La presión se está acumulando para que LBI, una de las compañías de medios hispanos más grandes de Estados Unidos, presente y solicite la aprobación del plan BK, diseñado para permitirle salir de la bancarrota.
Los junior noteholders de LBI Media se han opuesto formalmente a cualquier extensión del plazo otorgado a la compañía por el tribunal federal de quiebras de Delaware, que está a cargo de su caso, debido a que “los deudores no han cumplido con su carga de demostrar” una buena causa “para extender la exclusividad”.
Cualquier extensión del tiempo necesario para presentar el plan del Capítulo 11 ante el tribunal terminará con la exclusividad, lo que no le gustó a los junior noteholders, porque creen que terminar con la exclusividad permitiría a los noteholders y otras partes interesadas proponer alternativas “que son realmente viables antes de que sea demasiado tarde”.
La objeción de los noteholders subalternos se produjo después de la presentación, el lunes por parte de LBI Media, de documentos que indicaban su intención de enmendar su plan del Capítulo 11. Esto, según afirman los noteholders, muestra que LBI Media está “concediendo efectivamente lo que los titulares de notas han estado diciendo desde el principio de estos casos, que la estructura de capital implícita en el Plan se basó en una transacción fraudulenta en violación del fiduciario de directores de LBI”.