Es bien sabido que durante los procesos electorales en México, la radio principalmente sufre de una caída considerable en sus ventas, hay dos puntos medulares en ello.
El primero, es la distracción que el INE (antes IFE) tiene sobre los concesionarios y todo su equipo de trabajo, esto derivado de la exigencia de reportes y monitoreos sobre el pautado de las campañas, pues hay que estar pendientes de reportar al 100% la transmisión y en casos de omisiones por fallas técnicas, se debe reportar para evitar multas y sanciones, sin importar si la emisora cuenta con una sola frecuencia o es combo, en el último de los casos, si la AM o FM se sale del aire, deben reportar la omisión en la banda correspondiente para evitar la sanción, como podemos ver, esto no permite la concentración en las ventas, producción, etc., de todo el equipo de trabajo, o esos cambios de versiones de propaganda que la autoridad obliga a cesar su transmisión por transgredir las normas electorales y sin importar que sea fin de semana, ponen a trabajar a todo mundo
El segundo punto no es menos importante, la saturación de propaganda electoral de los competidores más la de las instituciones reguladoras de ésta, crean espacios muy largos y tediosos, por lo que la audiencia no quiere escuchar un bloque comercial que oscila entre 5 a 9 minutos, donde la publicidad comercial en el mejor de los casos, ocupa entre el 40% al 50% del corte, con ello se cae el interés de anunciarse, lo que repercute en los ingresos de las estaciones, así mismo en consecuencia de esa saturación, el talento de los locutores o conductores, se ve muy limitado al tener que realizar intervenciones breves y en algunos casos hasta cortar la música, con lo que la calidad del contenido se ve seriamente dañado
En conclusión, si no se tienen estructuras emergentes, seguirá sucediendo esto en la radio de nuestro país, lo que impide estar presente con contenidos especiales como en esta ocasión La Copa del Mundo Rusia 2018, que siendo una gran oportunidad de negocio, muchos no tienen cabeza ni tiempo para prestarle atención y así un sin fin de espacios que se quedan a la deriva