Su pasión lo llevó a esta especialización.
Originario de Santa María del Tule, Carlos García cumple un año como locutor de jaripeo en Estados Unidos. La pasión que tiene por esta actividad lo llevó a montar toros desde temprana edad y fue hasta hace poco que se retiró de las montas para dedicarse de lleno a animar los eventos en los que antes era protagonista de otra manera. Desde pequeño admiró a varios narradores, de los que aprendió a tenerle amor al jaripeo y la manera tan peculiar de contagiar al publico de emoción.
Entonces esos personajes que tomaban el micrófono en los eventos eran llamados narradores, pero hoy en día la actividad ha ganado tanto auge y se ha convertido en un espectáculo tan grande que los narradores se han convertido en locutores. Carlos nos explica el por qué en esta entrevista.
¿Qué podrías decir que es un locutor de jaripeo?
Es quien se dedica a la animación en este tipo de eventos, alguien que sabe hablar a cerca de toros, de las ganaderías, sobre la historia del jaripeo, que es una tradición en muchos lados de México y Estados Unidos.
¿Por qué pasaron de ser narradores a locutores?
Antes no se nos llamaba locutores, éramos narradores, pero en México se empezaron a hacer torneos de narradores y se fue perfeccionando lo que hacían, para eso la gente ya entendía un poco más sobre lo que es el jaripeo, pero los mismos locutores de radio se fueron metiendo y eso hizo que la animación agarrara más nivel, hemos ido creciendo y hoy se da ese reconocimiento. Acá en Estados Unidos empezó a tener mucho auge, entonces los locutores de radio se metieron a narrar y de ahí ha ido creciendo esa figura de narrador.
Qué se necesita para ser locutor de jaripeo?
Presencia, carisma, saber comunicarse con la gente y transmitirle lo que está pasando en el ruedo, tener conocimiento sobre la tradición del jaripeo, desde la historia de los jinetes, de las ganaderías, el estilo de monta, cuestiones técnicas que no todo el público conoce, pero que les puedes ir transmitiendo para que aprendan a amar esta tradición, al final tienes que hacer todo esto sin olvidar que lo principal es que la gente se la pase bien.
¿Tú adquiriste ese conocimiento porque también montabas?
Sí, yo siempre he seguido la tradición y en su momento montaba también, pero hoy me he ganado un lugar como locutor porque me siento parte del público. Hay locutores que se la pasan hable y hable y aburren a la gente. Es importante saber hablar, estar con tus jinetes, con tus toros, distinguir una buena monta y darle emoción para transmitir la emoción a la gente y que sepa lo que está pasando.
¿Entonces hoy ha evolucionado mucho el jaripeo a como era antes?
Sí, antes eran fiestas de pueblos y de ranchos, que desde niños se dedicaban a la monta de becerros, burros y otros animales solamente por diversión, se hacía en rancherías viejas nada más por la tradición. No era como ahora que hay varios lugares, varios ruedos ya establecidos en donde se cobra, los jinetes cobran, las ganaderías cobran y es un negocio para todos, desde bandas, grupos, locutores y empresarios, gente que vende cerveza. Es un negocio que ha crecido mucho.
¿Qué locutores de jaripeo admiras?
Yo soy del estado de Oaxaca y tengo varios narradores que me inspiran porque narraban cuando yo montaba. Gente como Sergio El Güero Morales, César del Jaripeo, El Siete Copitas. A nivel Chava Romo, Pepe González, Fidencio Mundo, Demetrio Díaz, gente con mucha trayectoria que me ha inspirado mucho. En Estados Unidos hay varios de la nueva generación y lo Javier De la Torre, Pachi Domínguez, en fin, gente que ha estado trabajando y se ha ganado un lugar.
¿Les va bien a este tipo de locutores?
Ya cuando empiezas a tener más auge o más popularidad nos empieza a ir bien. Yo tengo un año haciéndolo y me ha ido bastante bien, pero como todo, hay que empezar de cero.
