una especie de test que usted debería hacer cada día al finalizar su turno. Repita siempre lo que salió bien y corrija lo que no salió tan bien. Aquí están las preguntas claves:

  1. ¿Vendió, ante todo, lo beneficios de la emisora?

Si bien su trabajo es el de anunciar los títulos e intérpretes de las canciones y entregar información de interés para los oyentes, su función primordial es retener a los oyentes y recordarles cuál es la emisora que están escuchando y qué beneficios tienen al sintonizarla.

El primer contacto de un oyente con la emisora es usted. Por eso tiene la gran responsabilidad de vender la marca y el posicionamiento de la estación de radio. Haga lo posible para que el oyente recuerde la emisora de manera positiva.

2. ¿Sonó usted bien en la emisora?

Cada emisora tiene un estilo, una personalidad, y está enfocada a un público determinado. Su voz y su forma de hablar deben ir acordes con la emisora para que haya un sonido consistente.

Ahora, usted puede ser muy buen locutor, pero posiblemente su estilo, su voz, su forma de expresarse no va con el estilo de la emisora.

No se sienta mal por esto. No quiere decir que usted no sea bueno. Y no trate de cambiar su estilo para tratar de acomodarse al de la emisora. El público lo notará.

3. ¿Dio su nombre al inicio y al terminar?

El locutor es el mejor amigo del oyente. Es su mejor compañía. Le da información, lo entretiene, le pone las mejores canciones, le cuenta cuáles son los eventos y actividades de su ciudad. Le da el estado del tráfico y el clima…

Seguramente el oyente quiere saber quién le habla, cómo se llama esa persona que lo acompaña. No olvide dar su nombre al principio y al final de cada turno. Y aunque a algunos directores no les gusta, entregue su nombre al aire varias veces. Esto ayuda a crear lealtad y refuerza su propia marca personal.

4. Duración y contenido de sus intervenciones

La radio se diferencia de las plataformas de streaming en que tiene locución en vivo. El oyente sabe que lo que escucha no es producido por un robot o por un algoritmo sino por un ser humano que está atento a todo lo que pasa.

Por eso, una emisora musical debe tener locución.

Sin embargo, eso no quiere decir que hay que hablar sin parar y decir lo primero que le venga a la mente. El oyente quiere compañía, información, entretenimiento y un poco de diversión, pero en dosis cortas, pequeñas.

Si va a hablar de un artista no tiene que leer su biografía de Wikipedia. Con que en una frase cuente algún dato desconocido, sorprendente, chistoso o polémico basta.

Y si lo único que se le ocurre al abrir el micrófono es pedir que “envíen sus saluditos”, que “den su reporte de sintonía”, que “pidan sus canciones favoritas” o que los sigan en sus redes sociales, mejor no hable y ponga música.

5. Frases repetitivas y muletillas

Todos las tenemos. Es fácil caer en la trampa. Sin embargo, eso se puede solucionar. En principio, es sólo cuestión de preparar con anticipación lo que va a decir, estar concentrado en lo que habla, sin distracciones.

También es importante grabar su turno y escucharlo más tarde. Haga un análisis concienzudo y encuentre esas frases de cajón que siempre usa, para erradicarlas definitivamente.

No tema preguntarles a sus amigos, familiares y compañeros de trabajo si usted repite mucho algunas frases determinadas. Deje la vergüenza a un lado y aprenda de sus errores. Es preferible pasar la pena por un instante a seguirla embarrando al aire de manera permanente.

6. Sinceridad y estilo

¿Suena real su locución? ¿Es usted el que está hablando al aire o pretende sonar como alguien más? ¿Está copiando a algún locutor?

La gente sintoniza la emisora para escucharlo a usted. Muéstrese tal como es. No pretenda ser otra persona. El oyente se dará cuenta.

