Los «vampiros energéticos” laborales.
Forbes dice que el campo laboral está compuesto por un universo de personalidades, las cuales coexisten para lograr los objetivos de una empresa. Desgraciadamente, en la radio, como en cualquier otro campo, algunas de las actividades debemos realizarlas con personas tóxicas. Identificarlas puede ayudarnos a estar atentos y sobreponernos para lograr buenos resultados y evitar los conflictos.
Tres de esas personalidades que resaltan son:
El asalta reuniones.
Un “vampiro energético” de grandes ligas, quien se mete –literalmente– donde no se le ha convocado, a reuniones que no le corresponden, logrando interrumpir, confundir, y evidentemente hacer perder el tiempo y el camino correcto hacia los objetivos. Si establecemos reuniones por las mañanas o al terminar el día, regularmente este vampiro estará ansioso por terminar la reunión lo más pronto posible, y así contrarrestamos su daño. Ayuda mucho, también, no servir refrigerios y previamente establecer una agenda puntual, clara y objetiva, con lo cual le será menos fácil alterar el orden.
El “¿tienes un minuto?”.
De entrada ya está evidenciando su egoísmo, pues solicitar una cortesía del tiempo de alguien más es casi asentar que el tiempo del otro es menos valioso que el tuyo. Este sujeto acecha y roba tiempo laboral a sus compañeros y/o empleados. Dicen que ceder de nuestro tiempo parece sencillo, pero solo iniciará una cadena para posponer labores que requerían minutos clave, los cuales se perderán. Básicamente, seamos muy conscientes en el cómo y con quién invertimos nuestro tiempo y minutos.
El interruptor.
“Interruptor” describe muy bien a este personaje, pues lo hace, nos interrumpe desmedidamente, a lo largo de todo el día, y por temas absolutamente banales. Ellos no diferencian entre lo importante y no importante, y siempre logran desviar nuestra atención de nuestras prioridades. Debemos ser francos y directos con ellos, haciéndoles notar lo sumamente ocupados que estamos, de hecho ejemplificárles con una escala del 1 al 10 nuestro grado de ocupación, o hasta posponer indefinidamente cualquier conversación con ellos.
Cualquier labor bajo estrés, y aún más las ‘actividades protocolarias’ que existen en cualquier empleo (llámese juntas de trabajo, horarios o proyectos extra), siempre resultarán aún más complicadas con éste tipo de colegas, compañeros o malos jefes. ¡Identificados y hazles frente!
Fuente: Merca 2.0.