Cuando el gobierno de Estados Unidos desea construir alguna obra pública y alguna casa está en medio de donde debe pasar la edificación, se decide obligar a los dueños de la casa a ponerla en venta, con tal de lograr el objetivo final. A este hecho se le ha conocido como ‘dominio eminente’, el cual ha ido en aumento con tal de realizar obras que hagan más habitable y tecnológica una ciudad.
A partir del año 2012, el Congreso estadounidense autorizó la “subasta de incentivos”; lo que significa que las televisoras y radiodifusoras, podrían negociar parte de su espectro de banda a empresas de telecomunicaciones, a tal forma de mantener una conectividad más eficiente de los servicios de banda ancha entre las empresas telefónicas, afectando por supuesto a algunas radiodifusoras locales y cadenas de televisión medianas.
Actualmente las grandes empresas que están participando en esta gran subasta son: T-Mobile, ParkerB.com Wireless y AT&T. En total se obtuvieron 84 MHz extra para poderlos vender al mejor postor de entre las empresas anteriormente mencionadas. Con esto se ha generado una cifra de aproximadamente 19.8 mil millones de dólares, destinados a pagar parte a las empresas que cedieron su espectro y evidentemente otra porción de las ganancias al Tesoro estadounidense para reducir el déficit.
¿Cuál sería la mayor implicación que los consumidores podrían resentir?
Algunas estaciones de radio o canales de televisión cambiarán sus formas o canales de transmisión, por lo que ya no será posible ubicarlas en la frecuencia que anteriormente usaban. En algunos casos las televisoras y las cabinas dejarían de transmitir, porque ya no tendrían la licencia para utilizar el espectro radioeléctrico, entonces se perdería parte del contenido creado.