No fuerce su voz. No la distorsione. No hable como un ‘locutor’. Hable como si le estuviera contando algo a su mejor amigo. Ríase sinceramente, anímese cuando haya que hacerlo pero baje el tono cuando vaya a hablar de algo triste. Eso se llama ‘modulación’.

Mientras más muestre su personalidad auténtica, más seguidores tendrá. Los oyentes lo preferirán porque sienten que es una persona diferente a las demás, que tiene sus propios puntos de vista, su propio lenguaje y entonación.

7. Manejo de consola

Si usted es locutor y control al mismo tiempo, ¿cómo estuvo su turno? ¿Cuántos ‘baches’ hizo? ¿Se preocupó por ‘empatar’ las canciones antes de pasarlas al aire o las dejó tal como las programó el software de emisión?

¿Cuidó que los ‘fade-outs’ no fueran demasiado largos? ¿Estuvo atento a las canciones que terminan ‘en seco’? ¿Procuró no pasarse de los intros ni hablar encima del cantante?

¿Estuvo pendiente todo el tiempo de los medidores de volumen? ¿Cuidó que no hubiera cambios bruscos de volumen? ¿Manejó correctamente los faders para no estarlos subiendo y bajando luego de cada palabra? ¿Dejó el micrófono abierto luego de alguna intervención?

Si tenía un remoto o tenía que pasar algunos audios, ¿se aseguró de tener todo el material preparado con anticipación?

8. Interacción con otros talentos

¿Llegó con anticipación al turno para enterarse de cualquier situación especial? ¿Saludó cordialmente al locutor que le antecedía? ¿Le preguntó acerca de alguna novedad de programación o técnica?

¿Entregó el turno a tiempo? ¿Se preocupó por dejar el estudio ordenado y limpio? ¿Anotó cualquier irregularidad o evento especial ocurrido durante su turno? ¿Puso al día al siguiente locutor de esas novedades?

¿Invitó a los oyentes a seguir en sintonía del siguiente turno? ¿Sonó al aire como que usted es buen amigo del locutor que viene a continuación? ¿Anunció algo especial que va a hacer el locutor que viene en seguida?

¿Recordó al aire algo divertido que pasó en el programa de la mañana? ¿Invitó a los oyentes a escuchar el ‘Morning Show’ de mañana? ¿El Top 10 de esta noche? ¿El especial de un artista este fin de semana?

9. Interacción con los oyentes

¿Fue amable? ¿Escuchó con atención lo que le dijeron? ¿Procuró no propasarse con ellos? ¿Su trato fue respetuoso? ¿Evitó prometer cosas que no podía cumplir?

¿Anotó las canciones que le pidieron? ¿Respondió los mensajes de Whatsapp que le llegaron durante el turno? ¿Compartió con ellos algún meme o mensaje divertido en las redes de la emisora?

¿Grabó algunas llamadas? ¿Las editó y las puso al aire para enriquecer los contenidos de su turno? ¿Encontró algo gracioso o valioso entre los mensajes y lo mencionó al aire? ¿Dio el crédito respectivo?

¿Anunció varias veces y con la debida anticipación el concurso que iba a realizar? ¿Se aseguró de describirlo de manera clara y concisa? ¿Dejó claras las reglas de cómo participar? ¿Mencionó claramente cuáles son los premios que va a entregar?

¿Se preocupó por animar al oyente antes de salir al aire para que suene grandioso, divertido, contagioso? ¿Hizo algún filtro para evitar llamadas aburridas o de oyentes que no generan pasión al aire?

Conclusión

Siempre es posible mejorar su turno al aire. Procure hacer algo nuevo cada día. Sorprenda a sus oyentes habituales. Deje que sus oyentes conozcan hoy algo nuevo de su personalidad, de su forma de pensar.

Pero, sobre todo, concéntrese en hacer su mejor turno. Evite distracciones. Deje sus problemas afuera de la cabina. Planee reuniones o citas en horarios diferentes a su turno. No permita que entren personas a la cabina, a no ser que sea completamente necesario.

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