Una situación que sucede mucho en el ámbito radiofónico es que algunos locutores muy identificados con ciertas estaciones tienen que cambiar repentinamente de casa, pero eso no necesariamente significa empezar de cero o perder para siempre a tus seguidores. Lili Mendoza nos contó su experiencia tras haber trabajado 11 años consecutivos para Univision y haberse adueñado del horario vespertino en La Ley 107.9 de Chicago.
Sabemos que te estás acoplando a tu nuevo horario de 3 a 7 de la tarde, ¿cómo te ha ido?
Antes quiero contar que cuando me dijeron que me querían entrevistar de RadioNotas dije: “¡Oh wow, de donde yo me pirateaba toda la información!”.
¿En serio te pirateabas cosas de RadioNotas?
Sí, hace unos años hacía el morning show de Radio Arte, una estación del Museo de Bellas Artes de México, que se transmitía aquí en Chicago, para hacerlo sacaba mucha información del show prep de RadioNotas.
Qué curioso, pero cuéntanos, no es la primera vez que tienes este horario…
No, hace muchos años lo tuve con El Pistolero, pero acá en La Ley lo tengo sola y apenas voy a cumplir dos meses.
En La Ley ya tienes más de un año, ¿te costó trabajo el cambio al venir de tantos años en la Que Buena?
Me he adaptado muy bien, la verdad es que mucha gente se vino conmigo, aunque también siento que mucho de mi publico de muchos años no se enteró que yo ya estaba en La Ley.
¿Qué hiciste para mantener a tu audiencia?
Es difícil, porque cuando te indican de un día para otro que te cambias de estación y no te permiten despedirte, por más que lo anuncies en redes sociales y en tus páginas oficiales, el no hacerlo al aire impide que quienes no estén familiarizados con tus redes se pierdan. Es triste porque el público se queda en el limbo y no sabe que pasó, pero yo creo que cuando tu publico te quiere, tarde o temprano da contigo.
¿Crees que una de las responsabilidades del locutor es no abandonar a su público?
Sí, es una gran responsabilidad, porque cuando te los encuentras en eventos o promociones, te reclaman. Por un lado es como cuando te mudas a otra ciudad y empiezas de nuevo, pero algo muy lindo es encontrar que radioescuchas que han estado rastreándote por fin te encuentran.
¿Eso te ha pasado?
Hace una semana me pasó que vino un radioescucha de hueso colorado y me dice entusiasmado, “¡Lili Mendoza, la voz más sexy de Chicago!”, yo lo reconocí por la frase, me hizo recordar que era un radioescucha que yo tenía desde hace años.
¿Qué le podrías recomendar a un locutor que cambia de estación y de pronto se siente desprotegido por su público?
Yo les diría que hay vida cuando te cambias de estación. Lo primero a donde quiera que vayas es agradecer a la gente que te ha apoyado y no dar demasiadas explicaciones, porque estas cosas pasan en la radio todo el tiempo.
Como recomendación diría que cada que tengan oportunidad de hablar con sus radioescuchas en eventos, les digan que ya sea en un lugar o en otro tú seguirás trabajando para ellos y siendo la misma persona. Nosotros nos ponemos la camiseta de la estación en la que estamos en el momento, pero la que nunca nos quitamos es la de los radioescuchas.