La charla técnica después del programa

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Apenas termina el programa, el director de la emisora debería reunirse con los integrantes para hacer un rápido análisis de lo que salió bien y qué se puede mejorar para el siguiente.

En el fútbol, una comunicación entrenador-jugador es fundamental para el buen funcionamiento del equipo; el entrenador tiene que dedicar un gran parte de su tiempo a desarrollar esta área con sus jugadores.

La comunicación -en la medida de lo posible- debe ser bidireccional, siendo el entrenador quien toma las decisiones mientras que los jugadores toman parte activa en el asunto.

Luego de un partido de fútbol, el vestuario es un lugar donde se magnifican las emociones, independientemente del resultado obtenido.

En caso de victoria y buen juego, el entrenador no deberá exaltar la actuación del equipo sino destacar que el partido ya terminó y que empieza una nueva semana de entrenamiento para preparar el siguiente partido. Lo que sí hará es enfatizar el valor del trabajo y la importancia de mantener la misma línea.

Cuando el resultado es negativo y el juego ha sido muy malo, nunca se descargará toda la ira de manera furiosa sino que se hará con una mezcla de delicadeza, precaución y firmeza.

Al igual que en el fútbol, un buen director de emisora debería tener una reunión con los integrantes del programa de la mañana todos los días apenas termine. No lo haga en la cabina. Busque un lugar donde se puedan sentir más cómodos.

Y esa reunión no debería ser muy larga. Los integrantes del programa quieren descansar luego del derroche de adrenalina que se genera en un programa. Por eso la reunión no debería durar más de 15 minutos, medidos con un cronómetro.

Peter Lassally ha sido productor ejecutivo de presentadores legendarios de televisión en los Estados Unidos como Johnny Carson, David Letterman y Craig Ferguson. Después de cada show, Lassally tenía el hábito de sentarse con estos presentadores y realizar un ejercicio llamado ‘La revisión posterior al programa’ (The Post Show Review).

El efecto dominó de este ejercicio es que su contenido, la definición de los personajes y la ejecución general del programa mejorarán constantemente en múltiples niveles. Aparecerán patrones, y quedará claro cuál contenido se conecta con su audiencia y cuál no.

Enfóquese en la calidad del contenido. Revise a profundidad el desempeño de cada uno de los integrantes y sus roles dentro del programa. Analice los puntos de vista, la forma como se contaron las historias, las reacciones, la interacción, etc., y examine qué tan efectivamente se ejecutó el contenido.

Ahora, ¿cuáles deberían ser los temas de esa reunión? ‘La revisión posterior al programa’ del señor Lassally sugiere que todos los días, después del programa, se hagan estas preguntas claves:

  1. ¿Cuáles fueron los aspectos más destacados del contenido en el programa de hoy? ¿Por qué?
  2. ¿Qué podría haberse hecho aún mejor (en caso de que algo se pudiera mejorar)?
  3. ¿Qué contenido no funcionó bien? ¿Por qué?
  4. ¿Qué podríamos haber hecho de manera diferente para que funcione?
  5. ¿Qué sobró del programa de hoy que podría ser usado en el programa de mañana?

Conclusión

Haga que este ejercicio se convierta en un hábito por al menos 120 días. La verdad es que se necesita todo ese tiempo para que una práctica se convierta en un hábito.

Es posible que se sorprenda al descubrir que su programa adquiere una vida propia de forma orgánica al hacer de este ejercicio un hábito.

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