4 consejos para desarrollar una voz de radio

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Desarrollar un estilo propio le dará una gran ventaja competitiva.

Hace años, el proceso de encontrar voces para radio era menos complicado. En general, se buscaban voces masculinas gruesas y profundas y voces femeninas que sonaran tan felices como si acabaran de cocinar un delicioso postre.

Hoy en día esa forma de locución suena artificial, lo que hace que, muchas veces, el público desconfíe de lo que se dice. Por eso en la actualidad se buscan voces que suenen menos como un locutor y más como una persona natural.

¿Cómo hacer para sonar actual, contemporáneo, fresco? Aquí le doy algunas ideas.

  1. Desarrolle su propio estilo

Si usted escucha con atención a los locutores que más cuñas graban o a quienes les va mejor al aire en sus programas, se dará cuenta de que son aquellos que, vocalmente, no suenan como locutores.

Independientemente de si están leyendo un guión o están hablando al aire en una emisora, todos suenan como si estuvieran charlando con otra persona de forma natural, como si estuvieran sentados a su lado manteniendo una conversación.

Cuando comencé mi carrera de radio en Medellín, yo quería sonar igual a Armando Plata Camacho o a Otto Greiffenstein, es decir, copiando su estilo, una trampa muy común entre todos quienes hemos hecho locución algún día.

Pero un día me di cuenta de que era más conveniente para mi carrera dedicar más tiempo en desarrollar mi propio estilo en lugar de perder tiempo tratando de imitar a otros locutores.

Los mejores locutores son aquellos que tienen la capacidad natural de comunicarse con los demás. En los últimos años, todos los aspectos de la radio y la publicidad se han vuelto menos formales, incluyendo la locución.

  1. Escuche su voz

Para obtener una voz natural lo mejor es escucharse a uno mismo. Grabe una conversación que tenga con un amigo y compárela con la forma en que usted suena en el aire.

Escuche con atención el tono de su voz. Una conversación tiene picos y valles, inflexiones, ritmo, velocidad y énfasis. Es común caer en el error de hacer una locución plana, especialmente cuando se está leyendo un guión.

Pero también es un error exagerar la entonación o sonar como si estuviera cantando. Su locución no debería subir y bajar de tono a la misma velocidad en cada frase.

Le recomiendo un ejercicio sencillo: grábese leyendo un texto en voz alta. Ahora grábese diciendo la misma información, pero no leída sino tal y como se la contaría a un amigo. Esa es la forma en que debe aprender a manejar su locución.

  1. Desarrolle sus habilidades de improvisación

La improvisación tiene dos aspectos: por un lado, puede ser muy fácil, pero por otro, también puede ser muy difícil. Me explico:

Cuando uno improvisa, lo único que tiene que hacer es decir lo que quiere con sus propias palabras y en su tono personal. Es lo mismo que cuando uno habla por teléfono con alguien o en una reunión con amigos. Al fin y al cabo, las palabras que uno usa son las que le salen de manera natural.

Pero, por otro lado, cuando usted recibe un texto escrito por un periodista, tendrá que hacer un gran esfuerzo al improvisar para no usar términos trillados y que suenen postizos. Ese no es usted.

Ese lenguaje periodístico muchas veces invalida su capacidad de sonar natural y levanta una pared entre usted y su audiencia. Los oyentes no sienten que están viendo su verdadero yo. Una cosa es hablarle A alguien y otra cosa es hablar CON alguien.

Esto sucede especialmente con los comentaristas deportivos. Aprenden de memoria una cantidad de muletillas y frases de cajón y las repiten en todas sus transmisiones.

Precisamente, ese fue el éxito del ‘Rock and gol’ de Radioacktiva en Bogotá a inicios de los años 90. Quienes narraban los partidos no usaban el lenguaje tradicional sino que sonaban como si un par de amigos estuvieran sentados en la sala de su casa, viendo el partido y tomándose unas cervezas.

  1. Entrene su voz

Uno no puede cambiar su estilo, su tono ni sus habilidades de locución de la noche a la mañana. Realmente usted necesita practicar y entrenar todo lo posible hasta que, poco a poco, vaya puliendo su locución y encuentre su propio estilo.

Haga este ejercicio: grábese a usted mismo leyendo un texto y luego haciendo una improvisación. El tono, el ritmo y la entonación deberían ser los mismos en ambas grabaciones, de forma que otra persona no se dé cuenta de si usted estaba leyendo o improvisando.

Evite hablar al estilo de los presentadores de noticias estadounidenses. Trate de no detenerse deliberadamente durante dos segundos y decir: «El bebé sobrevivió al choque. (Pausa) Su madre… no lo logró«.

El objetivo no es sonar como un orador en plaza pública entregando un discurso a las masas sino sonar personal e íntimo con cada miembro de la audiencia.

De otro lado, el grabarse usted mismo le ayudará a decidir si vale la pena perder su acento natural. Aunque la globalización ha llevado a que se adopte el famoso “tono neutro” de forma que no se note el acento de un país, la verdad es que, hoy en día, mantener algo de su acento regional también podría darle una ventaja competitiva frente a otros locutores. La decisión es suya.

Conclusión

No existe el locutor perfecto. Por eso, hasta los más reconocidos tiene que participar en pruebas de selección de voz. Eso quiere decir que usted también puede tener la oportunidad de mostrar su talento. Pero para lograrlo, indudablemente tendrá que esforzarse, practicar y escucharse con atención hasta lograr su propio estilo.

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