La música afecta nuestro estado anímico, pero también nuestra creatividad.
Para la investigación se contó con 155 participantes, que posteriormente se dividieron en cuatro grupos experimentales. Cada uno fue sometido a varios géneros musicales dependiendo de su estado emocional (positivo o negativo) y del grado de entusiasmo (alta o baja) que tuvieran. Mientras tanto, un equipo de control los estudiaba.
Mientras los participantes escuchaban música, debían desarrollar tareas cognitivas que ponían a prueba su pensamiento creativo. En consecuencia, aquellas personas que presentaron soluciones originales y útiles recibieron puntajes en el área de creatividad divergente, mientras que quienes presentaron la mejor solución posible recibieron valoraciones en el área de creatividad convergente.
De este modo, los investigadores descubrieron que escuchar música alegre, definida como música clásica con valencia positiva y alta en excitación, fomenta el pensamiento creativo divergente, mientras que el no hacerlo reduce las posibilidades.
Los autores de la investigación también sugieren que las variables de la música alegre pueden aumentar la flexibilidad de pensamiento, de modo que el participante puede considerar soluciones que no hubiera pensado fácilmente en caso de permanecer en silencio.
Este estudio demuestra que la cognición creativa puede mejorar con la música, asegura el estudio. Los autores también proponen explorar cómo los sonidos ambientales pueden afectar la creatividad dependiendo del origen cultural, edad o niveles de experiencia musical de las personas.